Liberalismo
El término «liberal» se utiliza desde el siglo XIV, pero ha tenido una gran variedad de significados. El latín liber se refería a una clase de hombres libres; es decir, hombres que no eran ni siervos ni esclavos. Ha significado generosidad, como en las raciones «liberales» de comida y bebida; o, en referencia a las actitudes sociales, ha implicado apertura o amplitud de miras. También se asoció cada vez más con las ideas de libertad y elección. El término «liberalismo», para denotar una filiación política, apareció mucho más tarde: no se utilizó hasta principios del siglo XIX, siendo empleado por primera vez en España en 1812. Las sociedades liberales se organizan políticamente en torno a los principios gemelos del constitucionalismo y el consentimiento, diseñados para proteger a los ciudadanos del peligro de la tiranía gubernamental. Sin embargo, hay diferencias significativas entre el liberalismo clásico y el liberalismo moderno. El liberalismo clásico se caracteriza por la creencia en un Estado «mínimo», cuya función se limita al mantenimiento del orden doméstico y la seguridad personal. El liberalismo moderno, en cambio, acepta que el Estado debe ayudar a las personas a ayudarse a sí mismas.