Derechos Reproductivos

Derechos reproductivos es un área emergente de los derechos humanos, en la que todavía no existen instrumentos especialmente adoptados, y para la que «los derechos a la salud reproductiva y a la autodeterminación pueden protegerse a través de varios derechos humanos específicos legalmente establecidos. Qué derechos se invocan de forma más pertinente y cómo se demuestra que han sido violados depende de los hechos particulares de una supuesta violación, y de las causas subyacentes de la mala salud reproductiva o sexual»: Informe de la OMS, Consideraciones para la formulación de leyes de salud reproductiva (2000), 51, cuyo cuadro cita 11 instrumentos internacionales y regionales pertinentes. La Declaración y Plataforma de Acción de Pekín del 17 de octubre de 1995 sugirió una base y un contenido mínimo de los derechos reproductivos: «Los derechos reproductivos abarcan ciertos derechos humanos que ya están reconocidos en las leyes nacionales, en los documentos internacionales de derechos humanos y en otros documentos de consenso. Estos derechos se basan en el reconocimiento del derecho básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y el momento de tenerlos, y a disponer de la información y los medios para hacerlo, así como el derecho a alcanzar el más alto nivel de salud sexual y reproductiva. También incluye su derecho a tomar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir discriminación, coerción ni violencia, tal como se expresa en los documentos de derechos humanos».

Feminismo

Como término político, el «feminismo» fue una invención del siglo XX y sólo forma parte del lenguaje cotidiano desde la década de 1960. (‘Feminista’ se utilizó por primera vez en el siglo XIX como término médico para describir la feminización de los hombres o la masculinización de las mujeres). En el uso moderno, el feminismo está invariablemente vinculado al movimiento de las mujeres y al intento de promover el papel social de las mujeres. La ideología feminista se define por dos creencias básicas: que las mujeres están en desventaja debido a su sexo; y que esta desventaja puede y debe ser superada. Sin embargo, el feminismo también se ha caracterizado por la diversidad de puntos de vista y posiciones políticas. El movimiento feminista, por ejemplo, ha adoptado estrategias políticas tanto revolucionarias como reformistas, y la teoría feminista se ha basado tanto en tradiciones y valores políticos establecidos, especialmente el liberalismo y el socialismo, como, en forma de feminismo radical, ha rechazado ideas y conceptos políticos convencionales. Sin embargo, hace tiempo que la ideología feminista ha dejado de limitarse a estas tradiciones «centrales», y el pensamiento feminista moderno se centra en nuevas cuestiones y se caracteriza, en general, por un compromiso más radical con la política del género y de la diferencia.