Mayúscula

Mayúscula

La cuestión del uso de letra mayúscula en la inicial de ciertas palabras es la más caótica de la ortografía. La Ortografía da una serie de reglas sobre el uso de las letras mayúsculas, pero en ellas sólo se resuelven los casos más generales. Las notas que siguen contienen en primer lugar las pocas normas preceptivas que pueden sacarse de esas «reglas», añadiendo algunas observaciones sobre casos en que no hay uniformidad en la aplicación de ellas.

Se usa preceptivamente letra mayúscula en los casos siguientes:

1.º Al iniciar un escrito y después de cada punto; no hay inconveniente en usarla detrás de los dos puntos cuando existe una distinción entre lo que está antes que ellos y lo que sigue.

2.º En los nombres o sobrenombres propios de personas o animales y los de cargos de autoridad o jerarquía que hacen papel de tales, porque se atribuyen a una persona determinada; como el Papa, el Rey, el Duque cuando se refieren a un papa, un rey o un duque determinados. (El Padre Santo suele escribirse con mayúscula en cualquier caso.) De manera semejante y, sobre todo, en escritos oficiales, se escriben con mayúscula los nombres de entidades con los que, aunque sean genéricos, se designa una determinada: ‘El Estado, las Cortes, el Gobierno, la Academia, la Universidad, la Bolsa (de valores), la Inquisición (así como ‘el Santo Oficio’), la Iglesia, el Parlamento, el Registro Civil’; pero se escribe ‘la iglesia’ o ‘la monarquía’ cuando se habla de ellas en general, como un tipo de institución no particularizada; el Estado suele escribirse también con mayúscula aunque se use genéricamente, para establecer diferencia con el otro uso no específico de esa palabra; pero se escribe ‘un estado’ y ‘los estados’. También se escriben con mayúscula otros nombres genéricos usados como propios: ‘La Península’ (por España) y, desde luego, los aplicados a Dios, a la Virgen y a personajes, citados, por ejemplo, frecuentemente con un nombre de naturaleza: ‘El Creador, el Salvador, la Macarena, el Estagirita’.

3.º Se usa mayúscula en los nombres propios de cosas, como ciudades, accidentes geográficos, astros o constelaciones (se escribe, sin embargo, ‘el sol’ o ‘la luna’ para referirse a la luz procedente de esos astros y ‘la tierra’ cuando se alude a este mundo terrenal). Hay que advertir que suele escribirse con minúscula el carro y otros nombres populares de estrellas y constelaciones. También se escribe con mayúscula Vía Láctea.

4.º Se escriben con mayúscula los nombres y adjetivos de los títulos de instituciones y la primera palabra de títulos de obras: ‘La Real Academia Española. Diccionario de uso del español’. En el caso de publicaciones periódicas, además de la primera palabra, los nombres y adjetivos del nombre de la publicación: ‘Revista Española de Lingüística. El Faro de Vigo’. Relatividad se equipara al nombre de una obra literaria, y se escribe muy frecuentemente ‘teoría de la Relatividad’. Parece que habían de ser equiparables a los de obras literarias los nombres consagrados de las oraciones, y se escriba la Salve, el Credo, etc. Constitución se escribe siempre con mayúscula, en singular y con artículo determinado; pero una constitución o las constituciones.Epístola y evangelio están escritos con minúscula respectivamente en el DRAE en los artículos epistolero y evangeliario; en cambio, en evangelista está Evangelio escrito con mayúscula.

5.º Se usa mayúscula en las palabras de tratamiento si están escritas en abreviatura: Excmo. Sr., D., D.ª; en el caso de que se expresen esas palabras con todas sus letras, se pueden escribir indistintamente con mayúscula y con minúscula. Su Majestad y Su Divina Majestad se escriben con mayúsculas; así como San delante del nombre de un santo.

6.º Las letras empleadas como numerales se escriben generalmente con mayúsculas; sin embargo, se usan minúsculas en la paginación de muchos libros.

7.º Por fin, una regla de carácter puramente formal es la de que en los signos dobles (ch y ll) solamente se escribe con mayúscula el primero de ellos.

Hasta aquí, la interpretación de las normas académicas. Las notas que siguen se refieren a casos dudosos acerca de los cuales la Ortografía no dice nada, sin pretender agotarlos, y sin que tengan en modo alguno carácter de reglas; reflejan simplemente lo que se hace, particularmente lo que se hace en el DRAE, lo cual en muchos casos, como se verá, no se hace con unanimidad o uniformidad.

Los nombres de las fiestas es quizás el punto en que hay más desconcierto en esta cuestión. Carnaval y cuaresma pueden escribirse con minúscula o mayúscula; carnestolendas se escribe, en cambio, siempre con minúscula. Año Nuevo suele escribirse con mayúscula. Otros nombres de fiestas religiosas, como Ascensión, día [o Domingo] de Ramos, día de Reyes, Jueves Santo, Viernes Santo,Navidad, Pascua de Resurrección, Pentecostés, domingo de Adviento [de Cuasimodo, de Pentecostés, de Piñata] están en el DRAE con mayúscula.

Se escribe generalmente con mayúscula Eclíptica, Ecuador, Zodiaco; pero, en cambio, la línea, como designación del Ecuador, se escribe con minúscula; también se escribe con minúscula polo, incluso cuando se especifica polo norte y polo sur. Los nombres de zonas geográficas se escriben con mayúscula cuando se refieren a países determinados: ‘El Oriente, el Occidente’; también se escribe ‘Ultramar’. Se escribe ‘el Nuevo Mundo’ (pero ‘el viejo mundo’, porque ésta no es una designación precisa). En el DRAE están con minúscula mundo y universo.

También están escritos con minúscula en el DRAE los nombres averno, báratro, cielo, infierno, purgatorio, tártaro, como si no se les diera consideración de nombres propios.

En cuanto a los puntos cardinales (norte, sur, este, oeste), cada uno los escribe con mayúscula o minúscula según le parece; y lo mismo oriente, occidente y denominaciones semejantes. Los nombres de los puntos intermedios del horizonte (nordeste, sudoeste…) se escriben siempre con minúscula si no se escriben en abreviatura.

Los nombres de las edades históricas (Edad Media, Edad Contemporánea…) se escribían antes siempre con mayúscula; pero se va generalizando el escribirlos con minúscula; y se escribe con minúscula el medievo. Sin embargo, se escribe la Antigüedad para referirse a los tiempos de Grecia y Roma.

Más constancia en el uso de mayúsculas se aprecia en los nombres de grandes acontecimientos históricos como el Renacimiento, la Revolución Francesa, la Reforma, la Reconquista, la Guerra de los Treinta Años, la Guerra Europea, la Primera [o Segunda] Guerra Mundial (aunque no con unanimidad estos últimos). Sin embargo, diluvio universal está con minúsculas en el DRAE en el artículo posdiluviano.

Se escriben con mayúscula los nombres de género de los animales y plantas: ‘Hipomoea learis’.

En cuanto a los nombres propios aplicados genéricamente, lo más frecuente es escribirlos con mayúscula: ‘un Hércules, una Mesalina, un Sardanápalo’; pero, si han llegado a hacerse de uso irreflexivo, se escriben con minúscula: ‘un quijote, un lazarillo, su tizona, una odisea, el belén de Navidad, una babel’; Narciso está escrito con minúscula en el DRAE en el artículo narcisismo.Adán se escribe con minúscula en ‘un adán’.

Se escribe también con mayúscula ‘Santos Óleos’ y ‘Eucaristía’, así como ‘Santo [o Santísimo] Sacramento’ y las otras expresiones equivalentes.

No hay unanimidad en la aplicación de mayúsculas a los nombres de las ciencias; pero actualmente se generaliza escribirlos con minúscula: ‘Las aplicaciones de la física’.

El artículo y la preposición de los nombres propios se escriben con mayúscula sólo cuando son iniciales: ‘Las Encartaciones, el Sr. De la Calle’; pero ‘Fuente la Higuera, Antonio de la Calle’.

No hay tampoco uniformidad en la escritura de los nombres de personajes mitológicos múltiples; suelen escribirse con mayúscula las que son en número limitado: ‘las Piérides, las Parcas, las Musas’; pero se escribe con minúscula musa para referirse a alguna particular: ‘la musa de la tragedia’; y se escriben con minúscula los de las que existen en número indefinido: ‘ninfa, sátiro, sirena’; así como los sobrenombres: ‘castálidas, hipocrénides’.

El desconcierto que reflejan las notas anteriores es debido, naturalmente, a que el uso de la mayúscula tiene más valor reverencial que gramatical (lo tiene gramatical en alemán); puede decirse que es un signo psicológico. Podría despojarse a las letras mayúsculas de todo valor ortográfico y dejarlas convertidas en otro tipo de letra más y, como tal, restringir su uso al principio de los escritos y detrás de punto, y, gramaticalmente, no pasaría nada; se sentiría en algunos casos la necesidad de diferenciar una designación aplicada a un caso particular cuando esa misma designación tiene valor genérico, pero ese mismo caso se da continuamente sin que se recurra a la mayúscula para resolverlo; es uno de los casos de aplicación de las comillas. Pero ya que no se adopta una medida tan revolucionaria, sí cabría, al menos, descargar de obligaciones al escritor en este terreno, suprimiendo la obligación de escribir mayúscula en los casos siguientes:

1.º En todos los nombres de fiestas, para lo que marca un precedente la supresión que se ha consagrado de hecho en los de los meses y los días de la semana.

2.º En los de edades históricas.

3.º En los de constelaciones y astros que no sean nombres propios por otro concepto.

Fuente: Diccionario María Moliner de uso del español