Nombre

Nombre

El nombre constituye, junto con el verbo, el par de palabras básicas del lenguaje. Como un dato curioso a tener en cuenta en la relación comparativa de ambas, puede hacerse la observación de que son muchas las páginas de un diccionario-léxico en que no figura un solo verbo y, en cambio, en todas hay múltiples nombres.

Palabras y expresiones que acompañan al nombre

El artículo es una palabra cuyo papel exclusivo es el de acompañante del nombre, y a todos los nombres se les puede aplicar; circunstancia ésta que proporciona una regla práctica para reconocer con facilidad si una palabra es o no nombre. A veces, como ocurre con los nombres usados partitivamente, el artículo se omite. (V. artículo.) Otra palabra cuyo papel es el de acompañante del nombre y que sirve para especificarlo es el adjetivo; la unión del nombre y el adjetivo se realiza mediante concordancia, o sea, acuerdo de sus accidentes gramaticales. (V. adjetivo.) También puede especificar al nombre otro nombre que se le una en aposición: ‘Ciudad satélite, casa palacio. Su hijo el médico’; este es el caso siempre que un nombre genérico se particulariza mediante un nombre propio: ‘Mi hermano Juan. El río Ebro’; hay que advertir que, en este caso, con ciertos nombres genéricos se intercala de entre ellos y el nombre propio: ‘la calle de Alcalá, la ciudad de Roma’. Y, por fin, el nombre puede ser especificado mediante complementos constituidos por otro nombre, unidos con régimen, o sea, mediante preposición; en la mayoría de los casos esta preposición es de: ‘Cosas de otros tiempos’; pero puede ser cualquier preposición exigida por la naturaleza de la relación entre los dos nombres: ‘Una casa sin escalera. La altura sobre el nivel del mar’, o bien, exigida por el nombre regente o el regido: ‘Un informe acerca de la producción de aceite. Unos impresos según modelo’. No es preciso que la especificación unida por preposición sea siempre un nombre; puede ser también un verbo en infinitivo o un adverbio de los llamados pronominales: ‘Es hora de marcharnos. El periódico de ayer’.

El uso autoriza la supresión de la preposición de en algunos casos; y el nombre, que puede ser llamado cuando se usa en esta forma nombre especificativo, queda directamente unido en aposición al nombre especificado como si fuera un adjetivo: ‘color naranja, amarillo limón’.

Elipsis del nombre

Es frecuentísima la elipsis del nombre, cuando puede sobreentenderse, entre el artículo y el adjetivo o una expresión calificativa o determinativa; con esta supresión del nombre, queda el artículo convertido prácticamente en pronombre: ‘La tela que más me gusta es la (tela) azul. Los (niños) de la primera fila. Los (alumnos) que quieran venir’. Cuando la expresión determinativa que se suprime es de relativo y éste va precedido de una preposición que no sea de o en, la reunión del artículo, la preposición y el relativo al suprimir el nombre resulta malsonante: ‘Este hotel es el a que suele venir él. Se puede, para evitarla, sustituir el por aquel: ‘aquel a que suele venir él’; pero esta construcción resulta, al menos en lenguaje hablado, artificiosa. Por eso, lo mejor es cambiar la forma de la frase: ‘Este es el hotel a que suele venir él’. La oración de relativo se presta, especialmente en lenguaje hablado, a la elipsis del nombre antecedente: ‘Ya hemos hablado con quien tú nos recomendaste’ (con la persona a quien…). Casos de elipsis de nombre antes usuales, como ‘lo firmo y sello con el (sello) de esta oficina’, en que el nombre suprimido no es repetición más que conceptualmente de otro anterior, no son ahora admitidas.

Fuente: Diccionario María Moliner de uso del español