Puntuación

Puntuación

1. Coma (,)

La coma es el signo de puntuación de uso más arbitrario. Representa una pausa del lenguaje hablado en que no se suspende totalmente la voz, entre partes del discurso relacionadas no sólo ideológica, sino también gramaticalmente. Ahora bien: ni todas las pausas con que se modula el lenguaje hablado se transcriben en el escrito, ni todas las pausas que se representan con comas, obedeciendo a las reglas del uso de este signo, se hacen siempre en el lenguaje hablado. En éste se hacen numerosas pausas cuyo objeto es subrayar o dar un tono especial a la palabra o expresión que precede, o bien dar un reposo a la voz después de una locución larga, en sitios en que la colocación de una coma escrita constituiría falta de ortografía. Se dice, por ejemplo, ‘a mí, todo eso me trae sin cuidado’, y esa coma sobra en buena ortografía; en cambio, se dice también ‘yo estaba en efecto muy cansado’, suprimiendo al hablar las comas que, en escritura escrupulosa, deben preceder y seguir a en efecto. Esto quiere decir que, en cuanto al uso de la coma, hay muchas diferencias entre los escritores escrupulosos en ese punto y los más despreocupados; en general, es de recomendar que, antes de sembrar de comas un periodo, se pruebe a leerlo sin alguna de las que primero se le ha ocurrido poner al escritor.

En las notas que siguen se dan en primer lugar las normas negativas y, después, se hace un primer apartado de las comas preceptivas; y se trata en otro de algunos casos de heterodoxia en la práctica en relación con preceptos de la parte anterior, y de casos de comas susceptibles de ser usadas e igualmente susceptibles de ser omitidas.

1.1. Reglas negativas

1.1.1. No se pone coma entre el verbo y cualquier otro elemento de la oración (sujeto, complemento) directamente unido a él, aunque en lenguaje hablado se haga una pausa; puede, por ejemplo, decirse ‘ellos, con cualquier cosa se conforman’; pero esa coma no se escribe, a menos que interese marcar la pausa por una razón estilística; y, en este caso, es más expresivo usar puntos suspensivos. Es especialmente frecuente la transgresión de esta regla entre un sujeto constituido por una oración de relativo y el verbo: ‘El que se pica, ajos come. Quien tenga algo que decir, debe decirlo’.

1.1.2. Tampoco se pone coma regularmente delante de una conjunción simple adverbial (como, cuando, donde), adversativa (pero…), causal (porque), concesiva (aunque…), condicional o hipotética (si…), copulativa (y), disyuntiva (o), inductiva (porque), o de la final para que, aunque no es simple. Aunque se dicen muy frecuentemente frases con pausa de coma tales como ‘dijo adiós, y se marchó; estaba bien, pero quiso estar mejor; lo sé, porque me lo dijo él mismo’. Y un poco más arriba se ha puesto una coma detrás del paréntesis «(porque)» y delante de o (caso que es de los que se explican más adelante; V. el caso del punto 1.3.3.).

1.2. Casos de coma obligada

1.2.1. Entre los términos de una enumeración no enlazados por conjunción (nombres, adjetivos, complementos del verbo, del nombre o del adjetivo, u oraciones): ‘Mañana, pasado y el otro son fiesta. Es torpe, vago, bruto y descarado. Es aficionado a jugar, bailar, comer, beber y gozar de todas las maneras. Vinieron ayer, estarán hoy aquí todo el día y se marcharán mañana por la mañana’. (En el caso de varios adjetivos aplicados a un nombre, si el primero es especificativo, puede suprimirse la coma detrás de él: ‘Un árbol de sombra muy frondoso’.)

1.2.2. Delante y detrás de una oración intercalada en otra: ‘Desde que se fue, hace ya más de un mes, no he sabido nada de él’.

1.2.3. Delante del pronombre que explicativo, particularmente si puede caber duda de si debe interpretarse como tal o como especificativo: ‘El buey o vaca viejos, que se destinan a carne’ (suprimida la coma, resultaría destinado a carne sólo alguno de los bueyes y vacas viejos, en vez de todos).

1.2.4. Delante de un que especificativo, cuando está separado de su antecedente; particularmente, cuando puede caber duda de que lo sea el nombre que está inmediatamente antes de él: ‘Aerolito es un fragmento de bólido, que cae sobre la Tierra’ (sin la coma, el que cae podría ser el bólido).

1.2.5. En todos los casos en que es preciso hacer notar que una oración o un complemento se relaciona, no con la palabra que le precede inmediatamente, sino con otra más lejana o con toda la oración: ‘Sección de una casa comercial, con domicilio propio’ (el domicilio propio de que se trata es el de la sección, no el de la casa comercial). ‘Para que no se desvíe en su elección, de las normas señaladas’ (no ‘elección de las normas señaladas’). ‘Soltar el cable o cadena, del arganeo del ancla’ (no ‘cadena del arganeo del ancla’). ‘Hacer tomar, o inyectar una medicina’ (suprimida la coma, o relacionaría a tomar e inyectar, y no a hacer tomar e inyectar). ‘Obligar a alguien a hablar, con habilidad’ (no ‘hablar con habilidad’). ‘Hacer en algo un papel lucido, o lo contrario’ (no ‘lucido o lo contrario’ sino ‘hacer… o, por el contrario, no hacer…’). ‘No se marchó, por comodidad’ (en esta forma, el significado es que la comodidad fue causa de que no se marchara; sin la coma, sería que la comodidad no fue la causa de que se marchara). En resumen, debe ponerse una coma siempre que es preciso marcar la separación entre lo que debe ir separado y, con ello, la unión de lo que forma una unidad.

1.2.6. En el lugar de un elemento que se suprime, por ejemplo por ser repetición de otro nombrado antes: ‘A unos les gusta una cosa; a otros, (les gusta) otra. Nosotros queremos ir al campo; ellos, (quieren ir) a la ciudad’. Está dentro de este caso la coma que se coloca detrás de también u otro adverbio, cuando hay una oración sobreentendida: ‘También, cuando va a alguna fiesta’ (detrás de también se sobreentiende una oración; por ejemplo, ‘se pone los pendientes de oro’). ‘Siempre, si tiene dinero’.

1.2.7. Delante de como cuando esta palabra no expresa igualdad sino que introduce un ejemplo: ‘Me gustan las ciudades grandes, como Madrid y Barcelona’. Puede esa coma sustituirse por punto y coma o dos puntos cuando es oportuno hacer la pausa que corresponde a estos signos: ‘Está dispuesto a cualquier cosa: como irse a América o alistarse en el tercio’.

1.2.8. Delante y detrás de una expresión intercalada:

a) Entre el verbo y otro elemento de la oración: ‘Agosto, el mes más caluroso, lo pasamos en el campo’.

b) Delante y detrás de una expresión en aposición que especifica a un nombre: ‘Don Ángel Pérez, alcalde de la ciudad, presidió la ceremonia’.

c) Delante y detrás de un vocativo: ‘Vosotros, hijos míos, no sabéis nada de esto’.

d) Delante y detrás de una cláusula absoluta: ‘Por fin, superadas estas dificultades, empezaron las obras’. Igualmente, delante y detrás de una expresión pronominal absoluta, como lejos de eso [o ello], en lugar de eso o con todo y con eso: ‘Él, lejos de eso, redobló sus esfuerzos’.

e) Delante y detrás de las conjunciones o expresiones conjuntivas cuando, en vez de al principio, están en el interior de la oración; como ocurre frecuentemente con las conjunciones consecutivas pues, así pues, por consiguiente, por tanto, con empero y con otras: ‘No estábamos, por tanto, preparados para eso. No vamos, empero, a discutir por tan poca cosa’.

f) Delante y detrás de las expresiones aclarativas o confirmativas o bien, es decir, esto es, a saber, o sea: ‘Tengo cincuenta años, es decir, doble que tú’. En realidad, las pausas a que dan lugar estas expresiones son más complejas que lo que representan las comas delante y detrás de ellas; pues, en unos casos, se hace delante una pausa que podría representarse por punto y coma: ‘Dijo que vendría a las doce; o sea, [es decir,] antes de comer’; y, en otros, se hace delante una pausa de punto y coma y detrás otra que conviene al significado de los dos puntos: ‘Por los cuatro evangelistas; a saber: San Juan, San Mateo…’. Pero, convencionalmente, se escriben entre dos comas, como queda dicho, en todos los casos; excepto en el de o sea cuando va seguido de que, caso en el cual se puede y suele omitir la segunda coma: ‘Está decidido, o sea que ya no hay que pensar más en ello’.

g) Delante y detrás de adverbios o expresiones adverbiales de las que pueden construirse como incisos: si acaso, además, aparte de eso, así y todo, si bien, en ese caso, en todo caso, por descontado, en efecto, por ejemplo, encima, entonces —equivaliendo a «en ese caso»—, en general, al menos, no obstante, siquiera, también, por tanto y muchas más, así como todos los adverbios en mente: ‘Llegué, en efecto, un poco tarde. Dime, entonces, qué es lo que quieres. Le tratan, en general, con consideración. Tú, al menos, estás de acuerdo. Atravesamos, ciertamente, circunstancias difíciles. Él, posiblemente, no está enterado. No estábamos, realmente, preparados para eso’. (En lenguaje hablado se omiten en general estas comas.)

1.2.9. Detrás de las mismas expresiones del párrafo anterior, o sea, las que pueden emplearse como incisos, cuando encabezan la oración: ‘Además, estaba muy cansado. También, acuérdate del paraguas. Entonces, no me esperes esta tarde. Por ejemplo, no le gusta viajar’.

Caso semejante es el de oraciones elípticas antepuestas adverbialmente a una oración: ‘Más, (está aún más justificado) si a él no le interesa. Menos, (te lo haré menos) si me lo pides así’. (Obsérvese la diferencia de significado de la frase última si se suprime la coma: ‘menos si me lo pides así’ equivale a ‘sólo si me lo pides así no te lo haré’.)

1.2.10. El caso de etcétera es especial: atendiendo a su significado, no debería llevar coma ni delante ni detrás, pues su traducción española no la lleva (‘Antonio, Juan, Pedro y otros’); pero es cierto que, en la dicción, se pone siempre una coma delante y, a veces, otra detrás; la de delante puede ser tan marcada que casi llegue a puntos suspensivos: ‘Antonio, Juan, Pedro, […] etc.’; por tanto, ésta es inexcusable; pero la de detrás no se marca a veces en la dicción y, entonces, puede suprimirse: ‘La cama, la mesa, las sillas, etc., eran de su propiedad’; pero: ‘con sombrero, zapatos, guantes, etc. nuevos…’.

1.3. Casos de coma no siempre obligada

1.3.1. En algunos de los casos incluidos entre los de coma preceptiva, la profusión de comas próximas puede invitar a prescindir de alguna en la dicción y su supresión en la escritura no constituye falta de ortografía. Son el caso e del punto 1.2.8., o sea, de conjunciones o expresiones conjuntivas intercaladas: ‘Habíamos tenido muchos gastos, estábamos cansados, etc., y no estábamos por tanto para eso’ (se han suprimido las comas de delante y detrás de por tanto). El caso g del mismo punto, esto es, el de adverbios y expresiones adverbiales intercaladas: ‘Atravesamos ciertamente circunstancias difíciles’ (esta misma expresión se ha puesto como ejemplo con comas).

En algunos casos de expresiones intercaladas de otra clase en que la coma no se impone en la dicción: ‘No sólo le aconsejó, sino que hasta en ocasiones le ayudó con dinero’. En puntuación rigurosa, se pondría coma delante y detrás de en ocasiones.

1.3.2. Merece especial mención el caso de por ejemplo; en general, no se hace distinción, al hacer preceptiva la coma delante y detrás de esa expresión; sin embargo, hay que hacerla: nótese que en la frase ‘emparentar, por ejemplo por casamiento, con cierta clase de personas’, el inciso abarca también por casamiento y en la dicción no se hace nunca separación entre por ejemplo y ese final del inciso; es, pues, no sólo permitido sino correcto, no poner coma detrás de por ejemplo. En otros casos, por ejemplo no es un inciso en el interior de una oración, sino que enlaza dos y pertenece, con valor adverbial asimilable al de como, a la segunda; he aquí tres maneras posibles de enunciar un ejemplo de esta clase, según la prisa con que acuda a la mente la segunda parte de él: ‘Algunas veces, voy en taxi; por ejemplo, cuando llueve. Algunas veces voy en taxi, por ejemplo cuando llueve. Algunas veces voy en taxi; por ejemplo, cuando llueve’; y en esas tres formas puede escribirse. La primera es la más ortodoxa, pero la menos frecuente en la enunciación.

1.3.3. Puede ponerse coma delante de una y o una o que ponen fin a una enumeración, cuando el elemento final al que ellas preceden rompe la uniformidad con los otros: ‘Somos amigos, vivimos en la misma casa, nos vemos todos los días, y, con todo eso, no me había dicho nada’. (V. final del punto 1.1.2.)

1.3.4. Detrás de un complemento antepuesto al verbo correspondiente: ‘En ese caso, llámame por teléfono para decírmelo. Después, ya no me di cuenta de nada. Así, todos quedaron contentos’.

1.3.5. Detrás de la oración afectada por conjunción o subordinada por cualquier otro medio, que se antepone a la principal enlazada con ella: ‘Porque no le dejamos jugar con nosotros, nos pega. Cuando hayas terminado, avísame. A hacerse simpático cuando quiere, no le gana nadie. Para que no se moleste usted, se lo llevaré yo mismo. Si no vienes pronto, me como tu pastel. Sin que nadie se diese cuenta, desapareció de la reunión. Como no estaba en casa, dejé el recado en la portería. Aunque lo dice, no lo cree. Como tú mismo has dicho otras veces, eso no tiene importancia’. La coma es particularmente superflua si esa oración compuesta forma parte de un periodo más largo y, sobre todo, si va precedida de coma: ‘Si te parece, cuando hayas terminado avísame’ (no hay coma detrás de terminado). ‘Eso de que él es el menos inteligente, aunque lo dice no lo cree’ (no hay coma detrás de dice).

1.3.6. Puede, también, ponerse coma delante de algunas conjunciones, particularmente de las adversativas y causales, cuando la expresión pide una pausa: ‘Estoy cansado, pero aún puedo andar más. Se lo di, porque no tenía ganas de reñir’.

1.3.7. Delante de y cuando precede a otra conjunción: ‘Le he dado sólo la mitad, y porque no tenía ganas de discutir más’. Igualmente, cuando, en vez de y, se dice y eso: ‘Iré sólo un rato, y eso para que no se enfaden’.

1.3.8. Delante de y u o, cuando enlazan elementos en los cuales ya existe una de esas conjunciones: ‘Comemos y cenamos en la pensión, y el desayuno lo tomamos en el café. Pueden venir él o su hermano, o mandar a alguien en su lugar’.

1.3.9. Y, por último, en cualquier caso en que el sentido o la expresión lo hacen necesario; aunque sea entre el sujeto y su verbo, caso de regla negativa más fija. Por ejemplo, ‘pocos empleados, son fáciles de dirigir’, frase que tiene sentido completamente distinto del que tendría sin la coma.

Y no quedan con lo anterior agotados todos los casos en que el que habla o escribe puede sentir la necesidad de dar a su expresión cierto énfasis con una pausa de coma o sustituyendo la pausa de coma por otra más completa. representada, por ejemplo, por punto y coma. (V. el apartado que sigue referente a este signo.)

2. Punto y coma (;)

Este signo, llamado también colon, puede, por un lado, sustituir a la coma en casos en que conviene o es admisible una pausa con completa suspensión de la voz; y, por otro, usarse con el valor del punto entre cláusulas de sentido muy relacionado.

2.1. Sustituye a veces a la coma entre oraciones no enlazadas por conjunción: ‘Unos tienen que marcharse; otros, están cansados; otros no han tenido nunca interés; el caso es que todos desean terminar’. También, en una sucesión de nombres, adjetivos o complementos indirectos, sobre todo si en cada elemento existe ya alguna coma: ‘Grandes y pequeños; pobres y ricos… todos deben escucharlo. Carros cargados con baúles, colchones y algunos muebles; mujeres con los niños de la mano; hombres, llevando en brazos a los más pequeños…’. Puede emplearse punto y coma en vez de coma para representar la pausa que, hablando, puede hacerse y se hace muy frecuentemente delante de las conjunciones disyuntivas, causales, comparativas, concesivas, adversativas y consecutivas: ‘Fuimos juntos; pero nos separamos nada más llegar. Están casados; o, al menos, lo parece. No estoy contento del todo; porque pude llegar el primero. Me he alegrado mucho; tanto como si lo hubiera conseguido yo mismo. No volveré a trabajar con él; aunque me prometa doble sueldo. Hemos terminado; de modo, que puedes marcharte’.

2.2. Sustituye al punto entre dos cláusulas cuando hay entre ellas una relación ideal muy estrecha: ‘Pensamos marcharnos antes de que empiece el frío, porque nuestra casa no está acondicionada para él; si vosotros tenéis una casa más cómoda, podéis quedaros más tiempo’.

3. Punto (.)

Se pone punto al final de una cláusula, siguiendo después la escritura en la misma línea (punto y seguido), o al final de un párrafo, continuándola en la línea siguiente (punto y aparte). La apreciación de ambos casos es arbitraria, pues depende de la mayor o menor relación que el que escribe establezca entre las partes separadas por el punto.

Se emplea, además, para otros usos secundarios: detrás de una abreviatura: ‘c. p. b. (cuyos pies beso)’. Puede usarse detrás del número, letra o palabra que encabeza cada parte en una enumeración o en una serie de artículos. (V. más adelante punto y raya.)

4. Dos puntos (:)

4.1. Se emplean con carácter fijo:

4.1.1. Detrás de un vocativo no intercalado o en los encabezamientos de las cartas, instancias, etc.: ‘¡Señor: apiádate de nosotros! Querido amigo:. Excmo. Sr.:’.

4.1.2. Delante de las enumeraciones anunciadas con un verbo: ‘Los casos a tener en cuenta son: 1.º…, 2.º…, etc.’.

4.1.3. En los documentos oficiales, detrás de palabras como expone, suplica, fallo u ordeno.

4.2. En los casos que siguen, aunque el sentido corresponde exactamente al significado de los dos puntos, como hay tendencia a huir de este signo, tal vez por tenerlo por excesivamente formalista, se usan también, según el carácter de la pausa que exija el sentido, coma o punto y coma.

4.2.1. Delante de las citas: ‘Como dicen los ingleses: muchos cocineros estropean el caldo’. (Si la cita no es de rigurosa exactitud o no es de una frase estereotipada, va precedida de coma: ‘Como decía tu madre, conviene tener amigos hasta en el infierno’.

4.2.2. También puede alternar con la coma detrás de una de las expresiones que anuncian lo que se va a decir; como ahora bien, en efecto o a saber: ‘En efecto: no estaba en casa. Los enemigos del alma son tres; a saber:…’.

4.2.3. Alterna con el punto y coma en cualquier caso en que lo que sigue es una explicación, aclaración, desarrollo, consecuencia o comentario de lo que antecede: ‘Ha trabajado durante toda su vida y ahora no tiene qué comer: así es el mundo. Hay mayoría a favor del acuerdo: éste queda aprobado. Me dirijo a todos: grandes y pequeños’.

Detrás de los dos puntos, generalmente se emplea letra minúscula; pero está también autorizado el uso de mayúscula.

5. Puntos suspensivos (…)

Se emplean, representando una pausa del lenguaje hablado en que se mantiene la tensión de las cuerdas vocales, cuando se deja en suspenso una frase esperando que el lector conoce el resto: ‘El que se pica…’. Cuando en una exclamación se omite la apódosis de una oración con si o tan: ‘¡Es tan guapo…! ¡Si viniera pronto…!’. Representan también la suspensión de la locución por vacilación: ‘Se lo diría… pero ¿cómo?’.

6. Punto y raya

V. más adelante guión o raya.

7. Interrogación (¿…?)

En español se emplean estos dos signos: el primero delante y el segundo después de la pregunta, lo cual está en correspondencia con la entonación de la frase interrogativa. (V. oración interrogativa en este apéndice.) El segundo, solo o encerrado en un paréntesis, se emplea respectivamente para expresar desconocimiento o incertidumbre acerca de un dato; por ejemplo, en la indicación de fecha de nacimiento y muerte de un personaje: ‘?-1567. 1612-1673(?)’. También, para expresar ironía o duda sobre algo que se oye: ‘¿Él invitarnos a comer…? ¿Que se va a casar con esa chica…?’.

8. Admiración (¡…!)

Se expresa también, como la interrogación, con dos signos que se colocan, respectivamente, delante y detrás de la frase exclamativa: ‘¡Qué calor hace!’. Puede también expresar ironía: ‘¡Como es tan guapo…!’.

Los signos de interrogación y admiración se pueden emplear combinados, aunque raramente, en frases que participan de los dos caracteres: ‘¿Por qué tanta crueldad, Dios mío!’. Su colocación respectiva no obedece a reglas y queda a juicio del hablante.

9. Paréntesis ((…))

Sirve para encerrar cualquier inciso. Particularmente, las oraciones enteras no enlazadas gramaticalmente con la cláusula en que se intercalan: ‘Hacía calor (el verano vino aquel año muy adelantado) y las ventanas estaban abiertas’. Algún dato o aclaración simplemente yuxtapuesto: ‘Cervantes (1547-1616) es el escritor del Siglo de Oro… Como decían los latinos, audaces fortuna juvat (a los audaces ayuda la fortuna)’. También se encierran entre paréntesis, aunque se emplea para ello más propiamente el paréntesis cuadrado, los finales suplidos al transcribir palabras que están incompletas en el original.

No hay inconveniente en escribir detrás de los paréntesis los signos de puntuación que requiera el sentido de la frase. Pero, cuando hay punto delante del paréntesis, el que corresponde poner detrás del contenido de éste se escribe dentro del paréntesis.

10. Paréntesis cuadrados o corchetes ([…])

Se emplean para encerrar las palabras o los finales de palabra suplidos al transcribir, por ejemplo las leyendas de las monedas, los documentos antiguos, o los datos de las portadas de los libros: ‘R[amón] M[enéndez] Pidal’. También se emplean para enlazar una línea impresa con alguna palabra o final de palabra que, por no caber en ella, se pone inmediatamente encima o debajo de su final. Para el uso en este Diccionario, V. corchete.

11. Comillas («…»)

En español se usa poco este signo en los impresos, pues tanto las citas como los ejemplos suelen ponerse en letra cursiva.

Se emplean:

11.1. Para encerrar algo que es una cita o está copiado de otro sitio.

11.2. Para encerrar una palabra o expresión usada con un significado que no es el que tiene corrientemente: ‘Hay tres «clases» de tropa’; igualmente, cualquier expresión que constituye un modismo o se emplea como expresión estereotipada, especialmente si puede haber duda respecto de ese carácter: ‘Los dos caballos de un «hombre de armas». El nombre botánico del «ombligo de Venus»’.

11.3. También se emplean las comillas en lugar del subrayado para encerrar una palabra o expresión que se intercala en la frase como tal palabra o expresión y no con su significado; si se escribe ‘buscaba otra palabra en vez de «trabajar»’, trabajar deberá ir entre comillas, so pena de que se interprete que buscaba en vez de trabajar. Del mismo modo, cuando una palabra o expresión se emplean como significado pero no con su significado, puede ponerse entre comillas si con ello se da claridad al texto: ‘«Pedir árnica» equivale a «declararse vencido»’. Las comillas de la expresión que hace las veces de la segunda de este ejemplo pueden suprimirse si la expresión es demasiado larga y las comillas son una complicación del texto innecesaria para el sentido.

11.4. Unas comillas solas se emplean en las relaciones o listas para suplir la parte de un asiento que es repetición del superior.

Se llama comillas sencillas el signo (‘…’) que en algunos países se emplea cuando conviene poner entre comillas alguna parte de un texto que ya va entrecomillado. En este diccionario se emplean para encerrar los ejemplos.

12. Guión o raya (—)

12.1. Se coloca al principio de lo que dice cada interlocutor en la transcripción de un diálogo.

12.2. Precedido de un punto, en el signo llamado punto y raya, se emplea para separar un epígrafe del desarrollo enunciado en él.

12.3. Lo mismo que las comillas solas, se utiliza en un asiento para indicar la repetición de alguna parte del que está encima.

12.4. Se emplea en vez de paréntesis en un escrito ya encerrado entre paréntesis.

13. Guión pequeño (-)

Se emplea:

13.1. Detrás del principio de una palabra que queda cortada al final de una línea y se completa en la línea siguiente. (V. separación de palabras en este apéndice.)

13.2. Para enlazar los dos elementos de una palabra compuesta. (V. composición y guión de este apéndice.)

14. Dos rayas (=)

Además de con su significado matemático de «igual a», se usan en las copias, para indicar las separaciones de párrafo.

Fuente: Diccionario María Moliner de uso del español