Superlativo

Superlativo

Formación y uso del superlativo

Los superlativos se forman anteponiendo el artículo correspondiente al adjetivo comparativo de superioridad o inferioridad, perifrástico u orgánico, inmediatamente o con interposición del nombre: ‘El mejor hombre. El caballo más veloz’. Puede ponerse el nombre en forma partitiva: ‘El mejor de [todos] los hombres’ o ‘entre [todos] los hombres’. Puede también ponerse el adjetivo en grado normal seguido de sobre todos o entre todos: ‘Grande sobre [o entre] todos’. Y se forman también expresiones superlativas adjetivales o adverbiales anteponiendo al adjetivo o adverbio todo lo: ‘Sostén la cuerda todo lo tirante que puedas. Fui todo lo deprisa que me permitían mis piernas’. Las expresiones todo lo más (precediendo a un adjetivo) y todo lo mayor (en vez de todo lo grande) son redundantes y suenan mal.

Los superlativos se emplean a veces con significado ponderativo, sin que exista realmente comparación: ‘Viven en la mayor miseria’.

Se llaman también superlativos los adjetivos orgánicos acabados en ísimo o érrimo y los perifrásticos formados con muy, que expresan la cualidad en grado extraordinario: ‘Una mujer guapísima. Un escritor celebérrimo’. Pueden en lenguaje informal formarse adjetivos y adverbios perifrásticos equivalentes con la expresión de lo más: ‘Un hombre de lo más servicial. Es una chica de lo más simpática’. En general, el superlativo orgánico o formado con desinencia expresa mayor grado que el formado con muy: ‘guapísima’ significa más guapa que muy guapa; ‘gravísimo’, más grave que muy grave.

En lenguaje coloquial es muy frecuente el uso de muy repetido: ‘Estoy muy, muy contento’. Puede sustituir a muy un adverbio de grado en mente: ‘Profundamente agradecido. Altamente satisfecho’.

En lenguaje informal se convierten también en superlativos los adjetivos y adverbios mediante la adición de los prefijos re-, requete- o rete-: ‘reprecioso, requetebién, reteguapa’. También hay algunos adjetivos de significado superlativo formados con sobre-: ‘sobrebarato, sobrecargado’.

En el lenguaje hablado se forman expresiones de sentido superlativo repitiendo en plural el adjetivo o nombre calificativo con la preposición de intercalada: ‘Ese hombre es el sinvergüenza de los sinvergüenzas. Eres la preciosidad de las preciosidades’.

También sirve para formar expresiones superlativas la locución por demás: ‘Testarudo por demás’.

Los adverbios suelen formar el superlativo con muy; pero algunos admiten la terminación ísimo, -a: ‘cerquísima, lejísimos, tardísimo’.

A veces se aplican superlativos a palabras que, por su naturaleza, parecen lógicamente rechazarlo, ya que no expresan cualidades graduables: ‘españolísimo, superiorísimo, singularísimo, mismísimo’.

El adverbio muy se puede aplicar a expresiones adverbiales: ‘Muy de moda. Muy al pie de la letra’.

De algunos superlativos orgánicos (que tienen sentido superlativo por sí mismos, sin necesidad de adición de otros elementos) se ha perdido la noción de que lo son y se emplean también con la adición de un adverbio: ‘Muy íntimo’.

Limitaciones en el uso del superlativo

Rechazan el perifrástico los adverbios de cantidad. Sin embargo, la expresión muy mucho es muy expresiva y muy frecuentemente usada en lenguaje hablado: ‘Te guardarás muy mucho de tocar a mi hijo’. Tampoco se aplica ese superlativo a los comparativos perifrásticos. No se puede decir ‘muy más grande’. Pero sí puede aplicarse a los comparativos orgánicos, excepto mejor y mayor: ‘Muy anterior. Muy superior’.

El superlativo formado mediante desinencia lo rechazan en general los siguientes tipos de palabras: las de muchas sílabas, como ensoberbecido; las acabadas en eo que llevan acentuada la sílaba anterior, como espontáneo; las palabras acabadas en ío, excepto pío y frío, que pueden formar piísimo y friísimo; las en io, como sabio; las en uo, como ingenuo, y las en í, como baladí.

No suena bien ni se tiene por correcto aplicar tan a un superlativo; a pesar de que la proscripción no se funda en una razón lógica, expresiones como ‘tan buenísimo’ suenan detestablemente, aunque son populares; y ‘tan muy bueno’ no se le ocurre decirlo a nadie. Sin embargo, en ciertas exclamaciones ponderativas no suena mal: ‘¡Estaba tan guapísima con el vestido blanco!’. Y, desde luego, se emplea en lenguaje hablado con las expresiones superlativas formadas con prefijos: ‘Tan repreciosa’.

Fuente: Diccionario María Moliner de uso del español