Verbo

Verbo

1. Formación del verbo

Las terminaciones verbales son -ar, -er e -ir, que dan lugar, respectivamente, a las conjugaciones llamadas primera, segunda y tercera. De ellas es especialmente formativa la primera que se ha empleado generalmente en los verbos de formación romance antiguos y recientes: ‘solear, estrechar’. La terminación -ar toma a veces las formas -ear, -ejar, -ificar, -izar, -uar, -ullar, -urrear: ‘plantear, pasear; cortejar, festejar; bonificar, dulcificar; motorizar, realizar; actuar, conceptuar; mascullar; canturrear’. La segunda, para emplearse en la formación de verbos nuevos toma la forma -ecer: ‘palidecer, ensombrecer’. De la tercera conjugación hay muy pocos verbos formados de otras palabras: ‘colorir, despavorir’.

Como prefijos, se emplean en la formación de verbos todos los de valor prepositivo: a-, ab-, co- o con-, contra-, de- o des-, en-, entre-, i-, in- o ir-, per-, pre-, pro- y trans- o tras-; además, re-.

Se llama parasintético al verbo formado con el empleo simultáneo de un prefijo y un sufijo, o sea, cuando no hay palabra primitiva con uno solo de cualquiera de los dos; como emblanquecer o descuartizar.

2. Conjugación

3. Clasificación de los verbos

3.1. En relación con la conjugación

Verbos regulares.— Los que se ajustan en su conjugación al modelo correspondiente.

Verbos irregulares.— Los que tienen en su conjugación formas que no se ajustan al modelo correspondiente. (V. conjugación irregular en el apartado conjugación de este artículo.)

Verbos defectivos.— Los que no tiene completa su conjugación. Son defectivos, en primer lugar, los terciopersonales y los de sujeto interno. Hay otros de los que, por causas fonéticas o de otra clase, no se usan ciertas formas. (Se anotan en los artículos correspondientes del diccionario.)

Forman un grupo importante los de la tercera conjugación que se emplean sólo o casi siempre en las formas cuya desinencia empieza por i: ‘agredir, aguerrir, arrecir, aterir, despavorir, embaír, empedernir, escarnir, garantir, manir, transgredir’, y quizás algún otro. De ellos, algunos toman de otros verbos que constituyen una variante de ellos las formas no usadas; por ejemplo, empedernir, que las toma de empedernecer, y escarnir, que las toma de escarnecer.

Verbos terciopersonales.— Los que se usan sólo en tercera persona. Son específicamente terciopersonales los de «sujeto interno» y los de «suceso», así como algunos que se usan sólo o específicamente en esta forma; como caber, convenir, doler, importar o parecer. Otros lo son en alguna acepción no específica; como poder en la de «ser posible»; y algunos verbos de conjugación completa como estar, haber, hacer y ser tienen algunos usos como terciopersonales. Existe confusión entre esta denominación y las de impersonal y unipersonal; en este diccionario se prescinde de la última y se emplea la denominación impersonal solamente como designación de una forma de uso del verbo y de un tipo de oraciones, pero no como de una clase de verbos.

Verbos de sujeto interno.— Son verbos terciopersonales, principalmente de fenómeno atmosférico, en que no se descubre un sujeto externo a la misma acción. Son verbos univerbales (alborear, amanecer, anochecer, diluviar, escarchar, granizar, helar, llover, lloviznar, nevar, relampaguear, tronar) o formados con hacer (hacer frío, hacer calor, hacer viento, hacer buen día, hacer mal tiempo, etc.). Son también de sujeto interno otros verbos no atmosféricos; como oler o apestar en las frases ‘aquí huele a gasolina, en la casa apestaba a ratones’.

La oración construida con los verbos susceptibles de ser usados en esta forma equivale a la construcción con que generalmente se expresa un suceso o fenómeno espontáneo, o sea, no atribuible a un sujeto, la cual consiste en usar el nombre del fenómeno o suceso con un verbo terciopersonal como suceder o haber: ‘Ha ocurrido una catástrofe. Hubo una aurora boreal. Aquí hay mal olor’.

Pero muchas de las oraciones con verbo de los más típicamente de sujeto interno, o sea, de los de fenómeno atmosférico, no son traducibles en lenguaje usual a oraciones de esas construidas con el nombre del fenómeno, aunque sí sean lógicamente equivalentes a ellas; por ejemplo, las frases ‘ha ocurrido una lluvia esta mañana’ o ‘ha sucedido el alba’ (por ‘ha alboreado’) no son usables. Sí lo son, en cambio, otras, como ‘este año ha habido muchas nevadas’ o ‘ha habido una helada’.

Verbos de suceso.— Los terciopersonales (V.) que expresan una acción que se produce espontáneamente: ‘Ocurrió un retraso imprevisto’.

Verbos auxiliares.— Los que se unen a una forma no personal de otro verbo, bien constituyendo las formas compuestas de la conjugación, bien sumando su significado al del verbo a que corresponde la forma no personal y matizándolo con un significado nuevo. Pertenecen a la primera clase haber, que, unido al participio de cualquier verbo, forma los tiempos perfectos de su conjugación; ser, con que se forma la conjugación pasiva perifrástica, y estar (y otros equivalentes), con que, añadidos al gerundio de cualquier verbo, se constituye la llamada «forma durativa». Al segundo grupo pertenecen todos los verbos susceptibles de unirse al participio, el gerundio o, principalmente, el infinitivo de cualquier verbo, dando lugar a formas compuestas de diversos significados. Algunos de estos verbos se unen al principal sin preposición; como los de voluntad (‘quiere salir, le mandó venir’), los de temor (‘teme descubrirlo’), los de pensamiento (‘pensó marcharse’), los de sentimiento (‘lamento haberte molestado’), los de necesidad (‘necesita estar solo’) o los terciopersonales (‘se me ocurre pensar…’). Otros, lo hacen mediante alguna preposición (‘debe de estar enterado, empezó a sospechar’). (V. formas perifrásticas en el apartado de formas verbales.)

Verbos pronominales.— Son, en sentido estricto, aquellos que necesariamente se conjugan con un pronombre que reproduce el sujeto verbal; por ejemplo, acordarse, acurrucarse, arrepentirse, atreverse, jactarse. Se extiende en ocasiones esta denominación a los verbos que sin ser pronominales por naturaleza se utilizan en forma pronominal, con o sin valor reflexivo o recíproco. En el diccionario, se considera pronominal todo verbo que se conjuga con un pronombre que no constituye un complemento del verbo, formando con éste una sola unidad. Es el caso, por ejemplo, de los pronominales por naturaleza, como arrepentirse, y de los verbos usados en forma espontánea, como agriarse o romperse.

3.2. Clasificación de los verbos atendiendo a su significado

Verbos subjetivos o de acción anímica.— Se llaman así en sentido amplio todos los verbos que expresan una acción en que hay participación de la voluntad, el entendimiento, la afectividad u otra facultad del sujeto (intentar, mandar, desear, temer…). Como representantes de uso más frecuente se citan deber, poder, querer y saber. Estos verbos funcionan como auxiliares llevando siempre como complemento un verbo en infinitivo cuyo sujeto es el mismo que el del auxiliar, o una oración sustantiva (de infinitivo con sujeto distinto del que lo es del verbo auxiliar o con que): ‘No puede trabajar. Me mandó llevárselo a su casa. Quiere que le ayudemos’. Estos verbos se llaman también modales porque añaden al significado del infinitivo o de la oración sustantiva una apreciación subjetiva de modo semejante a como lo hace el subjuntivo con la idea verbal que expresa. Se anota como particularidad sintáctica que sus pretéritos imperfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo pueden sustituir al potencial en la función propia de esta forma verbal en oraciones no dependientes; pero esto sólo es aplicable en lenguaje actual a deber y querer: ‘Deberías [o debieras] decírselo. Yo habría [o hubiera] querido ayudarte’.

Sí es particularidad común a todos ellos que la forma pronominal del verbo principal puede trasponerse al auxiliar: ‘Se puede decir’ (en vez de ‘puede decirse’).

Se particularizan estos verbos con designaciones que no están uniformadas entre los gramáticos: de creer [o creencia], declarativo, de deseo, de dudar [o duda], de entendimiento, de expresión, de incitar, de lengua, de lograr [o logro], de mandar o recomendar, de necesitar [o necesidad], de obligación, de participación, de pedir, de pensamiento, de percepción sensible, de recomendar, sentiendi et declarandi, de sentimiento, de significar, de voluntad…

Verbos de acción sobre el ánimo.— Son verbos de acción sobre el ánimo, por ejemplo, enseñar, gustar, incitar, acciones que se refieren, respectivamente, a la inteligencia, la facultad afectiva y la voluntad; muchos de estos verbos se usan como terciopersonales, o sea, completados con una oración subordinada sustantiva.

Verbos de significar.— Son verbos de acción no física que tampoco son de acción anímica; como designar, representar o significar, los cuales se usan generalmente como terciopersonales.

Verbos de acción física.— Expresan una acción realizada por un sujeto inanimado o por un sujeto animado sin implicar que en la acción intervenga su voluntad, su afectividad o su pensamiento: ‘El río inundó la comarca. Atravesaron la calle’. El significado de estas oraciones no se presta a que lleven subordinada sustantiva, aunque sí admiten subordinada con conjunción subordinante, de relativo o adverbial.

Verbos de suceso.— Son verbos terciopersonales que expresan una acción que se produce espontáneamente (suceder, ocurrir, acontecer).

Verbos de posibilidad.— Son verbos terciopersonales que expresan posibilidad; como caber, poder ser, ser fácil o ser posible.

3.3. Clasificación de los verbos en función del aspecto

Verbos perfectivos e imperfectivos o de acción duradera.— Los primeros son los que enuncian una acción terminada cuando se produce, como morir o decir. Los segundos son los que enuncian una acción en vías de realización; como andar o hablar. Pero esta división no tiene trascendencia gramatical, además de que carece de precisión, ya que hasta los verbos de acción más instantánea como son los que expresan el paso de un estado a otro (morir, acabar, empezar…) tienen gerundio y por tanto forma durativa o imperfectiva (‘estaba muriéndose [acabando, empezando…]’); y los verbos de acción más claramente durativa, como vivir, seguir o crecer, tienen participio y con él formas compuestas con haber, siempre perfectivas, así como pretérito indefinido, igualmente perfectivo (‘haber vivido, ha seguido un camino equivocado, no creció bastante’).

Verbos incoativos.— Son verbos que, como aficionarse o florecer, enuncian la iniciación de una acción o el paso a cierto estado.

Verbos frecuentativos.— Son los que expresan una acción que por naturaleza consiste en la repetición de un mismo acto, como golpear o repiquetear.

3.4. Clasificación de los verbos según su forma de construcción

La clasificación tradicional fundamental de los verbos, relacionada con la sintaxis de la oración simple, es en transitivos, intransitivos y atributivos.

Verbos transitivos.— Son los verbos con los que se construyen oraciones transitivas, o sea con complemento directo. Unos lo son por naturaleza, como decir o enviar y no pueden ser usados de otra manera; otros, aunque primariamente transitivos, pueden ser usados también como intransitivos o absolutos, como quemar o pegar, y otros son verbos primariamente intransitivos usados como transitivos: ‘Dormir la siesta. Pasear al niño’.

Verbos intransitivos.— El que por naturaleza se construye sin complemento directo o está usado en esta forma. Son por naturaleza intransitivos la mayoría de los verbos de movimiento o de acción fisiológica; como andar, entrar, ir o llegar; bostezar, dormir, ladrar o respirar.

Verbos atributivos.— También llamados copulativos y sustantivos. Son los verbos usados para unir un atributo al ser de que se predica. Son fundamentalmente atributivos ser y estar. Lo son en segundo lugar los que componen formas perfectivas con participios que pueden ser sustituidos por adjetivos: dejar, quedar, resultar y salir(llevar no se usa con adjetivos): ‘Le dejó pálido. Salí de allí loco’.

4. Formas verbales

Específicamente, la designación forma se aplica a las llamadas perifrásticas, o sea, las constituidas por un verbo en infinitivo, gerundio o participio, que contiene el significado fundamental, y otro que se une a él como auxiliar modificando su significado o sumando a él el suyo propio como ocurre en las formadas con los verbos propiamente auxiliares deber, poder, querer o saber. También se llama forma pronominal o conjugación pronominal a la formada con los pronombres me, te, se, nos, os, y forma terciopersonal o conjugación terciopersonal a la que, con el significado de que se trata, se usa sólo en tercera persona; como parece que, resulta que o hay que. Pero, genéricamente, se llama forma a cualquier manera distinguible de otras en el uso o en el valor de un verbo. Así, se habla, por ejemplo, de forma activa, forma pasiva o formas compuestas.

E, incluso, se aplica tal designación genérica a ciertos usos en que el verbo, sin cambiar de estructura, toma un significado especial (forma causativa, forma activada…); así como a cada tiempo, persona, etc., de la conjugación y a ciertas clases establecidas en ellas (forma de imperativo, forma asertiva, forma perfectiva…).

4.1. Formas perifrásticas

Se llama forma perifrástica a cualquier expresión verbal formada por un elemento que se conjuga, llamado verbo auxiliar, y otro elemento invariable que, generalmente, contiene el significado que interesa, llamado verbo principal. La forma principal, invariable, puede ser el participio, el infinitivo o el gerundio: ‘Ha llegado el tren. Acabo de llegar. Has salido ganando’.

4.1.1. Formas perifrásticas con participio

Las más importantes son los tiempos perfectivos formados principalmente con haber, y la pasiva, formada con ser: ‘Hemos visto muchas cosas. Fue condenado a trabajos forzados’.

Tiempos perfectivos.— Puede el auxiliar haber ser sustituido por tener para dar cierto énfasis a la expresión: ‘Tengo visto mucho en esta vida’.

También se forman oraciones perfectivas con formas verbales perifrásticas construidas con otros auxiliares: ‘Está visto lo que se puede esperar de él. Trae revuelta a toda la familia. Llevamos andada la mitad del camino. Queda hecho lo principal. El desengaño le hizo [o volvió] desconfiado. Estamos contaminados todos. Quedaron sometidos a su voluntad’. En todas estas oraciones hay, además del verbo auxiliar y el participio, otro elemento. Este elemento representa, respecto de la expresión formada con el participio y la forma verbal conjugable, papeles que acreditan a esa expresión de verdadera forma verbal en su conjunto (forma verbal perifrástica): papel de sujeto en los ejemplos con ‘está visto’, ‘queda hecho’, ‘estamos contaminados’; de atributo, en los ejemplos con ‘le hizo [o volvió] desconfiado’; o de complemento de una u otra clase en los ejemplos con ‘trae revuelta’, ‘llevamos andada’, ‘quedaron sometidos’. En cuanto al último ejemplo, puede ser interpretado como una oración pasiva perifrástica, ya que quedaron puede, sin ningún inconveniente, ser sustituido por fueron, o como una oración atributiva.

(V. en el apartado siguiente nueva alusión a las oraciones de la forma del párrafo anterior.)

Hay una forma con ser para más participio de significado especial asimilable al de la forma «de obligación»: ‘No es para dicho lo que se alegró’.

Forma pasiva perifrástica.— Es cualquier forma verbal en que el sujeto gramatical del verbo no es el ser que realiza la acción expresada por él, sino el que la sufre. La forma pasiva específica es la llamada «voz pasiva», formada con el participio del verbo que expresa la acción, y el verbo ser como auxiliar. (Propiamente, ésta es una forma perifrástica más y no le corresponde el nombre de voz que lleva la forma latina de significado correspondiente, la cual tiene formas propias.) Esta forma permite expresar el contenido de una oración transitiva cuando el sujeto activo es indeterminado, desconocido o indiferente, o cuando es el objeto de la acción lo que acude primero a la mente del hablante o éste pretende dirigir especialmente la atención sobre él dándole el papel preponderante de sujeto gramatical. Usada con propiedad en esos casos da indudable precisión y elegancia a la expresión: ‘He sido insultado. La ciudad fue incendiada por sus habitantes. La casa ha sido alquilada por unos extranjeros. Le fue asestado un golpe por la espalda. Algún día será rehabilitada su memoria. Los documentos que le fueron robados. Cuando le sea aplicado el castigo que merece’. Sin embargo, su uso va siendo cada vez más raro y ocupan su lugar la «pasiva pronominal» y la «forma impersonal». Especialmente, en lenguaje coloquial o en modismos, para los cuales la construcción pasiva con ser resulta inadecuada por su empaque culto; nadie diría, por ejemplo, ‘les fue tomado el pelo’ o ‘fueron echados con cajas destempladas’ (sino ‘les tomaron [o se les tomó] el pelo’ o ‘les echaron [o se les echó] con cajas destempladas’).

Pero el uso de la pasiva con ser es obligado cuando otra forma se presta a anfibología. Por ejemplo, la expresión ‘el lápiz se borra fácilmente’ puede significar ‘el lápiz es susceptible de ser borrado fácilmente’ (y ello constituir una ventaja), o ‘el lápiz se borra espontáneamente con facilidad’ (y ello constituir un inconveniente); si lo que se quiere decir es lo primero y no queda claro por el contexto, habrá que decir ‘el lápiz es borrado con facilidad’. En otros casos es más precisa (aunque hay que advertir que la ayuda del contexto es casi siempre necesaria) la forma no perifrástica. ‘El castigo ha sido exagerado’ puede significar que ha sido exagerado al referirlo o que lo fue en sí mismo; si es lo primero, será mejor decir ‘exageran [o han exagerado] el castigo’. Al decir ‘la obra ha sido censurada’, se puede querer decir que ha pasado por la censura gubernativa o eclesiástica o que la gente la ha hecho objeto de censuras; si es lo segundo, resulta más claro decir ‘censuran [o han censurado] la obra’.

También pueden ser tomadas como pasivas las formas perifrásticas con estar o quedar y participio: ‘Todos estamos contaminados. Quedaron sometidos a su voluntad’. Pero en estas construcciones el elemento de forma de participio es más propiamente un atributo y la oración más bien atributiva que pasiva. Una razón en favor de esta interpretación es que, como ocurre, por ejemplo, en uno de los ejemplos citados, las acciones del auxiliar y del participio pueden no corresponder al mismo tiempo: estar (en el primer ejemplo) es presente, mientras que la contaminación ocurrió en el pasado. Otro ejemplo puede acabar de aclarar esta idea: en la oración ‘el cuadro está terminado por un discípulo suyo’, todo lo que sigue al sujeto gramatical y el verbo es un atributo, ya que está es presente, tiempo del estado, pero no de la acción de terminar, que, naturalmente, es anterior; si se quiere más confirmación, obsérvese que el verbo estar puede ser reemplazado por otro verbo de función atributiva: ‘parece terminado, se supone terminado’…. (Interesa esta distinción para la discriminación del uso de los verbos ser y estar.)

Notas sobre construcción de la forma pasiva

La preposición propia del sujeto activo es por: ‘Es estimado por todos’. En lenguaje literario se emplea también de: ‘Es estimado de todos’; esta construcción era antes más frecuente: ‘Fueron dél muy bien recibidos’. Se emplea también de en frases de sentido pasivo construidas con estar en que el participio está usado adjetivalmente: ‘Ahogado de trabajo. Comido de ratones’.

Antiguamente, la pasiva perifrástica no sólo era más usada que en lenguaje actual, sino que se extendía a los verbos intransitivos: ‘Mi padre es muerto. Los cuadrilleros son idos. Los justos son dichos ser generosos y liberales’.

(V. en forma pronominal la pasiva de esta clase y forma impersonal.)

4.1.2. Formas perifrásticas con infinitivo

Son muy numerosas las formas compuestas con infinitivo: ‘Prefirió marcharse. Debes avisarle. Le he hecho venir. Le obligará a pagarle’. Con algunas se forman grupos a los que se aplican designaciones particulares:

Forma aproximativa.— Con venir a: ‘Viene a salir por el mismo precio. Viene a estar a cinco kilómetros’.

Forma causativa.— Con dar a: ‘Dar a conocer una noticia. Dar a limpiar un traje’. Con hacer: ‘Le hizo saber su decisión. Le hizo pagar daños y perjuicios’.

Forma hipotética.— Se llama así la forma perifrástica con deber de: ‘Debe de haber pasado algo. Debía de estar lloviendo. Debe de saber más de lo que dice’. Hay que distinguir entre esta forma hipotética con de y la forma compuesta con deber como auxiliar, en que este verbo conserva su significado de obligación, que se suma al del verbo principal; esta última forma no debe llevar de. (V. en forma obligativa.)

Forma incoativa.— Con darse a: ‘Se dio a especular’. Con echar[se] a; con verbos de acción no emotiva se usa con o sin pronombre: ‘Echaron [o se echaron] a volar’; pero con verbos de acción emotiva se emplea siempre la forma pronominal: ‘Se echó a llorar [o a reír]’. Con ir a: ‘Va a montar un negocio’. Esta forma, usada exclamativamente en la primera persona del plural, tiene sentido imperativo: ‘¡Vamos a jugar!’ Un caso particular es la expresión Vamos a ver, la cual, por elipsis del auxiliar, da lugar a la expresión informal de sentido inquisitivo o imperativo ¿A ver? o ¡A ver!, que se usa independiente o con una oración adjunta: ‘¡A ver! Que pase el primero. ¿A ver qué llevas ahí? ¡A ver si acabamos! ¡A ver si lo consigo!’. La frase dubitativa A saber si… procede de modo semejante de ve[te] a saber si…, único giro incoativo-imperativo en segunda persona del singular.

Forma obligativa.— Se incluyen en esta designación las formadas con deber, haber de, hacer, hay que, mandar, meter a, obligar a, ser de y tener que [o de]. Las formadas con deber, haber de, hay que y tener que (junto con la «forma hipotética» con deber de de que ya se ha hablado) son las formas perifrásticas más usadas y las que reciben específicamente este nombre. Conviene, pues, estudiar especialmente su significado y su uso. Deber se usa en este caso propiamente como auxiliar, o sea, sin perder su significado específico, que se suma al del infinitivo: ‘Debes hacerlo’. Como se ve, en este uso deber no lleva preposición; pero es error muy frecuente emplearlo con ella por influencia de su otro significado (V. forma hipotética en esta misma sección de formas perifrásticas), diciendo, por ejemplo, ‘debes de hacerlo’.

Haber de expresa en primera persona autodeterminación: ‘He de decírselo’; y, aun empleado en segunda o tercera persona, implica también participación de la voluntad, deseo u opinión del que habla en la necesidad u obligación expresada: ‘Has de preocuparte más de ti mismo. Ha de llover antes de acabarse la semana’.

Hay que expresa obligación o necesidad más objetivamente: ‘Hay que pagar la contribución este mes’.

Tener que expresa obligación o necesidad con más energía y más objetivamente que haber de: ‘Tengo que marcharme’.

Con hacer: ‘Le hizo pedirle perdón. Al fin, me hará enfadar’.

Con mandar: ‘Le ha mandado venir’.

Con meter a: ‘Le metieron muy joven a trabajar’. Esta forma se usa mucho interrogativamente para expresar reproche hacia alguien que interviene innecesaria u oficiosamente en cierta cosa que puede ser comprometida: ‘¿Quién te mete a ti a arreglar sus asuntos? No sé quién le habrá metido a ése a escribir versos. ¿Quién me metería a mí a intentar reconciliarles?’.

Con obligar a: ‘Le obligó a confesarlo todo’.

Con ser de: ‘Es de desear que no se repita esto’.

Con tener de (popular). Expresa determinación: ‘Tengo de decírselo. Tengo de averiguarlo’.

Con tener que. Puede expresar determinación o necesidad: ‘Tengo que tomar la revancha. Tengo que estar allí a las cinco en punto’.

En cualquier forma de éstas obligativas, menos en la formada con haber de, puede intercalarse un inciso entre el verbo auxiliar y el principal: ‘Voy, si me lo permites, a hacerte una pregunta. Debe, por lo visto, de haberse presentado alguna dificultad. Tienes, creo yo, que hacerte a esa idea’. (Pero no ‘he, con el tiempo, de conseguirlo’.)

Forma optativa.— Con desear o cualquier verbo equivalente, como ansiar o querer; también con suspirar [o beber los vientos] por y otros modismos de igual significado: ‘Deseo [quiero, ansío…] serte útil’.

Forma perfectiva.— Con acabar de: ‘Acaba de llegar’. Con alcanzar a: ‘No alcanzo a verlo claro’. Con llegar a: ‘No llegó a conseguirlo’.

Forma permisiva.— Con dejar o permitir: ‘Me dejó pasar. Eso me ha permitido llegar antes’. Con poder: ‘Así puedes sujetarlo’.

Forma progresiva.— Cualquier forma perifrástica en que se expresa la acción como futura con respecto al tiempo del auxiliar. Se incluyen entre las formas progresivas la hipotética, incoativa, obligativa, reiterativa y terminativa.

Forma reiterativa.— Dos formas perifrásticas, completamente distintas en la forma y, también, de distinto significado, pueden llamarse reiterativas; la que corresponde a este lugar, como formada con infinitivo, es la que lleva por auxiliar volver a: ‘No volví a verle’. La otra se verá entre las formadas con gerundio.

Forma resolutiva.— Con acabar por: ‘Acabaré por mandarles a todos a paseo’. Con atreverse a: ‘Se atrevió por fin a pedirle el dinero’. Con decidirse a: ‘Si te decides a venir, avísame inmediatamente’. Con lanzarse a: ‘Se lanzó a montar un negocio’. Con terminar por: ‘Terminó por hacerse monja’.

Forma terminativa.— Expresa cierto resultado a que se llega después de diversas vicisitudes. Con ir a y un verbo tal como dar en o parar, que completa el significado de paradero: ‘Fue a dar en un presidio. Fue a parar a un manicomio’. A veces expresa un incidente o suceso que ocurre casualmente entre otros posibles: ‘Fue a tropezar con un granuja. Y, mira por dónde, fue a entrar justamente en mi tienda’. Con llegar a [o hasta]: ‘Llegó a [o hasta] insultarle. Si llego a averiguarlo ya te lo diré. Si llega a enterarse, nos armará un escándalo’. Esta forma, en presente de indicativo y referida al pasado, equivale al pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo del verbo principal: ‘Si llego a saber eso (= ‘si hubiera sabido eso’), me quedo en casa’. Con venir a: ‘Vine a averiguar que no era tal príncipe ruso. Todo viene a ser lo mismo. Vino a perder el sentido. Vino a resultar un chasco’. Con venir a y parar, quedar o verbo del mismo significado como principal tiene el mismo valor que ir a: ‘Todo vino a parar [o a quedar] en una pelotera más’.

Es muy posible que en la relación anterior no estén con designación particular todos los grupos posibles de formas perifrásticas con infinitivo. Y, también, que en cada grupo no estén agotados todos los casos posibles.

4.1.3. Formas perifrásticas con gerundio

Forma durativa.— El auxiliar específico es estar: ‘Estoy viéndola detrás del visillo’. Pero pueden usarse otros que no siempre son sustituibles por estar:andar (‘anda diciendo que se va a casar’), ir (‘va mejorando de aspecto’), salir (‘he salido ganando con el cambio’), seguir (‘sigue trabajando por su cuenta’) o venir (‘ha venido contándome no sé qué historias’).

Pueden considerarse verdaderas formas perifrásticas de gerundio aquellas en que el verbo auxiliar no conserva como tal su significado como verbo independiente y, por tanto, puede ser sustituido por otro de significado distinto o por una expresión en que no figure tal verbo auxiliar: ‘salir ganando’ es lo mismo que resultar ganancioso; ‘ir contando maravillas’ es lo mismo que contar maravillas; ‘anda diciendo tonterías’ es igual que dice tonterías.

Pero en las expresiones en que no ocurre así, es decir, en que la presencia del verbo auxiliar con el significado que le corresponde como verbo independiente es indispensable para que la expresión compuesta conserve su significado, el gerundio hace realmente papel de adverbio; tales frases son innumerables, ya que cualquier verbo susceptible de alguna modalidad expresable con otro puede unirse al gerundio de éste para formar una expresión verbal compuesta. En las frases ‘me lo dio riéndose’ o ‘anda moviendo mucho los brazos’, dar y andar son verbos fundamentales y ‘riéndose’ y ‘moviendo mucho los brazos’ son adverbios que expresan la manera de dar y la manera de andar.

Forma reiterativa.— La forma compuesta con gerundio llamada reiterativa (V. otra con la misma designación entre las formadas con infinitivo) se construye con los mismos auxiliares que la durativa y sólo se diferencia de ésta en que el complemento directo del gerundio, por ejemplo chistes, es discontinuo: ‘Se pasa la vida contando chistes’.

4.2. Forma pronominal

Es la forma verbal acompañada de un pronombre personal en caso oblicuo, empleada en las oraciones llamadas pronominales, o sea, aquellas en que el sujeto verbal se encuentra repetido en forma de pronombre en caso oblicuo (me, te, se; nos, os): ‘Estúdiate esta lección. Ella se peina al levantarse’. También, en las oraciones con se pasivas e impersonales: ‘El café se cultiva [o los plátanos se cultivan] en los países tropicales. Se avisa a los interesados’.

4.2.1. Valores de la forma pronominal

A continuación se indican las distintas formas pronominales sucintamente diferenciadas y con ejemplos. Se tratará en este artículo de aquellas formadas con pronombres de las tres personas. Y se dejan para el artículo se aquellas que sólo se construyen con este pronombre.

4.2.1.1. Forma reflexiva

a) ‘Ella se peina’. Es el caso prototípico de forma pronominal reflexiva; en él, el sujeto es a la vez receptor de la acción y está representado en esta función de complemento directo por me, te, se, etc. Cuando en una oración de esta clase con sujeto plural cabe anfibología por poder ser tomada como recíproca, se puede completar para evitar la anfibología con las expresiones a nosotros mismos, a vosotros mismos, a sí mismos: ‘Nos perjudicamos a nosotros mismos’.

b) ‘Ella se arregla el peinado. Yo me limpio los zapatos. Yo me he roto el vestido’. Son oraciones en que hay un complemento directo, ‘el peinado’, ‘los zapatos’ y ‘el vestido’, distinto del sujeto, y en que se, representando al sujeto, es un complemento indirecto. Es fácil asimilar esta construcción a la del caso anterior o prototipo de oración reflexiva considerando ‘arregla el peinado’, ‘limpio los zapatos’ o ‘he roto el vestido’ como un elemento único, un «verbo complejo», con lo cual se y me pasan a ser complementos directos. Las oraciones de esta forma sustituyen en español a las formadas con un adjetivo posesivo en otras lenguas: ‘Arregla su peinado. Limpio mis zapatos. Se ha roto mi vestido’.

c) ‘Me he hecho un traje’. Se trata de una oración causativa pero este caso es igual al anterior en cuanto al papel gramatical del pronombre, que es el de complemento indirecto (también en cuanto a la posibilidad de considerar ‘he hecho un traje’ como un «verbo complejo», con lo que ese complemento indirecto pasa a ser directo). La única diferencia está en el valor del verbo, que, por una evolución puramente semántica, sin relación con la sintaxis, pasa a equivaler a «hacerse hacer».

4.2.1.2. Forma recíproca

‘No os peguéis’. Es una oración recíproca; esencialmente no se trata de un caso distinto del reflexivo, ya que no hay diferencia entre que el sujeto —receptor de la acción— sea uno solo o que haya más de uno con alternancia en cuanto a sus papeles de sujeto y receptor de la acción.

Si en una oración recíproca cabe anfibología por poder ser interpretada como reflexiva de sujeto plural, puede aclararse el significado con las expresiones uno[s] a otro[s]: ‘Les gusta molestarse unos a otros’.

La oración recíproca puede también formarse con un verbo intransitivo de los susceptibles de ser usados en forma pronominal: ‘No os peleéis’; entonces, naturalmente, la reciprocidad consiste en la alternancia en el papel de sujeto (no te pelees con él y no se pelee él contigo).

4.2.1.3. Forma pronominal en que el pronombre carece de función propia

El pronombre sigue representando al sujeto, pero ya sin papel propio distinto; es, bien un signo adjunto al verbo que le da valor intransitivo o de inmanencia, o sea, de verbo cuya acción no recae sobre cosa distinta del sujeto, o bien una repetición enfática o de interés de éste. Se dan a continuación los distintos tipos dentro de este grupo.

a) Un pequeño grupo de verbos transitivos con forma pronominal, entre ellos callarse, criarse y llamarse, forman oraciones reflexivas por la forma, ya que el sujeto y el receptor de la acción representado por el pronombre son el mismo, pero cuyo significado es pasivo o impersonal: ‘Me llamo Juan’ no quiere decir yo llamo Juan a mí, sino yo soy llamado Juan o me llaman Juan. ‘Ella se crió en casa de sus abuelos’ quiere, igualmente, decir ella fue criada en casa de sus abuelos.

b) ‘Su padre se murió hace años. Se ha dormido en la conferencia’. En este caso —el pronombre reflexivo está usado con verbos intransitivos— es solamente una manera de acentuar el hecho de que la acción se realiza en el propio sujeto; es forma propia sólo de ciertos verbos.

c) ‘No te disgustes por eso. Se ha envejecido mucho’ son oraciones semejantes a las del caso anterior, pero de verbo transitivo. Por la forma son como las oraciones reflexivas, ya que el verbo es transitivo y el pronombre es, gramaticalmente, complemento directo. Pero se apartan de ellas por el significado: ‘No te disgustes por eso’ no quiere decir «no disgustes a ti mismo por eso», sino «no sufras disgusto por eso»; ‘Se ha envejecido mucho’ significa «ha experimentado un gran envejecimiento», pero no «ha envejecido a sí mismo».

d) El mismo papel que en los dos casos anteriores tiene el pronombre se en los verbos llamados reflexivos o pronominales; verbos, originariamente transitivos o intransitivos, que han cristalizado en la forma pronominal y se usan sólo en ella, como acordarse, acurrucarse, arrepentirse, atreverse o jactarse: ‘Ya te arrepentirás’.

e) Ciertos verbos toman también la forma reflexiva de manera fija, pero sólo en ciertos casos; son los verbos de consumo (comer, beber, fumar, tomar) o asimilables a ellos: ‘Se bebió un vaso de vino. Se ha tomado unas vacaciones. Se fuma una cajetilla diaria. Me recorrí los diez kilómetros a pie’.

f) Es muy semejante al anterior, pero no es privativo sólo de ciertos verbos, el uso de un pronombre redundante con que se subraya que es el sujeto y sólo él el que realiza o ha de realizar la acción; ‘Tú te lo dices todo. Advierto a mi señor que él se lo ha de batallar todo’ (Quijote).

g) ‘Se ha hundido el puente’. Por fin, el punto de paso de las oraciones pronominales reflexivas a las pasivas y a las impersonales lo constituyen las oraciones pronominales de verbo transitivo en que el sujeto gramatical es realmente el receptor de la acción y el sujeto activo es indeterminado (por ejemplo, la acción del tiempo). Esta construcción es, en realidad, una manera de convertir la acción transitiva en intransitiva o inmanente reuniendo gramaticalmente en el sujeto, mediante el pronombre reflexivo, los papeles de actor y receptor de la acción; se trata, pues, de acciones que, siendo por naturaleza transitivas, se realizan espontáneamente en el sujeto, por lo que tales construcciones pueden recibir el nombre de forma espontánea. Estas oraciones pueden llevar complemento indirecto representado por un segundo pronombre personal: ‘Se me ha roto el vestido’.

4.2.2. Observaciones

a) Para unir el pronombre os enclítico al imperativo se suprime la d, salvo en el verbo ir. Pero, en lenguaje vulgar, es frecuente la sustitución de la d por una r; lo cual tal vez guarde relación con el uso popular del infinitivo por el imperativo (V. en el apartado de uso de los modos y tiempos verbales, el uso verbal del infinitivo). Esta sustitución es tolerable en lenguaje hablado con verbos de la tercera conjugación: ‘Reíros todo lo que queráis’; y, con verbos monosílabos, hasta sonaría pedante la forma regular (‘idos de aquí’), aunque, por escrito, se usaría esa forma y no la correspondiente a la pronunciación usual, ‘¡iros de aquí!’. En verbos de la primera y segunda conjugación el empleo de r por d es francamente vulgar y no tolerable en lenguaje esmerado.

También lo es, y en mayor grado, el uso del infinitivo seguido de se en vez del imperativo pronominal con os: ‘¡Callarse todos!’.

Y es de máxima tosquedad esa misma forma con n al final: ‘¡Irsen todos de aquí!’, usada también, aunque no frecuentemente. (Se ha empleado jocosamente como recurso cómico.)

b) Hay en español particular tendencia al uso de los verbos, tanto transitivos como intransitivos, en forma pronominal; lo cual da lugar a veces a evoluciones notables en su uso. Jactarse y atreverse, por ejemplo, fueron originariamente los verbos transitivos jactar y atrever ahora desusados. Admirar, de ser transitivo con sujeto de persona y complemento directo de cosa ha pasado a usarse también como propiamente reflexivo o pronominal intransitivo (admirarse de); y de este uso ha pasado a emplearse con sujeto de cosa y complemento indirecto de persona (‘una cosa que admira a propios y extraños’). Salir se usa como pronominal en ‘salirse la leche’ y, dando un paso más, ha pasado a usarse con significado nuevo en ‘salirse un recipiente’. Se dice también ‘lloverse el techo’. Y quedarse se usa con sujeto de persona, con exclusión de la forma quedar.

4.3. Otras formas verbales

Forma activa.— Por oposición a pasiva, se llama así a la forma en que se usa ordinariamente el verbo, o sea, cuando el sujeto que ejecuta la acción es sujeto gramatical: ‘Ella leía’. También se denomina forma activa a la «forma transitiva».

Forma activada.— Puede llamarse así a la forma que resulta de una transformación semántica inversa de la que da como resultado la forma causativa, o sea, el paso de un verbo de transitivo a intransitivo convirtiéndose en sujeto el que era complemento directo; como en ‘eso no cuela’.

Forma asertiva.— Es aquella con que se expone, afirmativa o negativamente, un hecho, sin someter su realización a una condición o mostrar duda respecto de ella, y sin que el hablante muestre en la exposición sus sentimientos, deseos u opiniones. Es la forma para la que se emplea el modo indicativo. También se denomina forma declarativa, enunciativa, expositiva e indicativa. (V. en este apartado forma eventual.)

Forma causativa.— Se llama así el uso de un verbo cuando se expresa con él no que la acción que primariamente designa es realizada por el sujeto, sino que éste la hace realizar a otro; como en ‘pasar el vino a otra botella, subir el baúl al tercer piso’ o ‘recordar (verbo que primariamente significa «acordarse de») a alguien una cosa’. Son muchos los casos de acepciones usuales causativas no incluidas en el DRAE; algunas de uso meramente regional o popular, como el aragonesismo ‘no caigas el vaso’; y constantemente se ponen en circulación o se improvisan otras, como ‘rodar una película’ o ‘girar la manivela’. También son causativas algunas construcciones con dar a (‘dar a conocer una noticia’) y con hacer (‘Le hizo saber su decisión’). La forma causativa se denomina también factiva o factitiva. (V. también en este apartado forma activada.)

Forma eventual.— Se llaman así las formas de la conjugación con que se enuncia la acción como una posibilidad, una hipótesis o un deseo; es la designación que se opone a asertiva.

Forma impersonal.—V. el artículo oración impersonal y, para la oración impersonal con se, el artículo se.

Forma interrogativa.—V. el artículo oración interrogativa de este apéndice.

Forma intransitiva.— Forma en que se usa un verbo intransitivo como tal.

Forma negativa.—V. en el diccionario las formas de expresión dentro de la entrada negar.

Forma pasiva.—V. en este artículo el apartado 4.1.1. formas perifrásticas con participio, forma pasiva perifrástica y notas sobre construcción de la forma pasiva, y el artículo voz pasiva.

Forma terciopersonal.—V. en este artículo el apartado 3.1. clasificación de los verbos en relación con la conjugación, verbos terciopersonales.

Forma transitiva.— Forma en que se usa un verbo transitivo como tal. (V. forma activa en este mismo apartado.)

5. Construcción del verbo

5.1. Reglas generales

a) El sujeto pronombre de primera y segunda persona se omite, salvo en casos especiales en que se pone énfasis sobre el sujeto, porque la forma verbal es suficiente para aclararlo; se dice ‘salgo a las doce’, pero ‘yo salgo a las doce’ si con esto se expresa una diferencia con otros que salen a otra hora.

b) El auxiliar de los tiempos compuestos va en lenguaje actual inmediatamente delante del verbo principal, salvo en algunas expresiones estereotipadas como ‘alabado [bendito o maldito] sea, dicho sea’ o ‘conocido [o sabido] es de [o por] todos’, que son restos de otra época en que se usaba el auxiliar pospuesto al verbo (‘robado han el campo; obrado es con oro’).

La precedencia del verbo auxiliar es en lenguaje actual inmediata; pero, antiguamente, era frecuente intercalar algún pronombre o partícula: ‘Hase dicho muchas veces… Aquellos tiempos son ya idos’. Puede aún encontrarse esa construcción en lenguaje literario, pero, en el coloquial, sólo es corriente en la expresión ‘¿Habráse visto?’.

5.2. Peculiaridades en la concordancia del verbo con el sujeto o con el atributo

a) Verbo con sujeto múltiple.— En el caso de sujeto formado por varios nombres o expresiones equivalentes, cabe considerar ese sujeto como múltiple o como complejo; se puede establecer la distinción poniéndoles en el primer caso artículo o adjetivo a cada uno de los componentes y poniendo un artículo o adjetivo para todos en el segundo: ‘La casa, el jardín y el huerto ocupan una hectárea; la casa, jardín y huerto costó más de lo previsto. Su frescura y su cinismo no tienen nombre; su frescura y cinismo no tiene nombre. Que no salgan ningún hombre ni ninguna mujer; que no salga ningún hombre ni mujer’. Pero, también, ‘se acabó la risa y la alegría’ (nombres que expresan conceptos de naturaleza semejante).

En caso de sujeto múltiple, la regla general es que con varios sujetos unidos por cualquier conjunción el verbo se pone en plural: ‘Mi hermano y yo le acompañaremos. Él o su hermano vendrán con nosotros’. Con más motivo, si entre los sujetos hay alguno en plural: ‘Los alrededores y la propia ciudad son muy pintorescos’. Pero, a veces, esta concordancia es sustituida por la llamada «concordancia de proximidad», o sea, la del verbo con el elemento más próximo, cualquiera que sea el número de los otros componentes del sujeto múltiple. La concordancia de proximidad es más frecuente en escritores antiguos que en lenguaje actual: ‘Lo que descubrió Hernán Cortés y sus compañeros’. Véase la siguiente frase del Quijote: ‘… de lo que quedó Camacho y sus seguidores tan corridos…’; en ella, el verbo concierta con Camacho, prescindiendo de sus seguidores, y corridos concierta con Camacho y sus seguidores, prescindiendo de que el verbo está en singular. En lenguaje actual y corriente, sin llegar a esos extremos, se usa a veces tal libertad, aunque raramente en lenguaje escrito y, generalmente, con el verbo antepuesto al sujeto y sólo si el sujeto es traducible por un sujeto único con complemento con con: ‘La librería y los libros (la librería con los libros) fue a parar a manos de un prendero’.

Casos particulares.— Un verbo con varios sujetos enlazados por o o ni puede concertar con ellos en singular o en plural: ‘Vendrá [o vendrán] uno u otro. No lo hizo [o hicieron] ni el uno ni el otro. No pasaba [o pasaban] ningún hombre, mujer o niño que no se quedase [o quedasen] mirando’. Pero si uno de los sujetos es singular y el otro plural, hay que repetir el verbo en el número correspondiente a cada uno: ‘Te quedas tú o se quedan ellos’.

Cuando la conjunción se repite delante del primer elemento enlazado, es más natural poner el verbo en plural: ‘No son sinceros ni su arrepentimiento ni su dolor’ (pero también puede decirse ‘no es sincero ni su arrepentimiento ni su dolor’).

Con sujeto múltiple formado por expresiones neutras (adjetivos y pronombres neutros, infinitivos u oraciones con que) se pone el verbo en singular: ‘Eso, lo avanzado de la hora, no encontrarme muy bien y que no estaba seguro de si tú vendrías, hizo que desistiese’.

Lo mismo, aunque entre los sujetos haya alguno en masculino o femenino: ‘Le decidió a estudiar esa carrera su propia inclinación y lo que yo le dije’. Pero si el elemento con artículo no neutro está formado por una perífrasis como el hecho de, o la circunstancia de, el verbo se pone en plural: ‘Lo extraño del caso y la circunstancia de tratarse de él me hicieron pensar…’. También en otros casos puede sonar extraña al oído aquella concordancia y es preferible usar una perífrasis interponiendo entre el sujeto y el verbo una expresión como son cosas que, son las causas de que, son razones para que, etc.: ‘Esto y aquello son cosas igualmente censurables’. Hay casos en que la clase de verbo o de atributo impone al sujeto formado por varios adjetivos sustantivados con lo el verbo en plural: se dice ‘lo honesto, lo bueno y lo agradable es lo que te propongo’; pero ‘lo bueno, lo honesto y lo agradable van rara vez juntos’ o ‘se dan rara vez juntos’.

Un sujeto convertido en múltiple mediante un complemento con con puede llevar el verbo indistintamente en singular o en plural si el sujeto y su complemento van juntos: ‘El padre con la madre iba[n] en el coche delantero’; pero es mejor construcción ‘el padre iba en el coche delantero con la madre’.

b) Verbo con sujeto colectivo.— Con un sujeto colectivo puede ir el verbo en plural, de acuerdo con la construcción «ad sensum»: ‘Acudían a él infinidad [o una infinidad] de personas en demanda de ayuda’.

Los colectivos con un complemento en plural con de llevan el verbo en plural: ‘Cierta clase de personas lo prefieren así’. Pero si el colectivo expresa parte, puede llevarlo en singular o en plural: ‘La mayor parte de las naves se hundió [o se hundieron]’. Aunque el complemento del colectivo quede implícito: ‘La mitad se volvió a su casa [o se volvieron a sus casas]’.

c) Concordancia con se en oraciones pasivas.— V. el artículo se en este apéndice.

d) Concordancia de persona.— Si en el sujeto hay varias personas gramaticales, el verbo concierta con la primera con preferencia a la segunda y con ésta con preferencia a la tercera: ‘Tú y yo estábamos presentes. Él y vosotros lo sabéis muy bien’.

e) Caso dudoso.— Un caso de concordancia dudosa es el de la construcción llamada «declarativa», o sea, aquel en que el sujeto es un pronombre relativo que representa a una primera o segunda persona; por ejemplo, sobre cuál de las dos formas, ‘yo fui el que descubrí aquella trama’ o ‘yo fui el que descubrió aquella trama’ es la correcta. (V. relativo — oraciones declarativas — en este apéndice gramatical.)

f) Concordancia del verbo con el atributo.— La oración atributiva es una adecuación establecida mediante el verbo entre un sujeto y un atributo; si éste es un adjetivo, la distinción entre él y el elemento nominal que constituye el sujeto es clara y no cabe duda respecto al papel de uno y otro elemento; entonces, el verbo no puede concertar más que con el nombre-sujeto. Pero si los dos elementos son nominales, la distinción no es absolutamente clara, por lo menos gramaticalmente, y cabe una franca ambigüedad, que se resuelve colocando el sujeto en primer término: ‘Una casa es una vivienda. Una vivienda es una casa’. Estos casos de indiscriminación dan lugar a que, aun en otros en que la distinción es clara, al menos conceptualmente, el verbo pueda concertar con el atributo: ‘Su familia eran sus discípulos’. Especialmente, cuando el sujeto es una oración sustantivada con lo que o eso de que u otra expresión neutra: ‘Eso de levantarse a las once son demasiados lujos’. Un adverbio aplicado a uno de los dos elementos nominales lo distingue claramente como atributo: podría decirse ‘la casa no son más que ruinas’, en vez de la construcción regular ‘la casa no es más que ruinas’; pero la primera construcción no suena natural. (La construcción ‘la casa no es otra cosa que ruinas’ es un equivalente muy recomendable.)

Se encuentran ejemplos en escritores antiguos de concordancia con el atributo singular aun estando en plural el sujeto: ‘Las lenguas fue una invención…’.

5.3. Elipsis del verbo

Se realiza generalmente en la oración adjunta coordinada mediante una conjunción adversativa (como pero), copulativa (como y) o disyuntiva (como o), o una expresión con que, comparativa (más que, menos que) o adverbial (como después que). Para que tenga lugar es necesario que el verbo suprimido sea presumible con exactitud, lo cual ocurre en general si se dan estas tres condiciones: que sea el mismo que el de la oración principal; que haya en la oración en que se realiza la supresión algún elemento relacionado con el verbo suprimido, generalmente con relación homóloga de la que tiene con el verbo de la principal otro elemento, el cual sirva de testigo de la supresión, y que el tiempo del verbo suprimido sea el mismo que el del verbo principal: ‘El lunes se marchó él y el martes (se marchó) la familia. Unos días viene pronto y otros (viene) tarde. Quiere a un hijo más que (quiere) al otro. Yo estuve allí a la vez que (estuviste) tú. Nosotros fuimos a Aranjuez y ellos (fueron) a Toledo. Siendo él inútil y (siendo) ella gastadora, buena casa van a hacer’.

La tercera condición no es necesaria para que sea presumible el verbo si un adverbio de tiempo aclara cuál es el del verbo elidido o si el de éste es presente: ‘Vendré más pronto que (vine) ayer. Lo hice como (lo haces) tú’.

En una oración consecutiva, es posible la elisión añadiendo también, igual, tampoco u otra expresión equivalente: ‘Yo lo sé, luego tú (lo sabes) también’.

El verbo suprimido puede ser también el infinitivo del verbo principal dependiente de un auxiliar en la adjunta: ‘No he venido antes porque no he podido (venir). Saldremos como y cuando queramos (salir)’. O repetición de otro infinitivo igualmente dependiente en la oración principal: ‘He intentado sacarlo, pero no he podido (sacarlo)’. La elisión no es posible si hay un complemento del verbo; no cabe, por ejemplo, suprimir perder en la oración ‘perdí una vez y no quiero perder otra’.

Si al suprimir el verbo no queda de su oración más que un elemento homólogo de otro de la principal, pasa a tratarse en realidad de un sujeto o un complemento múltiple y el verbo se pone en singular o en plural según las reglas de la concordancia (V. en el apartado anterior): en vez de ‘ha venido ella y ha venido su hermana’, ‘han venido ella y su hermana’; en vez de ‘se acabó la risa y se acabó la alegría’, ‘se acabó la risa y [la] alegría’ o ‘se acabaron la risa y la alegría’.

Pueden considerarse casos de elipsis de un participio, un adjetivo verbal en -nte o un verbo con que las expresiones adjetivas con preposición formada con de (no con de sólo, pues, en este caso, se trata simplemente de una expresión adjetiva aplicada a un nombre): ‘La conversación (que se suscitó) después de la comida fue muy animada’.

Pueden suprimirse a la vez que el verbo otros elementos de la oración igualmente presumibles: ‘Tenía buen humor, pero no (tenía buen humor) siempre. Usamos ropa de lana en invierno y (usamos ropa) de algodón en verano’.

En las oraciones condicionales puede suprimirse el verbo de la principal: ‘Si vas tú, yo también’.

Si una oración es afirmativa y la otra negativa, sólo cabe la supresión del verbo de la negativa: ‘Es atractiva, pero no (es) guapa’. Pero en oraciones con si y aunque, al suprimir la subordinada resulta una construcción peculiar: ‘Si no guapa, es atractiva’; y puede elidirse el verbo afectado por aunque aun siendo afirmativo: ‘Aunque gandul, no lo soy tanto como tú’.

El imperativo se suprime en muchas expresiones exclamativas o interrogativo-exclamativas: ‘¡Derecho!’ (Ponte). ‘¡Paciencia!’ (Tengamos). ‘¡Una carta a mí!’ (Dame). La mayor parte de las interjecciones y exclamaciones son oraciones en que hay elipsis, por lo menos de verbo: ‘¡Qué día!’ (hace). ‘¡Qué canalla!’ (es). ‘¿Qué cosa (sería) más razonable?’. Con la ayuda de que (V.) se lleva a cabo muchas veces en exclamaciones la supresión hasta de oraciones enteras: ‘¡Que tenga yo que sufrir esto…!’ (¡Es posible que tenga yo…!).

Hay casos de supresión de un verbo aunque no sea repetido; por ejemplo, el verbo ser o estar u otro que esté implícito en una preposición o un adverbio de la oración: ‘Yo, cuando (era) niño, vivía en un pueblo. Estaba allí cuando (estaba desarrollándose) la guerra del catorce. De ahí (provienen) mis dudas’.

5.4. Modismos verbales

He aquí, como final de estas notas sobre construcción del verbo, algunos modismos verbales.

Lo que… es que… Expresión enfática que se antepone a la simple exposición de cierto hecho: ‘Lo que te pasa es que tienes miedo. Lo que quiere ése es que le saquemos nosotros las castañas del fuego’.

… que… Entre dos verbos que pueden ser la misma o distinta forma de uno mismo o, incluso, dos verbos distintos, sirve para expresar la insistencia en la acción de que se trata: ‘Dale que dale. Dale que le das. Espera que espera [que te espera, que te esperarás]. Ríe que [te] ríe. Dale que te pego’. Como se ve en los ejemplos, el segundo verbo puede estar en presente como el primero, o en futuro; puede ir precedido de le o te; y puede ser distinto verbo. En este último caso se trata de un modismo propio sólo de cierto verbo y figura como tal en el artículo de éste.

Venga a… Expresa también la insistencia en la acción expresada por el verbo principal: ‘Estaba venga a mirarme y no decía nada’.

Veo [o estoy viendo] que… Expresión muy usada con que se manifiesta creencia en la posibilidad de que ocurra o haya ocurrido cierta cosa: ‘Veo [o estoy viendo] que no me ha entendido [que esta tarde va a haber tormenta, que le dan la plaza a pesar de todo]’.

Vete [o vaya usted] a… Acompañando a averiguar, saber u otro verbo del mismo significado, expresa duda sobre cierta cosa o la dificultad de saberla o averiguarla con certeza: ‘Vete a saber si es verdad lo que ha dicho. Vaya usted a averiguar lo que hay de cierto en todo eso’. Generalmente, el modismo es invariable y se construye con la segunda persona del singular aunque el que habla se dirija a varios; pero no es difícil oír en boca de personas demasiado escrupulosas en la propiedad de su expresión ‘Id a…’ o ‘Vayan ustedes a…’.

6. Uso de los modos y tiempos verbales

6.1. Indicativo

En este modo hay, en términos generales, correspondencia entre el tiempo gramatical y el de la acción (cosa que no pasa en los otros modos; ni siquiera en el subjuntivo, que es, después del indicativo, el de conjugación más completa): ‘Ahora duerme. Llegó ayer’.

El indicativo es fundamentalmente el modo de la «forma enunciativa», tanto en la oración independiente como en la principal o la adjunta.

6.1.1. Presente

a) Expresa la acción que se realiza en el momento en que se habla: ‘Veo un barco. Lo clavo para que no se pueda abrir. Me alegra lo que te alegra a ti’.

b) También se emplea para enunciar acción presente o futura en la prótasis (oración con si) de la compuesta condicional: ‘Si no trabaja, le despedirán. Si para entonces tengo dinero, me compraré un coche. Si no paga en la fecha fijada, le llevarán al juzgado. Si entra, cierra la puerta’.

c) Se emplea, a veces, para enunciar acciones pasadas, en sustitución del pretérito indefinido, un presente que se llama histórico, el cual se aplica especialmente al simple enunciado de los hechos; por ejemplo, en los epígrafes de libros y periódicos: ‘Aníbal pasa los Alpes. Un coche choca con un camión’. También, cuando, en un relato, se dice la fecha de sucesos entre los que existe correlación: ‘La guerra estalla en setiembre y la invasión de Bélgica tiene lugar en…’.

De este tipo es el presente va y de la forma perifrástica con ir y: ‘Entonces, va y me dice…’.

d) En expresiones dirigidas particularmente a los niños, con sentido entre imperativo y de reprensión, y en sustitución de la forma perifrástica con deber, se emplea el presente de indicativo: ‘Cuando hablan los mayores, los niños se callan’.

e) Se expresan acciones de tiempo futuro con un presente que puede llamarse de previsión, cuando la realización va a ser inmediata: ‘Dice que acaba enseguida. Si te esperas quince minutos, me voy contigo’. Si la acción de que se trata está en vías de realización, como en el primer ejemplo, esta construcción con presente no sólo es más frecuente que la equivalente con futuro, sino que esta última (‘dice que acabará enseguida’) no se usa. Si la acción de que se trata no está en vías de realización, ambas construcciones (la de verbo en presente y la de verbo en futuro … me iré contigo) son igualmente frecuentes.

f) También puede usarse presente con valor de futuro y con preferencia a éste, cuando la realización, aunque no sea tan inmediata, está pensada, decidida o en vías de realización: ‘Viene la semana próxima. Llega hoy. El congreso se celebra el año que viene. Dicen que se casan dentro de tres meses’. (En realidad, estos presentes equivalen a ‘piensa venir, se proyecta celebrar, piensan casarse’.) También se dice ‘mañana es domingo, el año que viene es bisiesto, la Semana Santa cae este año a primeros de abril’, y son raras las expresiones equivalentes con futuro, porque estas afirmaciones se refieren a la naturaleza de las cosas y, más que de anuncios, tienen carácter de enunciado de hechos de certeza natural referidos a cualquier tiempo.

g) Puede llamarse de inminencia el presente usado en expresiones frecuentemente exclamativas en que se anuncia algo como irremediable, sustituyendo a las expresiones con ir a (y, también, en algunos casos, con estoy viendo que): ‘¡Que te aplasta! ¡Que te tira una piedra! ¡Que estalla! En cuanto le vea, se lo dice. Eso se cae al primer portazo’.

(V. en pretérito indefinido —d— un caso de sustitución semejante al anterior, de sentido inverso.)

h) Se emplea el presente para enunciar con sentido imperativo una acción futura que ha de realizarse simultáneamente con la expresada en otra oración subordinada con cuando o expresión equivalente: ‘Cuando veas que sale vapor, coloca la válvula. En cuanto le veáis aparecer, os escondéis cada uno detrás de un árbol’.

i) Se usa también en sustitución del imperativo con referencia al presente (más bien un futuro inmediato) o al futuro: ‘Te vas ahora mismo a tu casa y te acuestas’. Tiene, en general, tono destemplado: ‘¡Te aguantas!’. También se usa con sentido imperativo con referencia al futuro en la oración principal de una compuesta condicional de indicativo: ‘Si quieres algo, vienes a verme’. También se pone en presente de indicativo el verbo de la oración con si de esa misma compuesta condicional, así como el de cualquier oración unida a ella (a la compuesta) con y u o: ‘Tú vas allí y, si no te gusta, te vuelves. Tú vienes a mi casa, o, si lo prefieres, me llamas’.

j) Se emplea el presente de indicativo en expresiones de amenaza equivalentes a las formadas con ir y: ‘Pues me como tu parte. ¡Que [o a que] se lo digo a tu padre!’.

k) Se emplea el presente de indicativo de la forma perifrástica con ir a para anunciar un suceso próximo o el propósito de hacer inmediatamente cierta cosa: ‘Va a llover. Voy a escribirle’.

l) El presente de ser en la forma perifrástica con ir a y en forma negativa tiene significado eventual para expresar una acción que se considera inadmisible por absurda, injusta, etc.: ‘No voy a ser yo el que le saque las castañas del fuego. No va a comerse el ratón al gato’.

6.1.2. Pretérito imperfecto

a) Expresa fundamentalmente, en forma asertiva, una acción durativa, o bien, reiterada o habitual, simultánea en todo o en parte con otra también pretérita, durativa o instantánea, o con un tiempo expresado con un adverbio o expresión adverbial, tal como antes, entonces o en aquel tiempo. Es decir: su significado es fundamentalmente pretérito, asertivo, imperfectivo y relativo, o sea, considerado en relación con el de otra acción: ‘Yo salía [estaba saliendo] cuando tú entrabas. Me invitaba muchas veces a café. En aquel tiempo no había automóviles. Allí no pasábamos frío. Cuando era estudiante, me levantaba todos los días a las siete. Cuando acababa la costura, cortaba el hilo’. Es muy frecuente en la forma verbal durativa: ‘Cuando le miré estaba riéndose. Cuando estalló la bomba, yo estaba comiendo’. Pero, en virtud de su carácter durativo y relativo, el pretérito imperfecto de indicativo es una forma verbal de gran flexibilidad, capaz de valores muy diversos desde los puntos de vista del tiempo de la acción, del modo y de la forma o aspecto (durativo o perfectivo).

b) Se emplea para expresar acciones presentes, permanentes o futuras en oraciones compuestas con que, cuya principal (con verbo de lenguaje o de pensamiento y, en el caso de acciones permanentes, también con otros) está generalmente en pretérito no indefinido: ‘Me parecía [ha parecido, había parecido] que estabas (presente) cansado. Nos ocultaban el Sol las montañas que se levantaban (permanente) a la izquierda de la carretera. Descubrió que los microbios nacían (permanente) de gérmenes. Me dijeron que te casabas (futuro) el mes que viene’. (Pero si la acción es permanente puede expresarse también con presente: ‘Descubrió que los microbios nacen de gérmenes’. Y si el carácter permanente de la acción queda fijado por una especificación, el presente se impone: ‘Nos ocultaban el Sol las montañas que se levantan a la izquierda de la carretera que va a la playa’.)

c) También es propio del imperfecto expresar una acción durativa ocurrida hasta el momento actual o hasta cierto momento del pasado e interrumpida en éstos: ‘Estaba profundamente dormido y me he asustado [y me asusté]’. A veces, hay un antes expreso o sobreentendido: ‘¿No decías [antes] que te alegrabas?’.

d) Sustituye a veces al indefinido en el enunciado de dos acciones que se suceden muy próximas o, por el contrario (generalmente intercalando hasta y poniendo la segunda oración en forma negativa para patentizar el sentido de retraso), con excesivo intervalo; con lo que se subrayan esas circunstancias: ‘Yo llegaba a París el 15 de julio y el 18 estallaba la guerra. Yo llegaba al lugar de la reunión a las cinco y hasta las seis y media no aparecía él’.

e) Puede el pretérito imperfecto sustituir a un tiempo perfectivo cuando la acción expresada por él es resultado de cierta cosa consabida: ‘Así quedaba (en vez de quedó) todo resuelto’.

f) Se emplea el imperfecto, en sustitución del perfecto, en oraciones principales de expresión o pensamiento, para enunciar acciones que quedan interrumpidas en el momento en que se habla o en otro del pasado: ‘¡Creía que había un escalón!’. (También se emplean el pretérito indefinido —f— y el pluscuamperfecto —c—.)

g) Se emplea, referido al presente o al futuro, en lenguaje coloquial, en la apódosis (oración sin conjunción), o en las dos oraciones de una compuesta condicional, que, a veces, es consecuencia (lo que puede aclararse con una expresión consecutiva como pues o entonces) de algo dicho antes o consabido: ‘Si estuvieras haciendo [o hicieras] semejante cosa, estabas loco. Pues, si no me lo hacías, no te lo pagaba… y en paz’.

h) También se emplea el pretérito imperfecto en sustitución del potencial en oraciones independientes de sentido irónico, generalmente exclamativas: ‘¡Hasta ahí podíamos llegar! ¡Pues estábamos apañados!’.

i) Así como en expresiones frecuentemente exclamativas o interrogativas en forma perifrástica con ir a o, si el sentido lo admite, también con haber de: ‘No sé cómo me iba a arreglar’ (en vez de no sé cómo me arreglaría). ‘¿Quién iba a figurarse semejante cosa? ¡Si yo supiera que no iba a [o había de] pasar nada! ¡Parecía que iba a [o había de] sentirlo tanto! Presentía que iba a [o había de] morir pronto’.

j) También, en oraciones mixtas de los dos casos anteriores (irónicas y con ir a o referidas al futuro): ‘¡Pues sí que ibas con eso a sacarnos de apuros!’. Y en las oraciones de inadmisibilidad con no ir a: ‘No iba a seguir yo trabajando por todos’.

k) En lenguaje coloquial y con cierto énfasis, se emplea el pretérito imperfecto referido al futuro, en sustitución del futuro imperfecto de subjuntivo, en la oración con si (prótasis) o en ambas oraciones de la compuesta condicional; especialmente, si ésta sigue como adjunta con y u o a otra oración. También, en una oración formada con una expresión como en ese caso, que equivale a una oración con si: ‘Si se lo pagaban bien, haría eso y mucho más. En ese caso, yo me iba de la casa. Podías empezar el trabajo y, si no te gustaba, lo dejabas’.

l) Función muy particular y en formas interesantes del pretérito imperfecto de indicativo es la de denotar vacilación o falta de convicción en el que habla. En los usos que siguen se encuentra este sentido.

Hay un pretérito imperfecto llamado «de modestia» y que quizá estaría más propiamente llamado «de timidez» o «de vacilación», con el que se suaviza el tono asertivo o igualitario del presente o se hace una sugerencia o recomendación referida al presente o al futuro: ‘Te traía esto para ti. ¿Me llamaba usted?’. (V. el uso semejante del pluscuamperfecto —e—.)

El pretérito imperfecto de indicativo de los verbos deber, poder o tener que, seguido de un infinitivo simple o compuesto, se puede emplear en lenguaje coloquial en sustitución del potencial, para expresar vacilantemente una opinión respecto a la conveniencia o procedencia de una cosa: ‘No debía consentirse [o haberse consentido] eso. Podía llamar [o haber llamado] a la puerta antes de entrar. Ella tenía que ser [o haber sido] más comprensiva’.

También denota falta de convicción el pretérito imperfecto de indicativo empleado para expresar las ficciones o supuestos en los juegos: ‘Yo era el papá y tú la mamá. Esta silla era el castillo. Tú venías a visitarme’.

Y la misma falta de convicción denota el pretérito imperfecto de indicativo usado en el lenguaje de los niños o para los niños, a veces imitado por las personas mayores, para hacer una proposición pidiendo el asentimiento de la persona a quien se dirige: ‘Yo te daba mi pelota y tú me dabas tu auto… ¿eh? Yo iba a tu casa esta tarde y tú venías a la mía mañana… ¿eh?’.

6.1.3. Pretérito indefinido

El nombre de este tiempo (llamado en otras lenguas, por ejemplo en francés, definido) obedece a la intención de contraponerlo al perfecto, el cual recibe del participio con que se forma un sentido de completo acabamiento.

a) Sin embargo, contra lo que su nombre podría hacer creer, la acción expresada por el indefinido no sólo está completamente terminada en el momento de enunciarla, sino que su tiempo se fija generalmente con toda precisión: ‘Llegó el jueves a las diez. La primera semana vivió en un hotel’.

Es, pues, en oposición al imperfecto (de acción durativa), un tiempo perfectivo, o sea, de acción terminada; y, así como se dice del imperfecto que es el tiempo imperfectivo del «entonces» y del «allí», puede decirse del indefinido que es el tiempo perfectivo de esas mismas relaciones.

Se usa, a diferencia del pretérito perfecto, cuando entre la acción y el tiempo presente ha transcurrido una cantidad de tiempo considerable y, además, al hablar de ella no se está considerando como produciendo consecuencias: ‘El jueves no viniste. Los fenicios establecieron colonias’.

b) Se emplea, quizá, más que los otros pretéritos para significar que la acción de que se trata no es ya presente: ‘—Tú tienes dinero. —Lo tuve, que no es lo mismo’. El del verbo ser (con el significado de «estar») se encuentra con ese valor en la frase hecha Allí fue Troya.

c) Se expresa también con el indefinido una acción que queda interrumpida en cierto momento del pasado, expresable específicamente con el pluscuamperfecto: ‘Vivió (en vez de había vivido) feliz hasta que se casó’.

d) El indefinido se emplea en sustitución del pretérito perfecto para acciones que tienen lugar en tiempo tan inmediatamente anterior a aquel en que se habla que es casi presente, en frases exclamativas: ‘¡Pasó el peligro! ¡Se nos acabó la alegría! ¡Se partió!’.

e) También se emplea, en sustitución del pretérito anterior, que no es usual, especialmente en lenguaje hablado, cuando la acción es inmediatamente anterior a otra expresada también con pretérito indefinido: ‘Cuando acabó (en vez de cuando hubo acabado) se levantó’.

f) Con verbos de pensamiento, como creer, pensar o temer, se puede usar el pretérito indefinido, en sustitución del pretérito perfecto, para enunciar una acción breve realizada con inmediata anterioridad al momento presente o a cierto momento del pasado (también se emplean en el mismo caso el imperfecto —f— y el pluscuamperfecto —c—): ‘¡Ah! creí que había un escalón’.

g) En lenguaje informal y en forma exclamativa se emplea el pretérito indefinido para expresar una acción que puede considerarse como presente porque la exclamación se profiere sin intervalo de tiempo en el momento de ocurrir el suceso a que se refiere, sin distinción entre el caso de que acabe de ocurrir o vaya a ocurrir: ‘¡Le di!’ puede ser la exclamación de una persona en el momento en que da en el blanco el proyectil que lanza o en que tiene la convicción de que va a dar. ‘¡Te caíste!’ puede ser la exclamación provocada por la caída ocurrida ya o por la caída vista como inevitable de alguien que tropieza.

h) En algunas regiones, especialmente en Galicia, Asturias, León y Castilla la Vieja, y en gran parte de Hispanoamérica, se emplea en lugar del pretérito perfecto: ‘Hoy me levanté (en vez de he levantado) tarde. ¿Por qué no viniste (en vez de has venido) esta mañana?’.

(V. en el apartado del presente —c— el uso de este tiempo por el pretérito indefinido.)

6.1.4. Pretérito perfecto

a) Se emplea para expresar una acción ocurrida en la misma unidad de tiempo que se menciona como transcurriendo en el momento en que se habla, o se considera como produciendo consecuencias todavía: ‘He llegado hace un momento. He decidido marcharme cuanto antes. Hemos tenido muchas enfermedades este invierno. La guerra ha dejado sin hogar a muchas familias. Antes de rectificarla, han ocurrido muchas desgracias en esta carretera’.

En la formación del pretérito perfecto se emplea a veces tener en vez de haber: ‘Te lo tengo dicho muchas veces’; pero, en este caso, el participio concierta con el complemento: ‘Le tengo hechos muchos favores’; no se puede intercalar el complemento entre el auxiliar y el participio diciendo, por ejemplo, ‘le tengo muchas verdades dichas’; pero sí puede intercalarse un adverbio o un complemento circunstancial: ‘Me tiene muy [o desde hace mucho] acostumbrada a esperar’.

b) También se emplea el pretérito perfecto para enunciar una acción que dura hasta el momento mismo en que se habla, incluyendo a veces este mismo momento: ‘Siempre has sido optimista’. (Puede implicar y ahora [en esta ocasión] no lo eres o incluir también ahora en el siempre; y tampoco hay inconveniente en que siga ocurriendo lo mismo en el futuro.)

c) También se emplea en sustitución del futuro perfecto de subjuntivo, no usual, en la oración con si: ‘Si no ha pagado (en vez de hubiere pagado) en la fecha señalada, le llevarán al juzgado’.

(V. en los apartados correspondientes la sustitución del pretérito perfecto por el imperfecto —f—, el indefinido —d— y el pluscuamperfecto —b, c, d, e—.)

6.1.5. Pretérito pluscuamperfecto

a) Se emplea para enunciar una acción anterior a otra pasada: ‘Cuando le llamé por teléfono, se había marchado. Había vivido feliz hasta que se casó’.

b) Se emplea en oraciones con que adjuntas a una principal de pensamiento o lenguaje, para enunciar acciones que, en oraciones independientes, estarían con pretérito perfecto: ‘Creía [creí, he creído, había creído] que te habías marchado ya’.

c) También, igualmente en sustitución del pretérito perfecto, en frases generalmente exclamativas, para expresar una impresión ya pasada por algo ocurrido inmediatamente antes: ‘¡Me habías asustado! ¡Había creído que había un escalón!’.

d) También en sustitución del pretérito perfecto, para enunciar una acción que dura hasta el momento en que se habla: ‘Me extraña que hables así, pues tú siempre te habías mostrado optimista’. No es necesario que la acción haya quedado interrumpida en el momento de que se trata y sólo el contexto o los antecedentes consabidos determinan esta circunstancia.

e) Existe un pluscuamperfecto del mismo sentido «de modestia» o «de vacilación» que el imperfecto, que sustituye al pretérito perfecto; lo mismo que el imperfecto sustituye al presente: ‘Había traído esto para ti. ¿Me había llamado usted?’.

f) En correspondencia con la construcción del mismo sentido con pretérito imperfecto (m) en el auxiliar y pretérito de infinitivo en el principal, existe la posibilidad, quizá usada sólo en lenguaje popular, de sustituir al potencial compuesto por el pretérito pluscuamperfecto de indicativo en frases de sentido eventual referidas al pasado en que se muestra opinión sobre la conveniencia, procedencia o legitimidad de cierta acción: ‘No había debido consentirse eso. Había podido llamar a la puerta antes de entrar. Ella había tenido que ser más comprensiva’.

6.1.6. Pretérito anterior

Se emplea con el mismo significado que el pluscuamperfecto, o sea, para enunciar una acción anterior a otra pasada, cuando la acción enunciada por él precede inmediatamente a la otra, expresada, a su vez, con indefinido: ‘Cuando [apenas o no bien] hubo cenado, se acostó. No habló hasta que se hubieron callado todos’. Es de uso raro, especialmente en lenguaje hablado; en su lugar se emplea, como ya se ha indicado, el pretérito indefinido.

6.1.7. Futuro

a) El futuro imperfecto enuncia la acción como futura con relación al momento en que se habla: ‘Vivirá en esta casa. Vendré en cuanto me llames’. El perfecto, como futura con relación al momento en que se habla, pero pasada con relación a otro momento que se expresa: ‘El domingo ya habré cobrado’.

b) Con futuro imperfecto (simple) o perfecto (compuesto) se enuncian con sentido de suposición o cálculo aproximado acciones referidas al presente, al pasado o al futuro: ‘Lo pagará (estará pagando) a plazos. Lo habrá dicho en broma. Lo comprará (con el significado de «me figuro que lo comprará») con la ayuda de su padre’. Este valor tienen las formas perifrásticas construidas con el futuro de venir a: ‘Vendrá a tardar un par de semanas’. Con el mismo significado se usa interrogativamente en frases con que se muestra duda o extrañeza: ‘¿Será posible? ¿Lo habrá dicho en serio?’. Con tono mezclado de interrogativo y exclamativo se expresa, además de duda o extrañeza, condenación de la cosa que se comenta: ‘¡Habráse visto? ¡Habrá sinvergüenza semejante? ¡Se atreverá a tanto?’.

c) Se emplea también el futuro, imperfecto o perfecto, en la oración principal de una compuesta con pero en que se admite como posible una cosa a pesar de que lo que se dice en la adjunta es motivo para que ocurra o haya ocurrido, o se pueda suponer, la contraria: ‘Él trabajará mucho, pero no se nota. Te aprobarán [o habrán aprobado], pero no sabes una palabra. Él se casará [o habrá casado] pero no tiene con qué vivir’.

(V. en potencial —c— el uso de este modo con significado semejante, pero referido a una acción hipotética.)

d) Se emplea con sentido de mandato referido al futuro, en vez del imperativo: ‘¡No matarás! Irás y le dirás…’. También (ambos futuros), para comunicar instrucciones sobre algo que hay que hacer: ‘Se pone en un recipiente en que se hará [o se habrá hecho] el vacío’.

e) El futuro de la forma perifrástica con ir a en forma interrogativa expresa perplejidad ante la posibilidad recién entrevista de un suceso: ‘¿Irá a llover? ¿Irá a darnos él la solución?’.

Sustitución del futuro.— Para expresar la intención de realizar o iniciar cierta acción inmediatamente, no se emplea el futuro, sino el presente de la forma perifrástica con ir a: ‘Va a llover. Voy a escribirle’.

6.1.8. Potencial o condicional

a) El potencial, simple o compuesto, se emplea en cualquier clase de oración no subordinada para expresar una acción probable o posible, o como suposición o cálculo aproximado; y, en particular, en la oración sin conjunción (apódosis) de la compuesta condicional. El simple puede referirse a cualquier tiempo; el compuesto se refiere a un tiempo anterior a otro presente, pasado o futuro, que se expresa o se determina de algún modo.

Presente.— ‘Sin duda, ahora aceptaría mi oferta. Yo querría ayudarte. Diríase que empieza a amanecer. Juraría que lo he dejado aquí. Estaría más tranquila si hubiese llegado ya’.

Pasado.— El potencial simple referido al pasado tiene siempre sentido de suposición o cálculo aproximado, por lo que no es sino excepcionalmente sustituible por el pretérito imperfecto de subjuntivo: ‘Tendría entonces cincuenta años. Se enfadaría porque le hiciste esperar. Yo creo que no le gustaría lo que vio. Se sentaría porque estaría cansado. Si le dijiste eso, se enfadaría’. El potencial compuesto es excepcionalmente sustituible por el pluscuamperfecto de subjuntivo: ‘Se habría conformado con la mitad. Antes de eso le habría visto tres o cuatro veces. Lo sabrías porque te lo habría dicho él. Me habría enterado aunque no me lo hubieras dicho tú. Te diría que no, pero habría acabado haciéndolo. Se lo habría dicho si me lo hubiera preguntado’.

Futuro.— ‘Yo iría de buena gana a tu boda. Creo que eso no le gustaría. Él nos ayudaría si se lo pidiéramos’. Puede la subordinada con si estar sobreentendida: ‘Habrías visto qué jaleo se armó (si hubieras estado allí). Verías cómo nos divertíamos (si quisieras venir)’.

b) Se enuncian con el potencial preguntas indirectas referidas al presente o el futuro (con el simple) o al pasado (con el compuesto): ‘Dime qué harías ahora sin mí. Me preguntó qué habría hecho en su caso. No sé qué haría si no encontrase a nadie en la estación’.

c) También se emplea el potencial, simple o compuesto, para admitir una supuesta acción o afirmación que queda, ha quedado o quedará desmentida o falta de justificación por algo que se expresa a continuación con una oración con pero (V. el empleo del futuro de indicativo —c— con significado semejante): ‘Él diría [o habría dicho] que lo iba a hacer, pero no lo ha hecho. A él le aprobarían, pero no sabe [sabía] una palabra. Prometería venir, pero no vino. Él te prometería todo lo que le pidieras, pero, llegado el caso, no haría nada’.

d) El potencial simple y el compuesto, referidos respectivamente al presente o el futuro o al pasado, se emplean, en lenguaje popular, en sustitución, respectivamente, del pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto de subjuntivo en la oración con si u otra subordinada. Presente: ‘Si tendría ahora dinero, me compraría un coche’. Pretérito: ‘Si se habría marchado un día antes, habría llegado a tiempo’. Futuro: ‘Si se lo pagarían bien, haría eso y mucho más. Ya verías cómo cuando tendría hambre trabajaría’.

e) El potencial simple y el compuesto de los verbos deber, poder o tener que, seguidos respectivamente del infinitivo compuesto o del simple, se emplean para expresar opinión sobre la conveniencia o procedencia de una cosa, o una reconvención: ‘No debería consentirse [o haberse consentido] eso. No habría debido consentirse eso. Podría llamar [o haber llamado] a la puerta antes de entrar. Habría podido llamar a la puerta antes de entrar. Ella tendría que ser [o haber sido] más comprensiva. Ella habría tenido que ser más comprensiva’.

6.2. Imperativo

Se emplea para mandar o, en primera persona del plural, para expresar la decisión de hacer lo que el verbo expresa; son exclusivamente frases de forma directa: ‘¡Ven aquí!’. Pues las indirectas o dependientes de otra oración son oraciones sustantivas de subjuntivo o infinitivo (‘le he mandado que venga [o venir]’).

A veces, expresa deseo: ‘¡Sé feliz!’.

Las únicas formas específicas del imperativo son las segundas personas del singular y el plural: ‘Ven aquí. Abrid la puerta’. Se toman del presente de subjuntivo las otras personas, pero se considera no existente la primera del singular, aunque no esté claro que tenga más derecho a ser considerado imperativo ‘pasemos a otra cosa’ que ‘ande yo caliente’.

En frases negativas también las segundas personas son sustituidas por las del subjuntivo: ‘No te dejes engañar. No salgáis otra vez’. Sin embargo, antiguamente se usaba el imperativo en este caso: ‘¡No salid!’. Y todavía se usa en lenguaje actual coloquial, en forma pronominal: ‘¡No moveos!’.

En los verbos pronominales se suprime la d final de la segunda persona del plural del imperativo al adjuntarle el pronombre: ‘Marchaos. Poneos aquí’. (V. el apartado de formas verbales, forma pronominal.)

Las oraciones en imperativo se escriben con frecuencia con signos de exclamación.

(V. en las formas de expresión del artículo mandar en el diccionario las diversas construcciones con que se sustituye el modo verbal imperativo.)

El imperativo no tiene tampoco diferenciación de tiempos; por tanto, las mismas formas se emplean para el presente (en realidad futuro inmediato, ya que, lógicamente, la ejecución ha de seguir a la orden) y para el futuro lejano: ‘Dame ese libro. Ven a verme mañana’. (En cuanto al pasado, lógicamente no puede existir forma imperativa. Sin embargo, el infinitivo compuesto y la forma en -ra del pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo tienen un uso que puede llamarse de imperativo retrospectivo.)

(V. el empleo con valor de imperativo del presente de indicativo, el futuro imperfecto de indicativo, el presente de subjuntivo, el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo y el infinitivo.)

6.3. Subjuntivo

Es el modo de la oración adjunta a cuya acción el contenido de la principal o la clase de nexo le da carácter de posible, probable o hipotética, o de creída, deseada, temida, necesaria, etc., por el que habla o por otro, o para ellos; es decir: es específicamente el modo de la oración adjunta de significado eventual. Ahora bien: ni hay verbos que, por su significado, exijan siempre que la oración adjunta a aquella de que ellos forman parte lleve el verbo en subjuntivo, ni conjunciones, salvo las finales, que tengan siempre igual exigencia respecto de las oraciones a que afectan; sino que cualquier verbo de los que, encontrándose en una oración principal, determina en algunos casos que la adjunta esté en subjuntivo, puede, en otros, usarse con ella en indicativo; y cualquier conjunción no final de las llamadas subordinantes puede acompañar a una oración en indicativo: ‘Te avisaría si viniese; avísame si viene. Lo sabría si me lo hubieras dicho; sé que lo hará’. En algunos casos, una misma oración con el mismo verbo principal o la misma conjunción está en indicativo si es afirmativa y en subjuntivo si es negativa: ‘Creo que viene; no creo que venga’. En otros (V., por ejemplo, en el apartado Uso del indicativo y el subjuntivo en las oraciones subordinadas circunstanciales introducidas por una conjunción, el § b: Con conjunción concesiva), se emplea el subjuntivo cuando el verbo está en futuro y no se emplea en otros casos. Y el imperativo en la oración principal determina en general la subjuntivación de la adjunta aunque otras formas del mismo verbo no la determinan.

Así, pues, el verbo en subjuntivo expresa, como se ha dicho, una acción de carácter eventual; pero no siempre una oración de este carácter se expresa con subjuntivo. Por ejemplo, tan eventual es la acción expresada por si viene (indicativo) en la oración te avisaré si viene como la expresada por si viniese (subjuntivo) en te avisaría si viniese. La subjuntivación es determinada no sólo por el carácter eventual de la acción, sino, además, por la clase del verbo de la oración principal y por la conjunción que afecta al verbo de la adjunta. (V. los apartados Correspondencia de modos y tiempos en la oración compuesta y Uso del indicativo y el subjuntivo en la oración compuesta por subordinación.)

En cuanto a las oraciones independientes con el verbo en subjuntivo, son introducidas, bien por una de las conjunciones que permiten sobreentender una principal (que, si, con tal que), o bien por uno de los adverbios de posibilidad o deseo que equivalen a una oración del mismo significado (quizá, ojalá…): ‘¡Que te vaya bien! ¡Si yo lo supiera…! Con tal que lleguemos a tiempo… Tal vez lo sepa él. ¡Ojalá no se haya enterado!’. (Hay que advertir que no todas, y no siempre, las expresiones de esta clase se construyen con subjuntivo; a lo mejor, por ejemplo, se construye siempre con indicativo; posiblemente puede también construirse con este modo: ‘Posiblemente llegue [o llegaré] antes que tú’.)

Otros usos del subjuntivo.— Se emplea también el subjuntivo en expresiones de significado concesivo de esta forma: ‘sea lo que fuere, venga de donde viniere’. (La tendencia general a restringir el uso del futuro de subjuntivo hace que sea cada vez más frecuente sustituirlo en estas frases por la repetición del presente: ‘sea lo que sea, venga de donde venga’.)

El subjuntivo sustituye al indicativo en lenguaje informal en oraciones de comparación enfáticas: ‘Entiendo de eso tanto como pueda (en vez de puede) entender él’. Se ha dado como lícita esta construcción. Pero el empleo del subjuntivo por el indicativo, o sea, en una oración enunciativa, en cualquier otro caso, como en la frase que se oye frecuentemente: ‘¡Pueda ser!’, es vicioso e inadmisible.

El subjuntivo sustituye en general al imperativo en las expresiones negativas: ‘No vengas. No salgáis de aquí’. Además, las personas que no son las segundas están tomadas del subjuntivo.

Las formas de significado imperativo tomadas del subjuntivo, excepto la primera persona del plural, se construyen generalmente con que: ‘Primero, que pague’. Se construyen frases informales anteponiendo a que el sujeto: ‘¡Su madre que la aguante!’ (en vez de ‘¡Que la aguante su madre!’). El uso de esas formas sin que, fuera de frases proverbiales o refranes como ‘hágase el milagro y hágalo el diablo’, es literario y poco frecuente. Sólo venga tiene uso frecuente, pero con cierto valor peculiar, en frases de petición: ‘¡Vengan pronto esas noticias! ¡Venga el dinero!’.

El pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto de subjuntivo sustituyen en ciertos casos al potencial. (V. esta cuestión en el apartado correspondiente al uso de los tiempos del subjuntivo.)

(V. en el apartado correspondiente al potencial los usos en que puede sustituirse por el subjuntivo.)

6.3.1. Uso de los tiempos del subjuntivo

Los tiempos del subjuntivo tienen los mismos nombres que los correspondientes del indicativo, o sea, de los que se usarían del indicativo si la acción se enunciase en forma asertiva en vez de en forma eventual: ‘Está ya aquí’ (presente de indicativo); ‘No creo que esté ya aquí’ (presente de subjuntivo); ‘Tenía entonces cincuenta años’ (pretérito imperfecto de indicativo); ‘Aunque tuviera entonces cincuenta años’ (pretérito imperfecto de subjuntivo); ‘Ha llegado hoy’ (pretérito perfecto de indicativo); ‘Quizá haya llegado hoy’ (pretérito perfecto de subjuntivo); ‘Se había marchado el día anterior’ (pretérito pluscuamperfecto de indicativo); ‘Si se hubiera[-se] marchado el día anterior’ (pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo). No tiene forma correspondiente el pretérito indefinido, que se equipara al imperfecto (‘creo que vino ayer, no creo que viniera[-se] ayer’).

El pretérito anterior, con su significado peculiar, no tiene tampoco correspondencia en el subjuntivo.

En cuanto a los futuros, no existe correspondencia en cuanto al tiempo de la acción entre los del indicativo y los del subjuntivo. Como se verá, al futuro simple de indicativo corresponde el presente de subjuntivo: ‘Creo que vendrá. No creo que venga’. Y al compuesto, el pretérito perfecto: ‘Espero que habré terminado cuando vengas. No creo que haya terminado cuando vengas’. A continuación se especifican los diversos usos de las cuatro formas del subjuntivo.

6.3.1.1. Presente

a) Como ya se ha dicho en las generalidades precedentes, se emplea en oraciones que dependen de otras referidas al presente: ‘No creo que esté ya aquí’.

b) Siendo, como se ha dicho ya, prácticamente desusados los futuros de subjuntivo, uno y otro son sustituidos por el presente: ‘Cuando toque (en vez de tocare) el timbre, se parará de girar. Aunque esté (en vez de estuviere) durmiendo, llámame para comer. Cuando entre (en vez de hubiere entrado), cierra la puerta’.

c) Las segundas personas del presente de subjuntivo de los verbos saber y, menos frecuentemente, decir, se usan en lenguaje popular por las correspondientes del imperativo: ‘Sepas [o sepáis] (en vez de sabe [o sabed]) que no te [u os] necesito para nada. Digas que no quieres hacerlo; que lo haga él’.

d) También se pueden considerar como expresiones imperativas las formadas con presente de subjuntivo de cualquier verbo precedidas de una oración con pedir, rogar, etc., en primera persona, cortés o atenuativa: ‘Te ruego que se lo digas tú mismo. Te pido que me dejes en paz’.

e) Se usa también el presente de subjuntivo, en lenguaje coloquial enfático, en oraciones término de comparación referidas al presente o al futuro, en vez del presente de indicativo o el potencial simple: ‘Lo deseo tanto como [o más que] lo desees [o puedas desear] tú. Lo hará tan bien como lo hagas [o puedas hacer] tú’.

6.3.1.2. Pretérito imperfecto y pluscuamperfecto

En estos tiempos se han reunido dos formas de distinto origen; la forma en -ra (‘amara, hubiera amado’) procede del pretérito pluscuamperfecto de indicativo latino (amaveram) y la forma en -se (‘amase, hubiese amado’) del pluscuamperfecto de subjuntivo (amavissem). Y, aunque en el paradigma de la conjugación se dan ambas formas como equivalentes, no lo son en todos los casos. El imperfecto en -ra, de acuerdo con su etimología, se ha usado por el pretérito pluscuamperfecto de indicativo y, aunque ha ido haciéndose desusado paulatinamente, ha sido relativamente frecuente hasta el siglo pasado y aún se puede encontrar algún ejemplo actual de su uso literario: ‘La paz y el sosiego que no conocieran (por habían conocido) jamás’. También, igualmente de acuerdo con su etimología, se ha empleado por el potencial: ‘Fuera (por sería) gran demencia…’; también, en la apódosis (oración principal, sin conjunción) de la compuesta condicional: ‘Eva, a su vista, pavorosa huyera (por huiría), si temor la inocencia conociera’. Y en estas funciones de indicativo o de potencial, ni se ha usado ni se usa la forma en -se; en lo cual el uso está conforme con el precepto de la Academia que dice que solamente puede la forma en -se reemplazar a la forma en -ra en los casos en que ésta hace papel de subjuntivo; concretamente, en la prótasis de la oración compuesta condicional o en cualquier otra oración subordinada: ‘Si yo amara[-se] las riquezas, procuraría adquirirlas. Me holgara de que fuera[-se] así’.

De acuerdo con lo expuesto anteriormente, se particularizan los usos de los pretéritos imperfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo en la forma siguiente:

a) El imperfecto tiene su uso específico en oraciones subordinadas, particularmente en la oración con si, para expresar una acción referida al presente o al futuro (en este caso, en sustitución del futuro imperfecto de subjuntivo, desusado): ‘Si tuviera ahora dinero, me compraría un coche. Si se lo pagaran bien, haría eso y mucho más. Cuando tuviera hambre, trabajaría’.

b) El pluscuamperfecto se emplea en los mismos casos que el imperfecto, referido a tiempo pasado: ‘Si hubiera tenido dinero, me habría comprado un coche. Si se hubiera marchado el día anterior, habría llegado a tiempo. Cuando hubiera tenido hambre, habría trabajado’.

c) El pretérito imperfecto de subjuntivo (sólo la forma en -ra) y el pluscuamperfecto (ambas formas) pueden sustituir respectivamente en cualquier caso (salvo para expresar una suposición o un cálculo aproximado, por lo que no es sustituible el potencial simple referido al pasado, que tiene siempre ese sentido) al potencial simple y al compuesto.

Esta sustitución era usual antiguamente en todos los casos. Ahora, lo es en el pretérito (V. párrafo g); pero en el presente y el futuro lo es sólo en algunos (V. párrafos d y e). He aquí ejemplos anticuados del pretérito imperfecto: para el presente: ‘Sin duda, ahora aceptara mi oferta. Jurara que lo he dejado aquí. Estuviera más tranquila si hubiera llegado ya. Dime qué hicieras ahora sin mí’; para el futuro: ‘Yo fuera a tu boda de buena gana. Creo que no le gustara que hicieras eso’.

d) En lenguaje actual, puede sustituirse el potencial simple referido al presente o al futuro (seguido del infinitivo presente) o referido al pasado (seguido del infinitivo pretérito) por el pretérito imperfecto de subjuntivo en los casos siguientes: en formas con los auxiliares deber o querer: ‘Debiera ser más prudente. Yo quisiera ayudarte. No debiera haberse consentido eso’. En el verbo decir: ‘Dijérase que empieza a amanecer’. En la expresión fuera de: ‘Fuera de desear que ocurriera así’.

e) Con la adición de uno de los adverbios de duda, acaso, posiblemente o quizá (no con a lo mejor), se añade sentido dubitativo a una oración de posibilidad construida con potencial simple referida al pretérito o al futuro y, entonces, la sustitución de éste por la forma en -ra del pretérito imperfecto de subjuntivo es también usual en lenguaje actual. No lo es ‘lo hiciera aquel día por ayudarte’; pero sí lo son las frases ‘quizá lo hiciera aquel día por ayudarte’. O ‘tal vez nos ayudara mañana si se lo pidiéramos’. E, incluso, se emplea también la forma en -se: ‘Quizá lo hiciese… Tal vez nos ayudase…’.

f) En oraciones con porque referidas al pasado y dependientes de una oración con quizá o adverbio semejante, se usa indistintamente el potencial simple y el pretérito imperfecto de subjuntivo (lo que está conforme con el carácter de esa conjunción, mixto de coordinante y subordinante): ‘Quizá vendría (también viniera —V. párrafo anterior—) porque necesitaría [necesitara] algo. Se sentaría, a lo mejor, sólo porque estaría [o estuviera] cansado’.

g) El pretérito pluscuamperfecto (ambas formas) puede sustituir al potencial compuesto en todos los casos (incluso para enunciar preguntas indirectas) que no sean la expresión de una suposición o un cálculo aproximado: ‘Se hubiera[-se] conformado con la mitad. Me hubiera[-se] enterado aunque no me lo hubieras dicho tú. Te diría que no, pero hubiera[-se] acabado haciéndolo. Se lo hubiera[-se] dicho, si me lo hubiese preguntado. Me preguntó qué hubiera[-se] hecho en su caso. No hubiera[-se] debido consentirse eso. Hubiera[-se] podido llamar a la puerta antes de entrar. Ella hubiera[-se] tenido que ser más comprensiva’.

h) Otro caso de sustitución posible sólo con la forma en -ra es la del pluscuamperfecto de indicativo (o del pretérito indefinido cuando equivale a aquél) en oraciones de relativo anticuadas: ‘Vendió perdiendo dinero la casa que comprara (en vez de había comprado o compró) un año antes. Recuperó de ese modo lo que antes le arrebataran’ (en vez de le habían arrebatado).

i) Con el pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto de subjuntivo se sustituyen en lenguaje actual, respectivamente, el futuro imperfecto y el perfecto del mismo modo en los casos en que esos futuros (V. el apartado correspondiente) tienen aplicación: ‘Si vinieras[-ses] (en vez de vinieres) antes de las diez, me encontrarías aún levantado. Me causarías un gran perjuicio si no me lo hubieras[-ses] terminado (en vez de hubieres terminado) para ese día’.

j) El pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto de subjuntivo, el primero referido al presente o al futuro y el segundo al pasado, se emplean para expresar un deseo en que se envuelve contradicción de lo que otro dice o cree o un reproche porque, pudiendo, no haya realizado o realice la cosa a que el deseo se refiere: ‘¡Todo fuera[-se] tan fácil [o tan difícil] como eso!’ (que no es nada difícil, a pesar de lo que tú dices). ‘¡Yo que tuviera [hubiera[-se] tenido] dinero como lo tiene [tenía] él, para comprarlo! ¡Yo que llegara a tiempo para conseguirlo!’.

k) También se emplea el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo (forma en -ra y, en la 3.ª persona con que, también la forma en -se) en expresiones que pueden considerarse de sentido imperativo retrospectivo poco usadas en lenguaje actual ciudadano, excepto la tercera persona precedida de que: ‘¡Hubieras venido antes! ¡Hubiéraslo pensado mejor! ¡Hubiéralo dicho! ¡Que hubiera[-se] avisado!’.

l) El imperfecto (para el presente y el futuro) y el pluscuamperfecto (para el pasado) se emplean en exclamaciones de deseo o de maldición: ‘¡Si fuera mío ese coche! ¡Así estuviera él como estoy yo! ¡Ojalá te hubiera hecho caso! ¡Siquiera hubiera estado yo en tu lugar! ¡Si hubiera terminado cuando él llegue! ¡Si me cayera la lotería! ¡Si pudiera verte mañana! ¡Ojalá perdiera el tren!’.

6.3.1.3. Pretérito perfecto

a) Expresa una acción ocurrida con anterioridad inmediata al momento en que se habla: ‘No creo que haya llegado’.

b) Sustituye al futuro perfecto de subjuntivo, desusado: ‘Cuando haya entrado (en vez de hubiere entrado), cierra la puerta’.

6.3.1.4. Futuro

a) Los futuros de subjuntivo son teóricamente las formas propias para expresar acción futura en la oración subordinada. Sin embargo, solamente se usan en ciertos casos: en la oración con si (en este caso, también cuando la principal está en potencial), aunque y conjunciones equivalentes y en las oraciones de relativo pronominal o adverbial; y esto solamente en lenguaje anticuado y en algunas frases estereotipadas, propias, por ejemplo, del lenguaje judicial o de leyes: ‘El que [o si] así lo hiciere, pagará su culpa. Cuando hubiere entrado, cierra la puerta. Si no lo hubiere hecho para entonces…’.

b) El futuro imperfecto se emplea en lenguaje corriente en frases de sentido concesivo con presente de subjuntivo en la principal: ‘Sea lo que fuere. Venga de donde viniere’.

(V. en los apartados correspondientes el empleo en sustitución de los futuros de subjuntivo de los tiempos siguientes: pretérito perfecto de indicativo —c—; presente de subjuntivo —b—; pretérito imperfecto de subjuntivo —i—; pretérito perfecto de subjuntivo —b—, y pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo —i—.)

6.4. Infinitivo

El infinitivo, al que se llama también nombre del verbo, expresa la acción en abstracto y va siempre acompañado de otro verbo; bien haciendo de sujeto, atributo o complemento de ese otro verbo, bien en formas verbales construidas con un verbo auxiliar que añade al infinitivo las determinaciones de persona, número, tiempo y modo: ‘Querer es poder. Le haré venir. Procurad averiguarlo’.

El infinitivo participa, pues, de la condición de nombre y de la de verbo; puede servir para determinar en cuál de esas funciones está usado ver si se le aplica o le es aplicable un adjetivo (que puede ir antepuesto o pospuesto) o un adverbio (que va siempre pospuesto): ‘Le ha agotado el incesante trabajar (nombre). Le ha agotado trabajar incesantemente’ (verbo).

6.4.1. Formas del infinitivo

Las tres formas del infinitivo (simple, con haber y con haber de: ‘lo que importa es llegar; lo que importa es haber llegado; lo que importa es haber de llegar’) son variantes temporales; pero el tiempo expresado por ellas es presente, pasado o futuro en relación con el momento de la acción expresada por el otro verbo o con un momento consabido.

En relación con el momento en que o de que se habla, la forma simple del infinitivo se emplea para los tres tiempos: ‘Dice [o decía] estar enfermo. Quiere [o quería] parecer más joven. Se irá a pasar las Navidades a su casa. No piensa venir antes del martes. Te conviene comer sobriamente. Puedo hacerlo yo. Le mandé venir. Afirmó ser cierto cuanto había referido. El tesoro que creían pertenecerles’.

Cuando el infinitivo es pronominal, el pronombre se que le corresponde llevar puede pasar, y pasa generalmente, a ser aplicado al auxiliar: ‘Puede llevarse con cualquier traje’ o ‘se puede llevar con cualquier traje’.

Si el infinitivo es pronominal y su sujeto está repetido como complemento del verbo auxiliar, puede suprimirse el pronombre del infinitivo: ‘nos obligan a marchar[nos]; le dejamos acercar[se]’. Pero, modernamente, se hace cada vez menos uso de esta licencia y se expresan los dos pronombres: ‘Quieren que les dejen divertirse’.

(V. en el diccionario en le el uso pleonástico de este pronombre.)

6.4.2. Uso verbal del infinitivo

En cuanto verbo, el infinitivo tiene su sujeto, tácito o expreso, determinado o indeterminado, y puede ir seguido de un atributo o de complementos de cualquier clase con cualquier preposición, y acompañado de adverbios: ‘Dice [o decía] estar enfermo. Quiere [o quería] parecer más joven. Se irá a pasar las Navidades a su casa. No piensa venir antes del martes. Le conviene comer sobriamente’.

El carácter verbal del infinitivo es más claro que en cualquier otro caso cuando va acompañado de un verbo auxiliar.

Unas veces el sujeto del infinitivo y del verbo auxiliar es el mismo: ‘Puedo hacerlo yo’; otras, es distinto: ‘Le mandé venir’. En lenguaje actual el uso del infinitivo en este segundo caso es corriente cuando el auxiliar es, como en el ejemplo, de mandar u obligar; menos corriente cuando el auxiliar es de aserción y el infinitivo es ser: ‘Afirmó ser cierto cuanto había referido’; y poco usado en los demás casos: ‘El tesoro que creían pertenecerles’. (Cuando no se emplea el infinitivo ocupa su lugar una oración sustantiva con que: ‘Afirmó que era cierto…’.)

Se emplea el infinitivo sin acompañamiento en exclamaciones de queja, o en interrogaciones que implican la negativa a hacer lo preguntado: ‘¡Pedirme a mí cuentas! ¿Darle yo explicaciones a ése?’.

El presente de infinitivo se emplea como segunda persona del plural del imperativo referido al presente o el futuro: ‘¡Venir! ¡Mandarles a paseo!’. Y, especialmente, en frases negativas: ‘¡No correr tanto!’. Puede realmente ser el infinitivo usado como imperativo, ya que este uso se encuentra autorizado en latín y en textos medievales de algunas lenguas romances; e, incluso, en español, en lenguaje actual, se emplea en tono brusco con a: ‘¡a callar!’; así como en encargos dados sucintamente por escrito: ‘Copiar hasta la señal. No cambiar de lado’. Pero el hecho de que esta forma se emplee sólo dirigida a la segunda persona del plural autoriza a pensar que, por lo menos, el hablante vulgar no siente que está usando cosa distinta de la segunda persona del plural del imperativo; y el hablante algo más culto tiene ese uso por una alteración vulgar de la d del imperativo en una r.

Más carácter de verdadero imperativo tiene el infinitivo compuesto o pretérito empleado con sentido de mandato retrospectivo para reprochar a la persona a quien se habla que haya hecho o dejado de hacer cierta cosa: ‘¡Haberlo dicho! ¡No haberos fiado!’.

Con algunos verbos auxiliares sirve el infinitivo para construir numerosas formas verbales de las llamadas perifrásticas, de significado especial. (V. en 4.1.2. formas perifrásticas con infinitivo.)

Con venga forma expresiones (generalmente pronunciadas exclamativamente) de ponderación de la insistencia o exageración en una acción: ‘¡Venga estornudar! ¡Venga gastar dinero!’.

6.4.3. Uso nominal del infinitivo

En cuanto nombre, el infinitivo puede ser sujeto, atributo o complemento de cualquier clase y tiene un uso muy amplio, pues, faltando en muchos casos o no siendo usuales, los nombres de acción correspondientes a una raíz verbal, el infinitivo, con o sin artículo, hace sus veces. Como sujeto y, más raramente, como atributo, puede llevar artículo cuando el sujeto de la acción expresada por el infinitivo es indeterminado, caso en el cual el carácter nominal del infinitivo es más patente: ‘Querer es poder. El saber no ocupa lugar. Al freír será el reír’.

(Por influencia de la función nominal, a veces se le pone artículo al infinitivo en función verbal claramente determinada por un adverbio: ‘El cavilar constantemente no es bueno para la salud’; en este caso el artículo está aplicado a la expresión completa cavilar constantemente. En estricta corrección gramatical sobra el artículo y la expresión debe ser ‘cavilar constantemente no es bueno para la salud’.)

En cuanto al futuro (haber de…), es usual solamente como nombre de la acción, y no conjugado con auxiliar: ‘Haber de cobrar no es lo mismo que haber cobrado’ es una frase usual; pero no lo es ‘se puede haber de cobrar’ (mientras que sí lo son ‘se puede cobrar’ y ‘se puede haber cobrado’). En realidad, el futuro de infinitivo es una de las formas impersonales con la que se completa la conjugación perifrástica con haber de de los verbos; pero en expresiones conjugadas se emplea usualmente en su lugar la otra forma perifrástica de obligación con tener que: no es usual ‘es desesperante haber de decir las cosas tantas veces’, sino ‘es desesperante tener que decir las cosas tantas veces’.

6.4.3.1. Como sujeto

El infinitivo sujeto necesita llevar a veces expreso su propio sujeto, o sea, el autor de la acción expresada por él: ‘El decirlo tú me da confianza’. Y puede llevarlo aunque no sea necesario: ‘Se empeña en llevarlo él’. Como se ve en los ejemplos en lenguaje actual el sujeto sigue al infinitivo; en lenguaje antiguo se usaba también antepuesto; y todavía puede encontrarse así en lenguaje literario: ‘Sentía su inquietud crecer’. Si le corresponde al nombre del autor de la acción del infinitivo llevar preposición por su papel en la oración principal, puede ir indistintamente antepuesto o pospuesto al infinitivo: ‘Vio a su madre llorar. Vio llorar a su madre’.

El uso del infinitivo es especialmente frecuente como sujeto de oraciones terciopersonales: ‘Te conviene venir. No se me ocurrió hacer otra cosa’.

6.4.3.2. Como complemento directo e indirecto

El infinitivo como complemento directo tiene en español un uso más restringido que en latín o que, por ejemplo, en inglés. Puede usarse siempre cuando el sujeto del infinitivo y el del verbo principal son el mismo: ‘Prometió venir. Piensa marcharse’. Cuando el sujeto de ambos verbos es distinto se emplea solamente si el principal es de percepción (no cuando es oler) o de mandato o consejo: ‘Te vi pasar. El médico le ha recomendado hacer ejercicio’.

Las oraciones que llevan como complemento directo un infinitivo no admiten la pasiva con ser; no se puede, por ejemplo, convertir la oración ‘le oyen cantar’ en ‘es oído cantar’; habría que decir ‘se le oye cantar’. Sin embargo, los clásicos la usaban: ‘fue visto pasar la noche…’.

Puede el infinitivo considerarse complemento indirecto cuando se construye con las preposiciones a o para: ‘Oblígale a pagarte. Le escribiré para decirle que venga cuanto antes’.

6.4.3.3. Como complemento detrás de preposición

El infinitivo se usa como complemento de cualquier otra clase con distintas preposiciones, mostrando su carácter nominal en que estas preposiciones no van acompañadas de que como cuando preceden a cualquier otra forma verbal: ‘Le hirieron además de robarle’ (además de que le robaron). Se construye con las preposiciones que no son ante, bajo, durante, hacia, según y sobre (esta última sí puede acompañar al infinitivo cuando significa «además de»). La preposición contra puede usarse con infinitivo, sobre todo con verbos de movimiento: ‘Votaron contra cruzar el río’; pero suena más natural el uso de en contra de o la sustitución del infinitivo por el nombre de acción correspondiente: ‘Votaron en contra de cruzar el río. Votó contra el cruce del río’. Las demás preposiciones (a, con, de, desde, en, entre, hasta, para, por, sin, tras) se emplean normalmente con el infinitivo-complemento como si fuese un nombre: ‘Voy a decírselo. Se excusa con decir que no sabía nada. Hablan de organizar una fiesta. Ha trabajado en descargar barcos. Lo dice sólo por llevar la contraria. Nos entendemos sin hablar. Tras llegar tarde, viene alborotando’.

El infinitivo tiene marcada preferencia por la construcción con la preposición de y expresa con ella multitud de relaciones que no siempre pueden expresarse con la preposición correspondiente en otras lenguas: ‘Me canso de hablar. Enfermó de cavilar. Vengo de pasear. Salen de trabajar’.

La causa se expresa con por: ‘Te has caído por correr’; y, si la causa consiste en la insistencia en la acción expresada por el infinitivo, también con de: ‘Ha enfermado de tanto estudiar’.

El infinitivo con con puede enunciar una cosa que se juzga bastante para algo que se expresa: ‘Con decir que estuviste enfermo ya está arreglado’.

Otras expresiones formadas por con y un infinitivo tienen significado concesivo: ‘Con ser viejo, es más útil que su hijo’. A veces se le añade a con un todo expletivo: ‘Con todo y estar advertidos, nos llevamos un susto’.

El infinitivo forma también complementos de adjetivos con de, en o para: ‘Difícil de expresar. El segundo en llegar. Rápido para obrar’. También en este caso tiene preferencia por la construcción con de y la toma en casos en que lógicamente corresponden otras: ‘Bueno de comer’. Aunque su construcción propia con los ordinales es con en, algunas veces se construye con a posiblemente por influencia del francés: ‘El último a llegar’.

Ciertas expresiones de infinitivo con a pueden interpretarse como complementos de un participio o un gerundio implícitos: ‘Yo a ordenar y tú a desordenar, me ganas’. Puede interpretarse como dedicado [o dedicándome] yo a ordenar, etc.

Algunos casos de infinitivo con preposición merecen mención especial por ser peculiares del español: con al expresa la simultaneidad o sucesión inmediata de otra acción que se nombra respecto de la del infinitivo: ‘Al ir hacia su casa le tropecé por el camino. Al estallar la bomba se rompieron todos los cristales’. Si la acción del infinitivo, como en el primer ejemplo, es duradera, la expresión con al equivale a un gerundio (‘yendo hacia su casa…’). El mismo significado tiene el infinitivo precedido de en: ‘… y en verlas llegar huía’; pero este giro no es ahora usual. (V. este mismo giro con gerundio en el artículo gerundio de este apéndice.)

Precedido el infinitivo de de, forma «expresiones adjetivales» o complementarias del adjetivo digno u otro equivalente, o del verbo ser: ‘Es de alabar su sinceridad. Una cosa digna de ver’.

También con de forma expresiones hipotéticas: ‘De venir, avísame. De marcharme, no sería antes del lunes’. Si el infinitivo es de un verbo de posibilidad o se refiere a tiempo no futuro, puede sustituirse de por a en lenguaje coloquial: ‘A poder ser, te lo haré esta semana. A haberlo sabido, hubiese venido antes. A decirlo otro, no lo creería’.

Otra expresión con infinitivo, peculiar del español, es la formada con por dependiendo de estar o bien de faltar o verbo equivalente, con la que se forman frases que expresan lo que aún no está hecho y hay que hacer: ‘Queda el rabo por desollar’.

La preposición para aplicada al infinitivo equivale también a a punto de: ‘Estaba para llegar el tren de un momento a otro’.

6.5. Participio de pasado o pasivo

Todos los verbos, sean transitivos, intransitivos o atributivos, tienen esta forma verbal, acabada en la primera conjugación en -ado y en la segunda y tercera en -ido y, antiguamente, en algunas regiones, en -udo. (Hay que advertir que, no tratándose de exposiciones doctas, se suprime en la pronunciación la d de -ado y se pronuncia diptongado el grupo ao.)

6.5.1. Participio pasivo-adjetival

La función primaria del participio, en la cual, para diferenciarla de la función perfectiva de que se hablará más adelante, se le llama participio pasivo, y, en el desarrollo de este artículo pasivo-adjetival, es de adjetivo, aplicado a la cosa en que se ha realizado la acción del verbo a que el participio corresponde. También se aplica como adjetivo, casi siempre también nombre, al sujeto de muchos verbos tanto transitivos (agradecido —el que agradece—, callado —poco hablador—, cansado —que cansa—, considerado, descreído, desprendido, disimulado, entendido, fingido, leído, mirado, moderado, penado, precavido, resuelto, sabido, sacudido, sentido, soldado, sufrido…) como reflexivos (acostumbrado, arrepentido, atrevido, callado —sin hablar—, comedido, desesperado, dormido, encogido, esforzado, parecido, recatado…); o intransitivos (corrido, nacido, muerto, porfiado, presumido, valido…).

Algunos participios no son susceptibles, en este uso pasivo-adjetival, de ser aplicados más que cuando la acción del verbo correspondiente se ha realizado en la cosa de que se trata: ‘Cinco camisas ya cosidas’. En otros, es más acusado el carácter adjetival, pues no es necesaria esa circunstancia: ‘Una costa muy recortada’. No se incluyen con encabezamiento propio en el diccionario más que los de la última clase; y se dejan, como formas verbales, sin encabezamiento particular, los que son exclusivamente participios, así como los que se usan solamente como participios pasados o perfectivos, de los que se habla más adelante.

Este participio pasivo-adjetival es también usado, como lo era ya en latín, en la formación de la pasiva de los verbos: ‘La pelota es lanzada contra la pared. La hierba es quemada para que sirva de abono’. Como se ve en los ejemplos, el auxiliar corriente del participio en este uso es ser. Pero pueden ser empleados también andar, dejar, estar, ir, llevar, resultar, salir y venir: ‘Anda fastidiado. Está hundido. Va cansado. Viene desengañado’. (V. en este mismo artículo el apartado 4.1.1. formas perifrásticas con participio y los verbos auxiliares dentro de 3.1. clasificación de los verbos en relación con la conjugación.)

6.5.2. Participio perfectivo

De la función pasivo-adjetival ha pasado el participio en las lenguas romances a desempeñar otra que no tenía en latín: la de representar la raíz verbal en las formas compuestas o perfectas de los verbos, que han reemplazado a las simples latinas. En esta función el participio se llama perfectivo. El paso se inicia en las expresiones formadas con el verbo haber usado con el significado transitivo que ahora ha perdido: ‘he muchas cosas vistas’; estas expresiones equivalen a las formadas ahora con tener: ‘tengo vistas muchas cosas’, y en ellas el participio, vistas en este caso, concierta con el complemento directo del verbo correspondiente, aquí muchas cosas. No está claro el doble proceso en virtud del cual el verbo haber ha perdido su significado transitivo y el participio ha dejado, correspondientemente, de tener variación de género y número y de concertar con el complemento de él, con lo cual aquellas expresiones que tenían ya naturalmente significado de acción completamente realizada, se han convertido en los actuales tiempos perfectos de la conjugación verbal, usados tanto en los verbos transitivos como en los intransitivos; pero el sentido lingüístico no encuentra dificultad en admitir como derivadas naturalmente una de otra las expresiones ‘he muchas cosas vistas, he vistas muchas cosas, he visto mucho, he visto muchas cosas, he andado mucho’.

Construcción del participio perfectivo.— Este participio perfectivo se usa corrientemente con haber: ‘Ya te he dicho que no te necesito’. Pero con verbos intransitivos puede usarse con ser, aunque las expresiones así formadas no son ahora corrientes: ‘Cuando fue venido (hubo venido) el buen tiempo. El Hijo de Dios es nacido’ (ha nacido). Se usa también con tener, y, aunque esta construcción es tenida por portuguesismo, con el verbo decir es muy corriente y es difícil no tenerla por castiza: ‘Te lo tengo dicho mil veces’.

El participio perfectivo es invariable cuando va con haber o con tener. Pero, usado con ser, concierta con el complemento o el atributo: ‘Buenas nuevas son llegadas’. En lenguaje antiguo y todavía en Asturias y Galicia, también es invariable en este caso. No es ahora corriente el participio perfectivo con pronombres enclíticos. Sin embargo, de frases como ‘había cogido la piedra y tirádola al perro’ o ‘había segado el campo y dejádolo en rastrojo’, podrá decirse que suenan anticuadas o algo extrañas, pero no que sean incorrectas, ininteligibles o inusables.

Hay que mencionar una construcción especial de participio pasado o perfectivo en que éste precede al verbo auxiliar y está separado de él por que: ‘Leído que hubo la carta. Encarcelados que estén los presos’; equivale a una construcción corriente precedida de cuando, después que o expresiones equivalentes, y, posiblemente, procede de tales construcciones temporales. A su vez, de las construcciones de participio seguido de que es posible que procedan esas otras en que el participio está sustituido por un nombre de cargo o situación: ‘Tierno Galván, alcalde que fue de Madrid…’.

Se encuentran en textos literarios de distintos autores frases de construcción extraña para los lectores actuales, en que el participio, aunque aplicado a un nombre, se refiere sólo a una parte de la cosa designada por él. Véanse las siguientes. Fray Luis de León: ‘El cuello al yugo atados, los bueyes van rompiendo los sembrados’ (los bueyes, atados por el cuello). Ercilla-Araucana: ‘Estuve en el tapete ya entregado / al agudo cuchillo la garganta’ (con la garganta entregada). Góngora: ‘Desnuda el pecho anda ella’ (con el pecho desnudo). Otros ejemplos: ‘Aquellos capitanes… el fiero cuello atados… El amante, las venas dulcemente desatado…’. Estas construcciones sólo se encuentran en lenguaje poético y tal vez sean sólo licencias propias de ese lenguaje.

6.5.3. Participio absoluto

Tiene el participio en su función pasivo-adjetival un uso peculiar, que es el de «participio absoluto»; en él forma con el nombre a que se aplica una unidad expresiva que se incrusta en una oración sin tener relación gramatical de ninguna clase con el verbo u otro elemento de ella. Puede tener significado temporal o modal y ser reemplazado por una oración de gerundio o un complemento con con: ‘Levantado el campamento, se pusieron en marcha’ (Habiendo levantado…). ‘La casa, puertas y ventanas cerradas, parecía abandonada’ (con las puertas y ventanas cerradas).

El participio absoluto precede generalmente al nombre a que se refiere; pero, particularmente cuando ese nombre expresa un modo de estar, frecuentemente se pospone el participio a él, como se ve en el segundo de los ejemplos; cuando la palabra a que se refiere el participio es un pronombre, es más frecuente que éste siga al participio: ‘Hecho esto, se pusieron a trabajar. Muerto él, se terminó la discordia’; en particular, cuando el pronombre es relativo: ‘Se presentaron algunas dificultades, vencidas las cuales, los preparativos siguieron adelante’.

Se ha dicho antes que, aunque no es usual, tampoco es impracticable la aplicación de pronombres enclíticos al participio; pero, si éste es absoluto, tal aplicación es en lenguaje actual totalmente desusada; no ha sido así siempre, sin embargo; en el P. Mariana, por ejemplo, se lee: ‘Que impuéstales la penitencia, podrían empero ser recibidos’.

Puede el participio absoluto aplicarse a una oración sustantivada: ‘Visto que no llegaban, empezamos a comer. Decidido pasar por el vado, se pusieron en marcha’.

6.6. Participio presente

La forma verbal acabada en -nte (plural -ntes), llamada tradicionalmente participio presente y, también, participio activo, ha caído en desuso para la gran mayoría de los verbos; además, no admite complementos más que en la forma en que los admite cualquier adjetivo y ha dejado de usarse en expresiones de participio absoluto como se usó en tiempos. Por ello, ha dejado en general de ser incluida en la conjugación y ha pasado a ser considerada como un derivado verbal igual que lo son los nombres de acción y efecto o los nombres-adjetivos de actor. Un caso particular es el de durante, mediante y no obstante, que forman todavía expresiones que pueden considerarse como de participio absoluto: ‘Dios mediante, nos iremos la semana que viene. El calor aprieta durante el mes de agosto. No obstante que el tiempo no era muy bueno, lo pasamos bien’; expresiones que tienen precedentes de empleo con concordancia del participio con el nombre: ‘durantes las guerras’. Pero ahora, olvidado en el uso corriente el carácter participal de esas palabras, su papel se considera de preposición.

6.7. Gerundio

Es una forma verbal invariable acabada en -ndo. Tiene carácter adverbial y expresa la raíz verbal en formas compuestas con un auxiliar que añade al gerundio las determinaciones de tiempo, número, persona y modo que le faltan: ‘Está descansando. Venía cantando’. (V. su uso en gerundio, y en este artículo en 4.1.3. formas perifrásticas con gerundio.)

7. Correspondencia de modos y tiempos en la oración compuesta

Según la naturaleza de la oración principal y la clase de dependencia que une a ella la adjunta, el verbo de esta última está en indicativo o en subjuntivo.

7.2. Correspondencia de modos y tiempos en la oración compuesta por coordinación

Como se ve en el cuadro, en la oración compuesta en que la adjunta está en indicativo por ser propiamente coordinada (por ejemplo, unida con una de las conjunciones llamadas coordinantes), a cualquier tiempo de la principal puede, gramaticalmente, corresponder cualquier tiempo en la adjunta. Si no ocurre siempre así es por razones de significado; no se puede, por ejemplo, decir ‘se sale porque se romperá’ porque el efecto, que es salirse, no puede ser anterior a la causa, que es romperse; pero sí puede decirse ‘lo siento porque se romperá pronto’ (con los mismos tiempos, pero con distinto verbo principal). Sólo hay que anotar la siguiente limitación:

En las oraciones con que dependientes de otra de expresión o de pensamiento, aunque la acción de la oración adjunta se refiera al presente, si el verbo de la principal es pretérito, retrae a su tiempo al de la adjunta como si las dos acciones fuesen simultáneas, y se emplea para el verbo de la oración adjunta el pretérito imperfecto, que es el tiempo que expresa simultaneidad: ‘Me parecía que estabas cansado’ (en vez de que estás cansado).

7.3. Correspondencia de modos y tiempos en la oración compuesta por subordinación

En cuanto a los tiempos usados en la oración subordinada, en términos generales, el tiempo es en cada caso el correspondiente en el modo subjuntivo al del indicativo que se usaría si la oración fuese coordinada, con las salvedades que se han anotado al pie del cuadro precedente. Además: el presente de subjuntivo no tiene realmente significado de presente más que para expresar una acción habitual: ‘Prefiero que vengas los martes’; no siendo así, tiene siempre significado futuro, inmediato o remoto: ‘Quiere que vaya hoy [mañana, un día cualquiera] a comer con él’. Para expresar la acción en verdadero presente hay que recurrir a la forma durativa: ‘Cabe que a estas horas esté llegando’.

Nótese que en el cuadro de correspondencias no se incluye el pretérito anterior que tiene un uso limitado a ciertas oraciones adverbiales subordinadas, de las que se hablará en el lugar correspondiente.

Tampoco aparecen en el cuadro de correspondencias en subjuntivo los futuros de subjuntivo, que, como se dice en la nota 3, no tienen valor como sustitutos de los de indicativo y, además, tienen solamente cierto uso específico de que se hablará así mismo en el lugar correspondiente.

8. Uso del indicativo y el subjuntivo en la oración compuesta por subordinación

Establecido el cuadro de las formas de subjuntivo que corresponden en la oración subordinada a cada forma de la principal, falta determinar en qué casos se subjuntiva la oración adjunta.

8.1. Uso del indicativo y el subjuntivo en las oraciones subordinadas sustantivas

En estas oraciones el verbo de la principal es subjetivo o asimilable a subjetivo: ‘Le mandó que viniese. No creo que haya pasado nada. El mal tiempo hizo que llegásemos tarde. La diferencia de idiomas influye en que no se entiendan’. Este grupo hay que subdividirlo en diferentes tipos.

a) Con verbo de voluntad, de sentimiento, de necesidad, de logro, de temor, de duda o cualquier otro subjetivo que no sea de percepción sensible, creencia, pensamiento o expresión; como desear, pedir, recomendar, incitar, lograr, necesitar…; así como con hacer u otro equivalente. Llevan la adjunta en subjuntivo: ‘Deseo que venga pronto. Sentí que le hirieran mis palabras’.

Cuando un verbo de temor tiene significado de creencia se puede construir el verbo de la oración adjunta en indicativo: ‘Temo que nos hará esperar’. En lenguaje antiguo se encuentran ejemplos de esta construcción con indicativo aun en casos en que el sentido de creencia no es tan patente.

En las expresiones de deseo, la oración principal puede ser sustituida por una partícula exclamativa; ésta equivale a una oración en presente de indicativo o en potencial: ‘¡Que vengas pronto! ¡Ojalá durara siempre!’.

b) Con verbo subjetivo de percepción sensible, de creencia, de pensamiento o de expresión. Si la principal es afirmativa, la adjunta lleva generalmente el verbo en indicativo o potencial: ‘Noto que hace frío. Creo que vino ayer. Digo que está lloviendo’; incluso, si el verbo está en imperativo: ‘Cree que lo siento’. Si la principal es negativa, el verbo de la adjunta está generalmente en subjuntivo: ‘No noto que haga frío. No creo que viniera ayer. No digo que esté lloviendo’. Pero las excepciones, particularmente en el sentido de no realizarse la sujuntivación, son muy frecuentes; porque el significado de los verbos de este grupo se presta especialmente a la matización de la acción expresada por el verbo adjunto para darle carácter asertivo o dubitativo. Por ejemplo, en la adjunta de una oración negativa en presente de subjuntivo con valor de imperativo se pone el verbo en indicativo: ‘No creas que será tan fácil. No digas a nadie que pienso marcharme’.

Otra excepción la constituyen algunos verbos de sentido negativo que se construyen con subjuntivo como si se tradujesen al del mismo significado de sentido positivo puesto en forma negativa: ‘Dudo que venga’, en vez de ‘dudo que viene’, como si se dijera: ‘no creo que venga’. E inversamente: ‘No ignora que estoy aquí’, en vez de ‘que esté yo aquí’, como si se dijera ‘sabe que estoy aquí’. Y se dice ‘calló que me hubiera visto’ al lado de ‘calló que me había visto’; e, inversamente, ‘no dijo que me había visto’, al lado de ‘no dijo que me hubiera visto’.

También, el verbo saber en forma negativa se construye con oración adjunta en indicativo si la oración principal está en presente y en persona que no sea la primera: ‘Él no sabe que estoy aquí’. Pero, si la oración principal está en otro tiempo o en primera persona, puede construirse en indicativo o en subjuntivo: ‘Yo no sabía que estabas [o que estuvieses] aquí. Ella no creía que llegábamos el sábado [que llegásemos tan pronto]’. Fijándose en las oraciones adjuntas de los ejemplos es fácil percibir que el hecho de estar en indicativo o en subjuntivo responde al carácter asertivo o eventual que tienen para el que habla.

No son los anteriores los únicos casos en que es permitido el empleo del indicativo en oraciones negativas de esta clase, particularmente en las formas más complejas; pero la oportunidad del empleo de esta licencia la dicta el sentido lingüístico y no es sometible a reglas que guíen a los extranjeros; los ejemplos siguientes suenan bien y su forma es más espontánea que la correspondiente en subjuntivo: ‘No creeré que viene (en vez de venga) hasta que lo vea. No sabía que salías (en vez de salieses) tan tarde de la oficina. No pensé que lo decías (en vez de dijeras[-ses]) de veras. No nos había dicho que iba (en vez de fuera) a casarse. No habría creído nunca que era (en vez de fuera) un espía’.

Por otro lado, el indicativo puede sustituir al subjuntivo en la subordinada de una oración negativa de este grupo poniendo el verbo subordinado en forma de obligación: ‘Nunca creí que había de llegar (en vez de que llegara) ese caso’.

Una particularidad de los verbos de este grupo es la posibilidad de emplear en la oración adjunta la forma incoativa del verbo con ir a; las correspondencias son las mismas que en la construcción ordinaria: ‘Creí que le iba a dar un ataque. No creía que fuera a pasar nada’. Pero, también, con la posibilidad de usar el indicativo por el subjuntivo en las negativas: ‘No creía que iba (en vez de fuera) a pasar nada’.

c) Oraciones sustantivas con la conjunción que precedida de preposición. Se hace distinción entre las oraciones adjuntas en que la preposición que precede a que (o como en su lugar) son a, para (o por haciendo sus veces) o a fin de, o sea, las oraciones que desempeñan función de complemento indirecto, que pueden llamarse complementarias finales (‘lo hace para que le admiremos’), y aquellas en que la preposición es otra cualquiera, que se pueden llamar complementarias circunstanciales (‘se le nota en que cojea un poco’).

Las finales son siempre de subjuntivo (las conjunciones finales son las únicas que no se usan nunca con indicativo o potencial): ‘Te lo digo para que lo sepas’. Las otras son de subjuntivo o de indicativo según que tengan o no significado eventual. ‘Eso depende de que están flojos los tornillos. Todo depende de que le paguen bien’.

Lo mismo con imperativo en la principal: ‘Haz caso omiso de que éste es más caro [de que sea francés o inglés]’.

d) Oraciones con verbo principal terciopersonal. Se asimilan, según el significado del verbo, a una u otra de las subjetivas de significado semejante: con los verbos importa, conviene, hace falta, etc., a las de voluntad: ‘Conviene [hace falta, importa] que le avises pronto. Convenía [hacía falta, interesaba] que vinieras cuanto antes’.

Así como las exclamaciones ojalá, siquiera hacen oficio de oraciones principales de deseo, las expresiones acaso, puede, tal vez, quizá[s] hacen también oficio de oraciones terciopersonales cuyo sujeto es la oración con que a que preceden y causan la subjuntivación de ésta con el mismo cuadro de correspondencias: ‘Acaso [puede que, tal vez, quizá] venga hoy’.

Las oraciones con doler, pesar, placer u otro verbo de impresión se asimilan a las de verbo de sentimiento en la principal: ‘Me gusta que te hayas acordado de mí. Me dolería que no me dijera nada’.

Con parecer, resultar, ser o un verbo de suceso, se construyen como las de verbo de creencia en la principal: con la principal afirmativa, la adjunta es coordinada: ‘Es que no lo veo [que no lo vi, que no lo veré] hasta el martes…’; con la principal negativa, la adjunta es subordinada con el cuadro de correspondencias típico: ‘No parece que tenga muchas ganas de trabajar. No es que haya estado enfermo’.

8.2. Uso del indicativo y el subjuntivo en las oraciones subordinadas circunstanciales introducidas por una conjunción

Es necesario hacer tres grupos de oraciones: con conjunción causal; con conjunción concesiva y con conjunción condicional.

a) Con conjunción causal:

Las oraciones unidas por conjunción causal son coordinadas (como las de pensamiento) si la oración principal es afirmativa: ‘Vengo porque me has llamado’.

En cuanto a las que tienen la oración principal en forma negativa, la negación puede tener dos significados: o bien que la oración adjunta es la causa de que no ocurra lo expresado en la principal: ‘No viene porque está enfermo’; o bien, que no es por lo expresado en la adjunta, sino por otra causa o razón, por lo que deja de ocurrir lo expresado en la principal: ‘No viene porque le hayas llamado’ (no es porque le hayas llamado por lo que viene). En el primer caso, las oraciones son coordinadas y la adjunta se construye en indicativo: ‘No salí [he salido, saldré] porque hizo [ha hecho, hace] mal tiempo’. En el segundo, la adjunta se construye generalmente en subjuntivo: ‘No vengo porque desee verte. No adelgaza porque coma poco’.

Si la conjunción causal es como, como que o como quiera que, la oración afectada por ella está siempre en indicativo o potencial: ‘Como se hacía tarde hemos empezado a comer sin ti. Como que eso estaría mal hecho, no lo debes hacer’.

Pero en lenguaje anticuado se usaba a veces el subjuntivo con esas conjunciones: ‘Como sea la vida milicia, menester es vivir armados’. Y con como quiera que puede encontrarse usado en lenguaje actual: ‘Como quiera que eso sea uso general, hay que tenerlo en cuenta’.

b) Con conjunción concesiva:

(Es aplicable lo que sigue a las expresiones concesivas propiamente conjuntivas, o sea, aunque, aun cuando y las del mismo significado formadas con que:bien que, mal que, por más que, por mucho que…). Si el significado del verbo de la oración adjunta se expresa como incierto, cosa que puede ocurrir cuando el de la principal está en futuro, en imperativo o en potencial, aquél se pone en subjuntivo: ‘Lo tomaré aunque me repugne. Dilo, aunque te avergüences’.

Si el significado del verbo de la oración adjunta no se expresa como incierto, el verbo se pone generalmente en indicativo; pero puede ponerse en subjuntivo si se quiere suavizar la expresión: ‘Lo tomo [tomaré] aunque me repugna [me repugne]’.

c) Con conjunción condicional:

Hay que tratar por separado la conjunción si y las equivalentes a ella.

Oración adjunta con si: En la oración condicional hipotética con si, si la apódosis (oración sin conjunción, que expresa la consecuencia del cumplimiento de la condición) está en indicativo, la prótasis (oración con si que expresa la condición o hipótesis) está también en indicativo: ‘Te lo diré si lo sé’. Si la apódosis está en condicional (lo cual ocurre cuando existe poca probabilidad de que se realice la condición expresada en la prótasis) o se da esa condición como no realizada, la prótasis se pone en subjuntivo: ‘Te lo diría si lo supiera’.

En la oración en indicativo las correspondencias de tiempos son las que aparecen en el cuadro 7.1. (oración con adjunta en indicativo o potencial), con la única restricción de que, en la oración con si, en vez de los futuros y los potenciales se emplean el presente y el pretérito perfecto: ‘Te lo diré si lo sé. Lo habrá hecho para ese día si ha encontrado antes materiales’. Otras restricciones son sólo cuestión de significado, ya que la condición no puede ser posterior al resultado de su cumplimiento y, por ello, no se puede decir, por ejemplo, ‘se lo pagué si lo hace’ o ‘lo hago si me lo pagarás’.

En la oración con adjunta (prótasis) en subjuntivo, las correspondencias propias o específicas son éstas: para el presente, prótasis (oración con si) en pretérito imperfecto de subjuntivo y apódosis (oración principal) en potencial simple; para el pretérito, prótasis en pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo y apódosis en potencial compuesto; para el futuro, prótasis en futuro imperfecto o perfecto de subjuntivo y apódosis en potencial simple. Ejemplos:

Presente: ‘Si estuviera aquí, lo sabríamos’.

Pretérito: ‘Si lo hubiera sabido, no habría venido’.

Futuro: ‘Si así lo hiciere, pagaría la pena. Si no lo hubieres hecho para ese día, ya no me serviría de nada’.

Ahora bien: En lenguaje actual, los futuros de subjuntivo son sustituidos por el pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto de subjuntivo; de modo que las construcciones para el futuro son:

‘Si así lo hiciera, pagaría la pena’.

‘Si no lo hubieras hecho para ese día, ya no me serviría de nada’.

Por otro lado, el pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto de subjuntivo de la prótasis son sustituibles en lenguaje popular por el potencial simple y el compuesto; inversamente, el potencial simple y el compuesto de la apódosis son sustituibles por el pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto de subjuntivo; y unos y otros son sustituibles por el pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto de indicativo. Por tanto, resultan para estas oraciones las siguientes construcciones posibles:

‘Si estuviera aquí, lo sabríamos’ (específica).

‘Si estuviera aquí, lo supiéramos’ (anticuada).

‘Si estuviera aquí, a estas horas lo sabía todo Madrid’ (enfática).

‘Si estaría aquí, lo sabríamos’ (popular).

‘Si estaría aquí, lo supiéramos’ (popular y anticuada; teóricamente posible para completar la serie, pero no documentada).

‘Si estaría aquí, lo sabía hasta el gato’ (popular y enfática).

‘Si estaba él aquí, lo arreglaría enseguida’ (popular).

‘Si estaba él aquí, lo arreglara enseguida’ (popular en cuanto a la prótasis y anticuada en cuanto a la apódosis; teóricamente admisible para completar el cuadro, pero no documentada).

‘Si estaba él aquí, lo arreglaba enseguida’ (popular en cuanto a la prótasis y enfática en cuanto a la apódosis).

Tienen el mismo significado que si en los usos en que puede acompañar a un verbo en subjuntivo las siguientes expresiones condicionales-hipotéticas: a base de que, a calidad de que (anticuada), como, con que, a condición de que, cuando, dado —dar— que, de, de no, siempre que, siempre y cuando, con sólo que, con tal que y ya que.

Todas ellas exigen el subjuntivo en la oración a que afectan, con las correspondencias regulares del cuadro 7.1. de correspondencias de las oraciones unidas por subordinación: ‘Te lo diré a base de que me prometas no decirlo a nadie. Como se enterase, se enfadaría. Con que me des la mitad, me conformo. Se lo habría dado a condición de que lo guardara bien. Cuando no hubiera otro remedio, trabajaría. Dado que lo supiera, se callaría por la cuenta que le tiene. Me conformaré siempre que [siempre y cuando] me prometan compensarme en otra ocasión. Con sólo que [o con tal que] hubiera dos metros, tendríamos bastante. Ya que lo digas, mantenlo con firmeza’.

(A base de que, a calidad de que y a condición de que pueden perder la partícula que y, tomando carácter prepositivo, ir con el verbo en infinitivo. De y de no van siempre así: ‘A base de gastar poco. A condición de no decirlo a nadie. De haberlo sabido no hubiera esperado. De no poder venir, avísame’.)

Las restricciones en el uso de las correspondencias del cuadro general son impuestas solamente por la necesidad de una correspondencia lógica entre los tiempos de las dos acciones relacionadas; son, por ejemplo, frases sin sentido ‘le veré siempre que me permitieron entrar’ o ‘lo creo con que me lo jurarás’.

Además, en correspondencia con la equivalencia en significado de estas conjunciones con si, siempre que el verbo a que afectan esté en pretérito, simple o compuesto, de subjuntivo, el verbo de la principal tiene que estar en potencial, e inversamente: ‘Te habría pagado bien siempre que lo hubieras hecho bien’.

He aquí, como ejemplo, un cuadro de correspondencias con futuro en la principal:

‘Te lo pagaré con tal que lo hagas bien’.

‘Te lo pagaré con tal que lo hicieras[-ses] bien’ (inusable por ilógica y, además, hicieras[-ses] —pretérito imperfecto de subjuntivo— en la subordinada, exige potencial en la principal: ‘Te lo pagaría con tal que lo hicieras[-ses] bien’—).

‘Te lo pagaré con tal que lo hayas hecho bien’.

‘Te lo pagaré con tal que lo hubieras[-ses] hecho bien’ (inusable por ilógica y, además, el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo en la subordinada exige potencial en la principal).

d) Con conjunción final:

V. el apartado 8.1., c, correspondiente a las oraciones subordinadas sustantivas con que precedido de preposición.

8.3. Uso del indicativo y el subjuntivo en las oraciones subordinadas de relativo

a) Con pronombre relativo.— La oración de relativo es en general de indicativo; sólo va en subjuntivo cuando el verbo de la principal está en futuro o potencial y la acción de la de relativo es eventual: ‘Tendrás todo lo que quieras. Vendrá el que viniera ayer. Le daría todo lo que necesitara. Habría tenido el dinero que hubiera querido’.

b) Con adverbio relativo-interrogativo-conjuntivo.— Las oraciones con como, cuando, cuanto, donde, mientras u otro adverbio conjuntivo, se construyen como las oraciones de relativo cuando esos adverbios hacen papel de interrogativo-relativos: ‘Está en el sitio donde lo dejaste. Dime cuánto te ha costado. Lo entregará donde le hayas dicho. Le pregunté cuánto me costaría arreglarlo. Dime cómo harías sin mí’.

Si el adverbio hace papel propiamente conjuntivo, con la principal en indicativo, se pone el verbo de la adjunta también en indicativo y en el tiempo permitido por el significado del verbo y del adverbio-conjunción (por ejemplo, si ésta es cuando, los dos verbos tienen que estar en el mismo tiempo); si la principal está en condicional, la adjunta está en subjuntivo: ‘Estaba [Estaré…] donde [como, cuando…] estás [estabas, estarás…] tú. Estaría donde estuvieras[-ses] tú’.

En la oración con cuando en indicativo tiene aplicación el pretérito anterior: ‘Cuando hubieron echado al último, atrancaron la puerta’.

9. Peculiaridades en el uso de los tiempos verbales en la oración compuesta de más de dos oraciones

La oración añadida puede ser adjunta de una cualquiera de las dos previamente unidas: ‘Te dije que vinieras porque creí que te gustaría’ (que te gustaría depende de creí); o bien puede adjuntarse al conjunto de ambas: ‘Yo sabía muchas cosas que te interesaban y quería decírtelas’; y el modo de la añadida es, en cualquier caso, como se ve en los ejemplos, el que corresponde a su propia clase de unión.

Hay que advertir con respecto a estas oraciones múltiples que no pueden usarse con una subordinada común dos verbos que tengan distinto régimen; no se puede decir, por ejemplo, ‘creo y me extraña que no haya venido’, sino que hay que decir ‘creo que no ha venido y me extraña [me extraña eso, me extraña que ocurra así]’.

Cuando de un verbo en pasado dependen una serie de oraciones referidas a distintos tiempos, éstas pueden ponerse todas en el tiempo pasado que corresponda al caso expresivo de que se trate, o cambiar en cualquier punto del periodo al tiempo correspondiente a la acción de que se trata en cada caso. Es igualmente correcto decir ‘me dijo que esperaba noticias y que, en cuanto las recibiera, me las comunicaría para que yo fuese preparando el viaje’, que ‘me dijo que espera noticias y que en cuanto las reciba me lo comunicará para que yo vaya preparando el viaje’ o ‘me dijo que esperaba noticias y que, en cuanto las reciba…; etc.’.

1 Hubiera sido más adecuado elegir como modelo de oración con adjunta en subjuntivo una final, ya que éstas son las oraciones típicas de subjuntivo, invariablemente en este modo; o, ya que no, una con subordinada sustantiva de voluntad o de sentimiento; pero, lo mismo en unas que en otras de estas oraciones, por razones lógicas o de significado, a una forma de presente o futuro de la principal no puede corresponderle una de pretérito en la subordinada, puesto que el medio no puede ser posterior al fin ni el acto de voluntad posterior a su objeto (no tiene sentido ni lo digo para que lo supieras ni le mandó que hubiera venido); por tanto, el modelo quedaría incompleto. Por ello, se ha elegido como ejemplo una oración sustantiva de expresión en forma negativa, aunque esta particularidad desvirtúe en cierto modo su valor de modelo.

2 No habiendo en el subjuntivo tiempo correspondiente al indefinido, éste se traduce al subjuntivo por el mismo que el pretérito imperfecto, o sea, el imperfecto de subjuntivo.

3 No siendo usado el futuro de subjuntivo más que en ciertos casos especiales, en general, al futuro simple de indicativo le corresponde el presente de subjuntivo, y, al compuesto, el pretérito perfecto.

4 El potencial simple y el compuesto son sustituidos respectivamente por el pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto de subjuntivo. Pero éstos, a su vez, se pueden sustituir por el potencial simple y el compuesto.

5 En cuanto al imperativo: 1.º Admite adjunta en cualquier forma del indicativo el de cualquier verbo de pensamiento o de expresión: ‘Cree que lo siento. Explícale que no pude hacer otra cosa’. 2.º Admite adjunta en subjuntivo (pero solamente en presente de ese modo referido al presente o al futuro) el imperativo de los verbos de mandato o coacción: ‘Mándale que venga’. 3.º Cualquier imperativo admite oración adjunta también en imperativo (presente de subjuntivo, si es negativa), unida mediante una conjunción coordinante: ‘Ve, pero vuelve pronto [pero no tardes]’. 4.º El de cualquier verbo que lo admita por su significado puede llevar adjunta una oración de infnitivo: ‘Mándale limpiar el campo de hierba’.

Fuente: Diccionario María Moliner de uso del español