Vocativo
Puede estar al principio o al fin de la frase, o intercalado en ella; al principio, sirve meramente para llamar la atención; al final o en medio es generalmente enfático o patético.
Antiguamente, llevaba a veces artículo: ‘Dígasme tú el caballero…’.
En lenguaje literario o en exclamaciones, el adjetivo posesivo precede a veces al vocativo: ‘No me mueve, mi Dios, para quererte… ¡Ay, mi niña…!’.
Con expresiones de saludo, sigue a éstas y les comunica un matiz más cortés o cariñoso: ‘Buenos días, Don José. ¡Adiós, Juan!’.
Muy frecuentemente, va precedido de una interjección: ‘¡Ah, sinvergüenza! ¡Oh, verdes campos…!’.
Fuente: Diccionario María Moliner de uso del español