Colectivo

Colectivo

Unas veces, el nombre colectivo no tiene nada que ver con el que reciben las cosas nombradas individualmente (rebaño); otras, es una transformación de éste (maquinaria). Son también colectivos ciertos numerales, como docena, veintena, millar. Estos nombres se forman, como se ve en los ejemplos anteriores, con los sufijos -ar o -ena y tienen generalmente sentido aproximado: ‘Una treintena de personas’.

También pueden clasificarse como colectivos o colectivos genéricos, ciertos nombres que designan en singular todo un género de cosas discretas o numerables; como leña, piedra, trigo. Estos nombres se diferencian de los propiamente colectivos en que pueden ser usados partitivamente, cosa natural ya que, esencialmente, no se diferencian de los nombres de sustancias o materiales continuos o medibles. Mientras que no se puede decir ‘comprar rebaño’, se dice ‘comprar ganado’ o ‘sembrar trigo’. Para designar las unidades separadas del género de cosas designado por uno de estos nombres, se emplean expresiones como ‘un grano de, un trozo de (un grano de uva [o de trigo], un trozo de leña)’; en algunos casos el mismo nombre colectivo es aplicable a las unidades: ‘una carga de piedra, una piedra’.

Son semejantes a estos «colectivos genéricos» los nombres empleados en singular para designar todo el género a que pertenecen: ‘la caza del elefante’; pero se diferencian de ellos en que no pueden usarse partitivamente; no se dice ‘la caza de elefante’; como se dice ‘la venta de trigo’; podrían llamarse colectivos representativos.

Fuente: Diccionario María Moliner de uso del español