Conjunción

Conjunción

1. Oración principal y oración afectada por la conjunción

De las dos oraciones unidas por una conjunción hay generalmente una afectada por ella, a la cual precede siempre, cualquiera que sea su posición con respecto a la otra oración. En la frase ‘no voy porque no me conviene’, la conjunción porque afecta a la oración no me conviene, a la cual comunica su significado causal, haciendo de ella la causa de lo que expresa la otra oración; a esta otra oración viene dándosele el nombre de principal, considerando que es ella la que impone la relación y que la afectada por la conjunción se adjunta a ella y depende de ella. Cuando la conjunción es copulativa (y, e, o, ni) no hay realmente oración principal, y la conjunción puede gramaticalmente ponerse delante de cualquiera de las dos oraciones unidas que ocupe la segunda posición.

2. Particularidades en la colocación, y otras

Algunas conjunciones adversativas se posponen, entre comas, a la oración a que afectan: ‘Vino, empero, antes de lo que pensaba’. Como se trata de casos particulares, se consigna en los artículos correspondientes. También se consignan en los artículos correspondientes otras particularidades, como el empleo de y al principio de una oración, o la repetición de ni.

3. Clasificación tradicional

Las conjunciones se clasifican por la naturaleza de la relación que establecen: «adverbiales, adversativas, causales, completivas», etc. Por fidelidad a la gramática latina, se siguen clasificando las conjunciones en «coordinantes» y «subordinantes». Las primeras son las que relacionan oraciones de las que ninguna de ellas es subordinada de la otra. Son las adversativas, consecutivas, copulativas, distributivas y disyuntivas. Son subordinantes las que enlazan una oración principal con una «subordinada». (Entran en este grupo las expresiones conjuntivas formadas con que.)

4. Locuciones conjuntivas

4.1. Formadas con adverbios y preposiciones

Además de las conjunciones univerbales, hay, como se puede ver en los artículos correspondientes al nombre de cada grupo, muchas locuciones conjuntivas que desempeñan el mismo papel; además, las preposiciones y adverbios toman valor conjuntivo, o sea, se hacen aptos para unir oraciones, adjuntándoles que: ‘Estoy aquí desde que te fuiste’.

4.2. Locuciones conjuntivas formadas con locuciones prepositivas

Igualmente, las locuciones prepositivas formadas con adverbios, tales como antes de, después de, encima de, enseguida de y otras como sin embargo de o a fuerza de, se pueden transformar en locuciones conjuntivas mediante la adición de que: ‘Conviene que se lo escribas, además de que se lo digas de palabra’.

4.3. Cuestión de las locuciones conjuntivas formadas con de que

Acerca de estas locuciones formadas con una preposición o locución prepositiva más que, se puede hacer observar que las construcciones a que dan lugar pueden interpretarse indistintamente como la suma de una locución conjuntiva y una oración o como la suma de una preposición o locución prepositiva y una oración sustantivada con que; y hay que advertir respecto de ellas que no en todos los casos las admite el oído y se tiende, en general, a dejarlas en locuciones prepositivas poniendo el verbo en infinitivo, lo cual es otra manera de sustantivar la oración: ‘Conviene que se lo escribas además de decírselo de palabra’; otras veces se intercala una coma entre las dos oraciones, como si se quisiera quitar valor conjuntivo a la locución: ‘No me gusta, aparte de que no me conviene’; tendencia que se acentúa invirtiendo el orden de las oraciones: ‘Además de que no sabe nada, no quiere aprender’. En el caso de los adverbios de relación de lugar y tiempo (antes, después, encima…) se discute entre los gramáticos, teniendo en cuenta los antecedentes latinos antequam y postquam, si el uso de de delante de que es superfluo y hasta incorrecto.

Esta transformación previa del adverbio en preposición antes de unirse a una oración con que, no es asunto distinto del hecho de que la oración completiva con que admite en español cualquier preposición antepuesta directamente unida a que, lo cual constituye una notable peculiaridad de este idioma, con la que se da a esas oraciones el valor sustantivo que corresponde a las oraciones de infinitivo a que equivalen. (‘Estoy harto de que me pida cuentas. Te conformarás con que te paguen la mitad’.) Este hecho y la existencia de frases como ‘en el caso de que’ o ‘en el supuesto de que’ son suficientes para justificar que cuando el antecedente de esas oraciones es un adverbio puedan unirse no sólo directamente a él, sino también a la preposición o locución prepositiva formada con él y la preposición de. Parece, pues, razonable no negar legitimidad a las formas con de.

5. Grupos de conjunciones y locuciones establecidos por las relaciones que son susceptibles de expresar

Los grupos de conjunciones comúnmente establecidos no bastan a abarcar la gran variedad de relaciones que se manifiestan mediante expresiones uni o pluriverbales que hacen unas veces papel de adverbios, otras de preposiciones y otras de conjunciones. Al agrupar estas variadísimas expresiones bajo el nombre de las relaciones expresadas por ellas, cumpliendo con una de las finalidades de este diccionario, la de dar las distintas maneras de expresar esas relaciones, se han podido resumir en los siguientes grupos para los que se han respetado, en los casos en que existían, las denominaciones tradicionales: «aclarativas, aditivas, adverbiales (de lugar, modales y temporales), adversativas, atenuativas, causales, comparativas, completivas, concesivas, condicionales, consecutivas, continuativas, copulativas, correctivas, correlativas, culminativas, distributivas, disyuntivas, dubitativas, finales, hipotéticas, ilativas, de inminencia, ponderativas, preventivas, restrictivas, transactivas». En los artículos correspondientes a cada una de estas designaciones se encuentran las conjunciones y locuciones correspondientes.

6. Elipsis de la conjunción

Puede suprimirse una conjunción repetida en oraciones dependientes de una misma principal, unidas entre sí por otra conjunción: ‘Se lo di porque yo no lo necesitaba y (porque) quise dárselo’. Debe evitarse esta elipsis si puede dar lugar a que se tomen como equivalentes cosas que no lo son: ‘Espabilar es hacer que alguien se despierte o que se haga más listo’. (Suprimida la segunda conjunción se podría interpretar que el hablante usa aquí despierte como equivalente a «se haga más listo».)

Es regla de construcción que no puede suprimirse un complemento que sea, con distinto régimen, repetición de otro. (No se puede, por ejemplo, decir ‘se hizo cargo y se quedó con los libros’, sino ‘se hizo cargo de los libros y se quedó con ellos’); sin embargo, en la frase comparativa, es permitida una excepción a esa regla cuando en ella se establece una alternativa entre la igualdad y la superioridad o inferioridad. Puede decirse ‘es tan bueno o mejor que el tuyo’ o ‘mi casa está tan cerca o más que la tuya’, en vez de ‘es tan bueno como el tuyo o mejor que el tuyo’ o ‘mi casa está tan cerca como la tuya o más cerca que la tuya’. En estos casos se suprime, además del término de la comparación repetido, la partícula o conjunción comparativa como.

Fuente: Diccionario María Moliner de uso del español