Pronunciación

Pronunciación

1. Características generales de la pronunciación española

Puede afirmarse en términos generales que la pronunciación española presenta pocas dificultades, debido principalmente a la pureza de sus vocales, y a que, si bien éstas sufren algunas variaciones en su pronunciación, tales variaciones son tan pequeñas que no puede hablarse de vocales intermedias o mixtas como en otros idiomas; y, por otro lado, esas modificaciones son impuestas por la proximidad de otros sonidos y se producen en la mayor parte de los casos de manera espontánea, incluso en el español hablado por extranjeros. Es, sin embargo, evidente que el español pronunciado por un extranjero difiere del que habla un español.

2. Dificultades para los extranjeros

Esta diferencia, como en cualquier caso de uso de un idioma extranjero, aun por personas que lo conocen perfectamente, son atribuibles en gran parte al cambio que los sonidos sufren al ser emitidos en dicción rápida, cambios que un extranjero no puede, en general, imitar. Aparte de eso, pueden las dificultades que se ofrecen al extranjero resumirse así: la acentuación, no siempre determinada por el acento escrito; la pronunciación, diptongada o con diéresis, de los grupos de vocales; la manera de tratar las partículas y monosílabos, que unas veces se acentúan y otras se pronuncian apoyados en la palabra contigua; y la entonación.

No es posible resumir en forma práctica los cambios de la pronunciación en dicción rápida. Tampoco es posible hacer aquí una exposición completa de las otras dificultades enunciadas. Pero tal vez la selección de reglas que se da a continuación, sacada en resumen de la obra del profesor Navarro Tomás, será útil para los extranjeros y, especialmente, para los profesores extranjeros de español.

3. Acentuación

V. el artículo acento de este apéndice.

4. Pronunciación de los grupos de vocales

Hay que señalar en primer lugar como peculiaridad del español que en la pronunciación de varias vocales seguidas, tanto si están en la misma palabra como si están en palabras distintas, las cuerdas vocales no interrumpen su vibración, sino que la mantienen mientras se pasa suavemente de una a otra. (Compárese, por ejemplo, la pronunciación de theater en alemán y teatro en español.) Este carácter se completa con la tendencia general a pronunciar en una sola sílaba las vocales que van seguidas y a pronunciar como una sola las vocales iguales contiguas; tendencia, naturalmente, mucho más acentuada en el lenguaje rápido. Para tales aglutinaciones no significa obstáculo la presencia de una h entre las vocales de que se trata. Esta tendencia se halla desvirtuada en muchos casos por razones etimológicas o de otra clase. Y, aunque es general para los grupos de cualquier clase y cualquier número de vocales, hay diferencias en cuanto a la tendencia a la reunión (diptongación, sinéresis, sinalefa) o a la separación (hiato, diéresis), entre los grupos en que entran las vocales i o u (vocales débiles) y aquellos en que no entran esas vocales. Por eso, hay que tratarlos por separado.

4.1. Grupos de dos vocales

4.1.1. Grupos en que una de las vocales es i o u

Se pronuncian normalmente en una sola sílaba, cualquiera que sea la situación de la sílaba en la palabra o su acentuación ortográfica: ‘[c(uí)dale, far(áu)te, pát(io)]’. Cuando el diptongo se disocia, es decir, se convierte en diéresis, esta disociación debería representarse siempre en la escritura mediante un acento gráfico sobre la vocal que, en la pronunciación, resulta acentuada. Así se hace ordinariamente cuando el acento prosódico recae sobre la vocal débil: ‘baúl, día, laúd, país, raíz, vía; ateísmo, cacatúa, dríada, falúa, transeúnte’. Pero, si el acento recae sobre la vocal fuerte o sobre la segunda de dos débiles, no se escribe; se dice [bri-ál, cru-él, di-ál, du-ál, gri-ál, pri-ór; ali-ádo, bi-ómbo, bri-óso, di-úrno, eri-ál, fastu-óso, i-áto, ri-áda, santu-ário, ti-ára, tortu-óso]; pero se escribe ‘brial, cruel, dial, dual, grial, prior; aliado, biombo, brioso, diurno, erial, fastuoso, hiato, riada, santuario, tiara, tortuoso’. Las palabras como las de los primeros ejemplos, o sea, las que sin diéresis serían monosílabas, acaban en l o r, lo cual induce a creer que entre esa terminación y la prosodia de tales palabras existe una relación; el caso es que esa prosodia sigue una regla general y no hay que hacerla notar gráficamente. En cambio, en las palabras en que el grupo con vocal débil no está en sílaba final, este grupo se pronuncia unas veces diptongado: ‘[p(ué)sto, r(ué)da]’; y otras con diéresis: ‘[ri-áda, tortu-óso]’. Esta diéresis debería marcarse gráficamente. Lo indicado sería hacerlo con el signo específico (¨), llamado diéresis; pero este signo es desusado actualmente. (Se usa excepcionalmente en algunas palabras como ‘rüido, süave, vïuda’, para indicar esta pronunciación, por ejemplo en poesías viejas en que esas palabras están medidas así.)

Se debe advertir que esas palabras tienden rápidamente a pronunciarse diptongadas y, con raras excepciones, como ‘riada’, en dicción rápida se pronuncian siempre así.

4.1.1.1. Grupos en que una de las vocales pertenece a un prefijo. No realización de la sinalefa

Los prefijos que se perciben fácilmente como tales se pronuncian con independencia, deshaciendo los diptongos o sinéresis a que podían dar lugar: ‘[re-unír, co-operár]’. Sin embargo, el prefijo anti- forma generalmente diptongo: ‘[an(ties)tético]’; no lo forma, en lenguaje esmerado, cuando el segundo elemento empieza por hi: ‘[anti-igiénico, anti-istérico]’.

En lenguaje lento, se deshace la sinalefa normal entre vocales pertenecientes a distintas palabras cuando una de ellas lleva el último acento del grupo fónico: ‘[a benído su íja, aquí és]’, no ‘[s(uí)ja, aqu(ié)s]’.

4.1.1.2. Terminaciones de los verbos de la segunda y tercera conjugación

No hay diptongo en las terminaciones verbales de la 2.ª y 3.ª conjugación y se pronuncian agudas, como les corresponde por acabar en r: ‘[ca-ér, re-ír, o-ír, dilu-ír]’. La separación se extiende al grupo final de vocales formado por la final de la raíz del infinitivo más i en todas las formas de la conjugación: ‘[ca-í, ca-ía, ca-ído; re-í, re-ía, re-ído; o-í, o-ía, o-ído; dilu-í, dilu-ía, dilu-ído]’. Pero, como se ve, hay una anomalía en la escritura. La RAE, en las Nuevas normas… publicadas en 1959, dispuso que no se escribiera el acento en las terminaciones uido como se venía haciendo; desde luego, este acento no es, en dicción corriente, ni tan marcado ni tan constante como en los otros casos; pero sí lo es en dicción lenta y no se ven motivos bastantes para esta excepción.

4.1.1.3. Terminaciones de los verbos de la primera conjugación

Verbos en -iar.— Se pronuncian en general con hiato, sin que lo determine la escritura, los infinitivos de algunos verbos que tienen formas con hiato marcado con acento escrito en el presente: [ampli-ár] como [amplí-o], [pi-ár] como [pí-o], [fi-ár] como [fí-o]. Pero aunque, en general, la forma, diptongada o escindida, del presente se impone a toda la conjugación, [cri-ár, crí-o, cri-ába, cri-é, cri-ádo], son muy numerosos los casos en que el infinitivo se separa de ella y sigue la tendencia a diptongar que es la general en los verbos de esta terminación: ‘arriar, averiar, contrariar, demasiarse, descarriar, desvariar, espurriar, extraviar, variar’. No es posible derivar del examen de los casos una regla general para saber cuándo se diptonga y cuándo se disocia el grupo ia en final de verbo; se ha querido ver una tendencia en los verbos derivados de nombres o adjetivos a seguir a éstos; pero los casos en que no ocurre así son tantos que tal regla no constituye una ayuda práctica. Por otro lado, la disociación del grupo ia en los finales verbales, como ya se ha indicado, no se refleja siempre en la escritura, ni, aunque se reflejase en la del infinitivo, que es la única que suele figurar en los diccionarios, bastaría eso para saber cómo deben pronunciarse las otras formas verbales.

Hay que advertir que, aunque para la inmensa mayoría de los verbos que están en este caso hay unanimidad entre los hablantes en cuanto a la pronunciación, ésta varía de unas regiones a otras, del lenguaje popular al lenguaje culto, de unas personas a otras… y hasta una misma persona puede pronunciar un verbo de estos de distinta manera unas veces que otras, pues vacila al llegar a decirlo; por ejemplo, se lee y se oye entre personas cultas ‘glorio’ y ‘glorío’, ‘arrio’ y ‘arrío, ‘palio’ y ‘palío’.

Verbos en -uar.— Se pronuncian en general en forma diptongada los infinitivos de los verbos en uar que en el resto de la conjugación tienen diptongo: [meng(uá)r] como [méng(uo), meng(üé), meng(uá)ba, meng(uá)do]; y en hiato los que lo tienen también en el resto de las formas: [acentu-ár, acentú-o, acentu-é, acentu-ába, acentu-ádo]. Hay que advertir que, en el segundo grupo de verbos, salvo en lenguaje muy lento y esmerado, se pronuncian diptongadas la primera y segunda persona del plural de cualquier tiempo y, con menos constancia, también las otras personas cuando al grupo le sigue más de una sílaba.

No obstante, se dan en la lengua actual vacilaciones que se apartan de las normas generales expuestas arriba; por ejemplo, ‘licuar’ y ‘adecuar’ se pronuncian generalmente en diptongo, pero alternan en el uso las formas de presente ‘licuo, licúo’ y ‘adecuo, adecúo’.

4.1.1.4. Casos de diptongo donde, de seguir la regla general, debería haber diéresis

Se reducen a una sola sílaba los grupos con i o u en algunas formas verbales, aunque lleven acento escrito; y, entonces, el acento, muy debilitado, se traslada a la otra vocal: ‘Si fuera verdad, me lo habr(iá) dicho’. Esta es una libertad que sólo ocurre en lenguaje rápido, y, por ello, no es recomendable a los extranjeros; pero en poesía se hace uso frecuente de ella: ‘Y es vil escoria lo que cr(ei)ste alma’.

4.1.1.5. Sinéresis inadmisibles

Sinéresis como [l(au)d] por [la-úd], [b(au)l] por [ba-úl], [p(ai)s] por [pa-ís], [m(ai)z] por [ma-íz], frecuentes entre las clases populares de España, y muy extendidas incluso entre las que no lo son en Hispanoamérica, son francamente vulgarismos.

Lo mismo hay que decir de la conversión del grupo ea de la terminación verbal ear en iar: ‘[toquit(iá)r, chirrisqu(iá)r]’, vulgarismo frecuente entre las clases populares de algunas regiones españolas y en Hispanoamérica. Si bien la e de ese grupo se debilita normalmente en lenguaje rápido y se diptonga con la a: ‘[toquit(eá)r, chirrisqu(eá)r]’.

4.1.2. Grupos de dos vocales ninguna de las cuales es i o u

Se pronuncian normalmente en dos sílabas: ‘boato [bo-áto], ahogo [a-ógo], reo [ré-o], galeote [gale-óte], coleóptero [cole-óptero], alvéolo [albé-olo], soleá [sole-á], galeón [gale-ón]’. (Como se ve en estos casos, no hay dificultad para la pronunciación en cuanto al acento, porque éste va escrito con sujeción a las reglas generales de acentuación —V. acento—.) Pero hay casos de diptongación:

4.1.2.1. Grupos de vocales sin acento fónico

Cuando el grupo no lleva acento fónico se pronuncia generalmente en una sola sílaba: ‘[calc(eo)lária, (ae)rodinámico, pal(eo)grafía, t(eo)logía, (ao)gádo, l(ae)spína]’. Y, en lenguaje rápido, se diptongan incluso grupos acentuados por suposición, que, en lenguaje lento, se pronunciarían en dos sílabas: ‘[gal(eó)te, sol(eá)do, flor(eá)do, p(oé)ta]’; rodear y rodeado tienen particular tendencia a la diptongación. Como también la tiene el grupo ae, tanto si lleva como si no lleva acento fónico: ‘Ya hemos venido [y(áe)mos benído]. Se cae de viejo [sec(áe) de biejo]. Tráemelo [tr(áe)melo]’.

4.1.2.2. Participios en «ado» y palabras con la terminación «ao»

Los participios pasados pierden en lenguaje conversacional la d y el grupo ao resultante se pronuncia diptongado y con la o muy débil: ‘hablado [abl(áo)]’. Por influencia de estos participios se pronuncian con diptongo, y con acento en la a, sin que este acento esté escrito, ‘[cac(áo), bacal(áo), bilb(áo)]’ y otras palabras de la misma terminación.

4.1.3. Concurrencia de vocales iguales

Como ya se ha indicado antes, corrientemente se funden en una sola. Hay, sin embargo, casos de disociación: No se realiza la fusión de vocales iguales cuando la segunda pertenece a una terminación verbal: ‘[cre-ér, le-ér, pele-émos]’.

Tampoco cuando la segunda pertenece a un pronombre: ‘[de-él, sobre-élla]’ (antiguamente, del y della no sólo se pronunciaban con una sola vocal, sino que se escribían así).

En lenguaje lento o esmerado tampoco se funden las vocales iguales cuando la segunda pertenece a un verbo: ‘Te he visto [te-é bísto], la había colgado alta [la-abía colgádo álta], la abriremos [la-abrirémos]’ (en lenguaje rápido se diría ‘[té bisto, labía colgádo, labrirémos]’).

Se desvirtúa la tendencia a la fusión de vocales iguales en algunas otras palabras, sin que se perciba una regla aplicable: ‘loor [lo-ór], mohoso [mo-óso]’; y esta circunstancia se extiende a más palabras todavía en lenguaje lento o esmerado: ‘alcohol [alco-ól], albahaca [alba-áca], acreedor [acre-edór], zoología [zo-ología]’. En ‘antihigiénico’ y ‘antihistérico’ no se funden las vocales en lenguaje lento, a pesar de que, tanto por tratarse del prefijo anti- como por tratarse de vocales iguales, debía realizarse la fusión.

4.2. Grupos de tres o más vocales

Estos grupos se dan pocas veces dentro de la misma palabra; solamente en terminaciones verbales de 2.ª persona del plural y en palabras compuestas: ‘cambiéis, antiaéreo’; generalmente, se producen en el encuentro de dos palabras: ‘Préstale auxilio. Salió a enterarse’.

Se pronuncian en una sola sílaba siempre que todo el grupo sea ascendente o descendente en cuanto a su perceptibilidad o abertura (recuérdese que el orden de las vocales en este aspecto es i, u, e, o, a) o que tenga una única elevación en el centro: ‘[parec(ióa)sustárse, sal(ióa)quello], (ascendente); [est(áeu)fórico] (descendente); [sal(iói)léso]’, (elevación en el centro).

En cambio, se pronuncian escindidos en dos sílabas los grupos:

1.º Que tienen una depresión en el centro: ‘[sal(ióa) éso, y(áeo)-ído, t(úo)-élla, y(ói)-ótro]’.

2.º Que tienen dos vocales acentuadas (con o sin acento escrito): ‘[f(ué) ántes, y(óeo)-ído]’.

3.º Que tienen vocal acentuada al final del grupo: ‘[tráfic(oa)-éreo, cás(ieo)-ído]’.

4.º La vocal e, particularmente si es conjunción, impide la diptongación aunque la estructura del grupo sea apta para ella: ‘Casi he acertado [cá(sie)-acertádo]; lo desea entero [lodesé-(ae)ntéro]; fue a París [f(ué)-aparís]; cayó e hizo explosión [cay(óe) ízo explosión]; cacao helado [cac(áo)-eládo]’.

5.º Si la primera vocal del grupo pertenece a un monosílabo acentuado, el grupo tiende, en lenguaje lento o esmerado, a separarse en dos sílabas: ‘Ya he hilado [y(áe) iládo] o [yá (ei)ládo]; ya oiremos [yá oirémos]; sí ha estado [sía estado]’ o [sí aestádo’]; según que se ponga o no énfasis en ya y en sí.

6.º La sinalefa de tres vocales es violenta, aun cumpliendo la regla, y el oído la rechaza cuando la intermedia es una de las conjunciones e u o. Por lo que, en lenguaje lento o esmerado, se escinde el grupo; y en lenguaje rápido en realidad se suprime una de las vocales: ‘Dijo e inmediatamente…[díjo (ei)nmediátaménte]; vendrá o está ya aquí [bendrá (oe)stá yá aquí] o bien [bendr(áo)stá yá aquí]’. Son violentas también las sinalefas uia, uie, eui, iui.

En el caso de pronunciarse el grupo en dos sílabas, cabe que la vocal intermedia forme sílaba con la que le precede o con la que le sigue: si es una conjunción (o, y) generalmente se une a la siguiente: ‘[comída (ia)bitación, úno (uó)tro]’; sin embargo, hay que advertir que las vocales i, y forman en realidad como un aglutinante unido a ambos sonidos adyacentes, sin que se las pueda separar completamente de ninguno de los dos: ‘Voy a llamarle [bói-iallamárle]’. La i y la u, si hay una h delante, forman siempre sílaba con la vocal que les sigue: ‘[dúro iérro, está uéco, ermóso uébo]’. Si la vocal intermedia formaba ya diptongo con una de las extremas antes de unirse las palabras dando lugar a un grupo de vocales más numeroso, se respeta esa unión: ‘[pasó (eu)génio, es(tói) ablándo]’. (A menos que, lo que suele ocurrir sólo en lenguaje rápido, se suprima la primera vocal del diptongo preexistente: ‘[pas(óu)-génio]’.) Si la última vocal del grupo es acentuada, queda sola: ‘[sáb(eo)-ír, cás(ia)-éreo]’. También, si el grupo es de más de tres vocales: ‘Ya lo he oído [yál(oeo)-ído]’. Si la vocal acentuada es la primera, va sola si la siguiente no pertenece a la misma palabra: ‘[aquí-oallí, así (oa)sá]’. Pero si la siguiente es de la misma palabra, se diptonga con ella: ‘[est(ói) ablándo, tr(áe) ótro]’.

5. Pronunciación de las partículas y monosílabos

Se pronuncian con acento propio, como bien: ‘[bién dícho]’; proclíticos, como los adjetivos posesivos: ‘[micása]’; enclíticos: ‘[abísame]’; o de una u otra manera según los casos.

6. Pronunciación de las consonantes

Las particularidades que merecen anotarse referentes a la pronunciación de algunas consonantes se consignan en los artículos correspondientes. Aquí sólo se dan algunas indicaciones relativas al acoplamiento de las consonantes entre otros sonidos y algunas observaciones de carácter general. Una característica de la pronunciación española es que las consonantes explosivas no son tan bruscas como en otros idiomas. Compárese ‘to go’ pronunciado por un inglés y ‘tocar’ pronunciado por un español.

En español la consonante forma siempre sílaba con la vocal que la sigue. Y esto aunque la consonante forme parte de un prefijo y, no obstante, que, en la partición de líneas, la consonante se agrupa (de forma potestativa, según la Ortografía de la RAE) con el prefijo de que forma parte; se escribe en ese caso ‘in-adecuado’, pero se pronuncia ‘[i-na-decuádo]’. Si las consonantes son dos, en general va una con la vocal que antecede y otra con la que sigue; pero la duración total de ambas es menor que la suma de las que corresponden a cada una por separado: ‘[has-tiár, mal-decír]’. Salvo que el grupo consista en una de las consonantes l o r precedida de otra de las susceptibles de pronunciarse junto con ellas, caso en el cual ambas forman sílaba con la vocal que sigue: ‘[im-plicár, des-prendér]’. Cuando el grupo es bs o pt, por lo menos en lenguaje rápido desaparece la b o la p: ‘subscriptor, septiembre’. El prefijo sub- seguido de l o r, en palabras cuyo carácter compuesto es notorio, suele pronunciarse separado para hacer notar este carácter: ‘[sub-lunár]’; y si la segunda consonante es r, se pronuncia, con sonido fuerte: ‘[sub-rreptício, sub-rrogár]’.

No desvirtúa la regla de unión de las consonantes con la vocal que las sigue la existencia de una h intermedia: ‘[de-shé-cho]’. Ni que la consonante y la vocal estén en palabras distintas: ‘[e-la-lemán]’. En los grupos de tres consonantes, las dos primeras se unen a la vocal anterior, y la tercera a la siguiente; salvo en el caso de que la última sea l o r y la anterior a ella una de las que se pueden pronunciar con ella en la misma sílaba, pues entonces se realiza esta unión: ‘[dis-plicénte, an-drajóso]’.

7. Entonación

Las principales características en español de la línea tónica en el grupo fónico son:

1.ª Que, salvo en el caso de que la primera sílaba sea acentuada, empieza siempre en tono grave. (Los extranjeros tienden a usar un tono más alto que el que corresponde.)

2.ª El interior del grupo fónico se mantiene uniforme con ligerísimas alteraciones que, generalmente, se marcan por una elevación de tono en las sílabas acentuadas y una depresión en las que no lo son, que se produce de manera espontánea. (Los extranjeros tienden a acentuar excesivamente estas diferencias.)

3.ª El final del grupo fónico es una elevación, si el grupo no es final de periodo o es interrogativo (en este caso mucho más pronunciada); y una depresión desde el acento de la palabra en que se concentra intencionadamente la expresión, si es final o es exclamativo o imperativo (en este caso mucho más pronunciada).

8. Cantidad

Característica general del español es la poca diferencia entre las vocales que se pueden llamar largas y las breves. Ni las primeras son tan largas como las que se llaman así en otros idiomas, ni las segundas tan breves como las breves. Esta segunda circunstancia da a la pronunciación española su claridad peculiar. Los extranjeros deben tener en cuenta particularmente no hacer demasiado breves las vocales finales inacentuadas, las cuales son largas en pronunciación española. Ni, lo que también es vicio general en los extranjeros, hacer demasiado largas y marcadas las consonantes finales.

Fuente: Diccionario María Moliner de uso del español