La contaminación atmosférica es la contaminación del ambiente interior o exterior por cualquier agente químico, físico o biológico que modifique las características naturales de la atmósfera. La contaminación del aire significa la existencia de contaminantes en la atmósfera. Varios contaminantes surgen de diversas fuentes. Algunos de los principales contaminantes del aire son el ozono (que surge de la reacción química entre otros contaminantes diferentes), el monóxido de carbono (que surge de la combustión incompleta de materiales orgánicos), el plomo (que proviene de los tubos de escape de los vehículos), el dióxido de nitrógeno (que resulta de diversos procesos industriales, la quema de combustibles fósiles y otras fuentes), el dióxido de azufre (que surge de la combustión de carburantes), etc. Según el artículo 1 del Convenio sobre la Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Larga Distancia, adoptado en Ginebra el 13 de noviembre de 1979 (1302 Serie de Tratados de las Naciones Unidas 1947- 217), la contaminación atmosférica «significa la introducción por el hombre, directa o indirectamente, de sustancias o energía en el aire que produzcan efectos nocivos de tal naturaleza que pongan en peligro la salud humana, dañen los recursos vivos y los ecosistemas y los bienes materiales y deterioren o interfieran en los servicios y otros usos legítimos del medio ambiente».