Totalitarismo

El totalitarismo es un sistema de gobierno político que lo abarca todo y que suele establecerse mediante la manipulación ideológica generalizada y el terror y la brutalidad abiertos. Se diferencia de la autocracia, el autoritarismo y la dictadura tradicional en que busca el «poder total» mediante la politización de todos los aspectos de la existencia social y personal. El totalitarismo implica, por tanto, la abolición total de la sociedad civil: la abolición de ‘lo privado’. El fascismo y el comunismo se han considerado a veces como formas de totalitarismo de izquierdas y de derechas, basadas en su rechazo a la tolerancia, el pluralismo y la sociedad abierta.

Fascismo

El término «fascismo» deriva de la palabra italiana fasces, que significa un haz de varas con una hoja de hacha que sobresale y que significaba la autoridad de los magistrados en la Roma Imperial. En la década de 1890, la palabra fascia se utilizaba en Italia para referirse a un grupo o banda política, normalmente de socialistas revolucionarios. No fue hasta que Mussolini empleó el término para describir los escuadrones armados paramilitares que formó durante y después de la Primera Guerra Mundial cuando el fascismo adquirió un significado claramente ideológico. En muchos sentidos, el fascismo constituye una revuelta contra las ideas y los valores que dominaron el pensamiento político occidental a partir de la Revolución Francesa. No obstante, el fascismo ha sido un fenómeno histórico complejo que abarca, según muchos, dos tradiciones distintas. El fascismo italiano era esencialmente una forma extrema de estatismo que se basaba en la lealtad absoluta hacia un Estado «totalitario». En cambio, el fascismo alemán, o nazismo, se basaba en teorías raciales, que presentaban al pueblo ario como una «raza superior» y promovían una forma virulenta de antisemitismo. El fascismo español, portugués y latinoamericano tuvo sus características intrínsecas.

Neoliberalismo

El neoliberalismo (a veces llamado ‘liberalismo neoclásico’) se considera en general una versión actualizada del liberalismo clásico, en particular de la economía política clásica. Su tema central es que la economía funciona mejor cuando el gobierno la deja en paz, lo que refleja una creencia en la economía de libre mercado y el individualismo atomista. Mientras que el capitalismo de mercado no regulado proporciona eficiencia, crecimiento y prosperidad generalizada, la «mano muerta» del Estado mina la iniciativa y desalienta el emprendimiento. El neoliberalismo se equipara a menudo con la creencia en el fundamentalismo del mercado; es decir, una fe absoluta en la capacidad del mecanismo del mercado para resolver todos los problemas económicos y sociales.

Islamismo

El Islam no es sólo una religión. Es una forma de vida total y completa, que proporciona orientación en todas las esferas de la existencia humana: individual y social, material y moral, jurídica y cultural, económica y política, nacional e internacional. En el Islam, pues, la política y la religión son dos caras de la misma moneda. Sin embargo, la noción de fusión entre el Islam y la política ha adquirido un carácter más radical e intenso debido al auge, desde principios del siglo XX, del «islamismo» (también llamado «Islam político», «Islam radical» o «Islam activista»). Aunque sus ideas sólo son adoptadas por una pequeña minoría de musulmanes en todo el mundo, el islamismo ha tenido un impacto dramáticamente desproporcionado. Su creencia central es la construcción de un «Estado islámico», normalmente considerado como un Estado basado en la ley divina islámica, la sharia. La ideología islamista se caracteriza, entre otras cosas, por una rebelión contra Occidente y todo lo que supuestamente representa.
Se han desarrollado distintas versiones suníes y chiíes del islamismo, las primeras asociadas a las ideas relacionadas con el wahabismo y el salafismo, y las segundas a la «Revolución Islámica» de Irán. Además, pueden identificarse tendencias «moderadas» o «conservadoras» dentro del islamismo, caracterizadas por el intento de conciliar el islamismo con el pluralismo y la democracia.

Capitalismo Liberal

El capitalismo es un sistema económico y una forma de propiedad. Tiene una serie de características clave. En primer lugar, se basa en la producción generalizada de mercancías, siendo una ‘mercancía’ un bien o servicio producido para el intercambio – tiene valor de mercado en lugar de valor de uso. En segundo lugar, la riqueza productiva en una economía capitalista está predominantemente en manos privadas. En tercer lugar, la vida económica se organiza según las fuerzas impersonales del mercado, en particular las fuerzas de la demanda (lo que los consumidores están dispuestos y pueden consumir) y la oferta (lo que los productores están dispuestos y pueden producir). En cuarto lugar, en una economía capitalista, el interés material y la maximización son las principales motivaciones para emprender y trabajar duro. No obstante, en todos los sistemas capitalistas existe cierto grado de regulación estatal.

Nacionalismo

La palabra «nación» se utiliza desde el siglo XIII y deriva del latín nasci, que significa nacer. En la forma de natio, se refería a un grupo de personas unidas por el nacimiento o el lugar de nacimiento. En su uso original, nación implicaba una raza de personas o un grupo racial, pero no tenía significado político. No fue hasta finales del siglo XVIII cuando el término adquirió connotaciones políticas, ya que se empezó a clasificar a individuos y grupos como «nacionalistas». El término «nacionalismo» fue utilizado por primera vez en 1789 por el sacerdote francés antijacobino Augustin Barruel. A mediados del siglo XIX, el nacionalismo era ampliamente reconocido como doctrina o movimiento político; por ejemplo, como ingrediente principal de las revoluciones que recorrieron Europa en 1848. El nacionalismo puede definirse en términos generales como la creencia de que la nación es el principio central de la organización política. Aunque el nacionalismo se ha asociado a una creencia de principios en la autodeterminación nacional, basada en el supuesto de que todas las naciones son iguales, también se ha utilizado para defender las instituciones tradicionales y el orden social establecido, así como para alimentar programas de guerra, conquista e imperialismo. Además, el nacionalismo ha estado vinculado a tradiciones ideológicas muy contrastadas, que van desde el liberalismo hasta el fascismo.

Industrialismo

El término ‘industrialismo’, tal y como lo utilizan los teóricos del medio ambiente, se refiere a una ‘superideología’ que engloba el capitalismo y el socialismo, el pensamiento de izquierdas y el de derechas. Como sistema económico, el industrialismo se caracteriza por la producción a gran escala, la acumulación de capital y el crecimiento incesante. Como filosofía, se dedica al materialismo, los valores utilitarios, la fe absoluta en la ciencia y el culto a la tecnología. Por ello, muchos pensadores ecologistas consideran que el industrialismo es «el problema». Los ecosocialistas, sin embargo, culpan al capitalismo y no al industrialismo (que ignora cuestiones importantes como el papel de la propiedad, el beneficio y el mercado).

Patriotismo

El patriotismo (del latín patria, que significa ‘patria’) es un sentimiento, un apego psicológico a la propia nación, literalmente un ‘amor a la patria’. Los términos nacionalismo y patriotismo se confunden a menudo. El nacionalismo tiene un carácter doctrinal y encarna la creencia de que la nación es de algún modo el principio central de la organización política. El patriotismo proporciona la base afectiva de esa creencia y, por tanto, sustenta todas las formas de nacionalismo. Es difícil concebir un grupo nacional que exija, por ejemplo, la independencia política sin poseer al menos una medida de lealtad patriótica o conciencia nacional. Sin embargo, no todos los patriotas son nacionalistas. No todos los que se identifican con su nación, o incluso la aman, la ven como un medio a través del cual se pueden articular las demandas políticas.

Individualismo

El individualismo es la creencia en la importancia suprema del individuo sobre cualquier grupo social o cuerpo colectivo. En la forma de individualismo metodológico, esto sugiere que el individuo es el centro de cualquier teoría política o explicación social – todas las afirmaciones sobre la sociedad deben hacerse en términos de los individuos que la componen. El individualismo ético, por su parte, implica que la sociedad debe construirse de forma que beneficie al individuo, dando prioridad moral a los derechos, necesidades o intereses individuales.

Postmodernismo

El posmodernismo es un término controvertido y confuso que se utilizó por primera vez para describir los movimientos experimentales en las artes occidentales, la arquitectura y el desarrollo cultural en general. Como herramienta de análisis social y político, el posmodernismo pone de relieve el paso de las sociedades estructuradas por la industrialización y la solidaridad de clase a las cada vez más fragmentadas y pluralistas ‘sociedades de la información’, en las que los individuos se transforman de productores a consumidores, y el individualismo sustituye a las clases y a las lealtades religiosas y étnicas.