El populismo (del latín populus, que significa ‘el pueblo’) se ha utilizado para describir tanto movimientos políticos distintivos como una tradición particular de pensamiento político. Los movimientos o partidos descritos como populistas se han caracterizado por su pretensión de apoyar al pueblo llano frente a las élites económicas o políticas «corruptas». Como tradición política, el populismo refleja la creencia de que los instintos y deseos del pueblo son la principal guía legítima para la acción política. Por tanto, los políticos populistas hacen un llamamiento directo al pueblo y pretenden dar expresión a sus esperanzas y temores más profundos, desconfiando de todas las instituciones intermediarias. Aunque el populismo puede estar vinculado a cualquier causa o ideología, a menudo se considera implícitamente autoritario, siendo la democracia ‘populista’ el enemigo de la democracia ‘pluralista’.